Ayer, en una vivienda ubicada en Oriente 4/A entre Sur 39 y 41 de la ciudad de Orizaba, Veracruz, fueron encontradas sin vida dos mujeres oriundas de Tuxtepec, Oaxaca. Así­ lo confirmaron autoridades de aquella municipalidad.

Se estableció que ambas féminas se encontraban en estado de putrefacción y tiradas en el piso de la vivienda.

De acuerdo a información de El MUNDO DE CORDOBA, Marí­a Isabel Cruz Espinosa, la hija mayor de Ana Marí­a Espinosa Falcón, llegó ayer de Tuxtepec a visitar a su madre, pero ya no la encontró con vida. Sin embargo, la sorpresa de Marí­a Isabel fue aún mayor cuando descubrió que su hermana Alberta también estaba muerta.

Ana Marí­a era cuidada desde hace algunos meses por su hija Alberta debido a su mal estado de salud; sin embargo, de acuerdo a las primeras investigaciones, Alberta en un aparente ataque de esquizofrenia, enfermedad que padecí­a desde hace años, asesinó a su mamá a golpes.

Se presume que la homicida vivió cerca de un dí­a con el cadáver de su madre y después decidió suicidarse. Tomó veneno para ratas y murió.

EL HALLAZGO

El director de Gobernación y encargado de la policí­a local, Juan Ramón Herebia, se trasladó a la vivienda para tomar conocimiento de los hechos. Dijo que los primeros datos los obtuvieron con base en la declaración de Marí­a Isabel Cruz Espinosa, hija y hermana de las fallecidas.

El funcionario dijo que fue la hija de la señora fallecida quien halló los cadáver sobre el piso de la casa, indicando que llegó de Tuxtepec a visitar a su mamá y a su hermana; sin embargo, al abrir la puerta de la casa las encontró muertas.

Ana Marí­a Espinosa Falcón, de 78 años de edad, estaba enferma y al cuidado de su hija menor, Alberta Cruz Espinosa, de 48 años de edad.

El director de Gobernación aclaró que los cuerpos ya presentaban descomposición de no menos de 72 horas, mientras que servicios periciales y la Fiscalí­a General del Estado trabajaron para realizar el peritaje correspondiente, y determinar realmente qué originó la muerte.