Las horas contadas
•Vientos huracanados
•Duarte, camino a la cárcel
PASAMANOS: A Javier Duarte, JD, le está pasando lo mismo que al priista Andrés Granier cuando “en la plenitud del pinche poder” gobernaba Tabasco, en que coleccionó más de dos mil pares de zapatos y de pantalones y de camisas.
Luis Velázquez
Entonces, nunca escuchó la voz de la prudencia política de sus antecesores, por ejemplo, y permitió la corrupción “a manos llenas”, además de su gabinete legal, hasta de su familia.
El día cuando llegara la hora de la sucesión, Andrés Granier, desoyó los llamados a la cordura y la mesura de sus antecesores, entre ellos, Roberto Madrazo Pintado, Manuel Andrade y Manuel Gurría Ordoñez.
Y Granier perdió, igual que el 5 de junio JD, la gubernatura ante el perredista, ex priista, Arturo Núñez, y de paso, la mayoría priista en el Congreso local, según recuerda el maestro en Ciencia Política y doctor en Sociología, Carlos Ronzón Verónica.
“JD, dice, va en la misma ruta”.
El profe enumera un antecedente lacónico: el deslinde de Fidel Herrera Beltrán al decir que “JD no fue lo que yo esperaba… pues hizo cosas que no tenía que hacer”.
Más aún: el manotazo del góber fogoso para desmarcarse del góber tuitero, también incluye un mensaje directito, derechito, sin rodeos, a los diputados federales Érick Lagos, Jorge Carvallo, Adolfo Mota, Édgar Spinoso y Tarek Abdalá.
Nada fácil sería, precisa el maestro, que luego de horas de reflexión fría y cerebral, el fogoso tomara la decisión.
Pero al mismo tiempo, que mirando la tempestad huracanada que se avecina, sus amigos políticos de siempre, incluso, su cabildero en Los Pinos, lo haya sugerido.
El barco duartista se está yendo a pique.
Por ejemplo, en las últimas horas ha trascendido que luego de que Salvador Manzur Díaz, Carlos Aguirre Morales y Gabriel Deantes Ramos, se ampararan ante un juez federal para evitar que los detengan, Tomás Ruiz González, secretario de Infraestructura y Obra Pública, el primer secretario de Finanzas y Planeación, ex líder nacional del Panal, exgerente nacional del BANOBRAS, exdirector de la Lotería Nacional y el genio del SAT, de igual manera ha tramitado un amparo federal.
BALAUSTRADAS: Igual que el topo marxista, el profe Ronzón olfatea los siguientes vientos huracanados:
Uno. El perdón de Enrique Peña Nieto sobre la Casita Blanca ningún efecto surtió en la población. Y por tanto, el presidente sigue en el precipicio de la popularidad.
Dos. La política económica y las reformas estructurados siguen haciendo agua. Incluso, con ríos de sangre. Caso la reforma educativa con los nueve muertos de Nochixtlán.
Tres. En plenas vacaciones de verano, el presidente del CEN del PRI, Enrique Ochoa Reza, sacó un conejito de la chistera y se reunió con el líder del Senado, Emilio Gamboa Patrón, para cabildear con el presidente de la Mesa Directiva en turno, Roberto Gil, para que el Congreso de la Unión solicite a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, SJCN, acelerar el proceso de revisión de las acciones presentadas por el gobierno federal en contra de los Congresos locales y los gobernadores de Veracruz (Javier Duarte), Chihuahua (César Duarte) y Quintana Roo (Roberto Borge Angulo).
Y más, por lo siguiente:
Por un lado, frenar la corrupción y frenar la impunidad.
Y por el otro, según dijo Ochoa Reza, porque en el caso de Javier Duarte, el sexenio vencerá el día 30 de noviembre y el tiempo está en contra, toda vez que la fama pública es que la SCJN suele tardar hasta un año para un dictamen en caso de un recurso de inconstitucionalidad.
Es más, en su comparecencia en Milenio TV, el presidente del CEN del PRI fue categórico: es la hora de parar la corrupción de los mismos políticos priistas.
Incluso, anunció que crearán una nueva secretaría en el partido tricolor, a propósito del Sistema Nacional Anticorrupción.
Cuatro. El fatídico deslinde de Fidel Herrera Beltrán de su pupilo favorito, JD.
Y más, porque pudiera referirse que el deslinde era innecesario, pero al mismo tiempo, el góber fogoso quiso “curarse en salud” para dejar solo en su descarrilamiento a JD.
ESCALERAS: Cinco. El cuarto informe de gobierno de Enrique Peña Nieto el primero de septiembre, donde lo ideal es que el presidente llegue con una gran expectativa popular.
Y si el manotazo de la SCJN que será adverso a JD y los otros gobernadores cuaja en el ánimo ciudadano, entonces, quizá, acaso, ahí pudiera detenerse el manotazo presidencial.
Pero si por el contrario, deja de cuajar, entonces, ninguna duda existe de que Los Pinos darán el siguiente paso, como es la luz verde a la Procuraduría General de la República para proceder con las 48 denuncias penales interpuestas por la Auditoría Superior de la Federación en contra de JD y de un montón de duartistas incluidos en los expedientes por tantas irregularidades en el destino social de los recursos federales.
Seis. “El peñismo, observa Ronzón, necesita un golpe político duro y eficaz para revertir la caía en picada del presidente”, y por eso mismo, el destino inminente de Javier Duarte sería la cárcel.
Siete. Y más, porque en la encuesta histórica, y de cara al informe presidencial, el PAN figura como el partido político mejor evaluado en el país, seguido por el PRI en segundo lugar y MORENA en tercero.
Y el manotazo presidencial de la cárcel para JD se afianza, debido a la soberbia con que luego de que unos priistas solicitaron cancelar sus derechos partidarios del PRI, los diputados federales encabezados por Érick Lagos, Jorge Carvallo, Adolfo Mota, Édgar Spinoso y Tarek Abdalá, se pusieron muy dignos y amenazaron con renunciar a la bancada priista en el Congreso federal.
Javier Duarte, asegura Ronzón, va en la misma ruta de Andrés Granier, quien dada la enfermedad que de pronto flageló su cuerpo, sigue internado en el hospital del penal de Tepepan.