Tiburones de mar a la cárcel
•Peña Nieto y la corrupción
•Un gobernador en la mira
EMBARCADERO: En la lógica del politólogo Carlos Ronzón Verónica, ahora que fue aprobado y está en marcha el Sistema Nacional Anticorrupción, el Peñismo está obligado a demostrar en los hechos que sirve y opera... Y sirve y opera para castigar a los políticos corruptos, tanto con la cárcel como para devolver el dinero robado, y por añadidura, ser inhabilitados para un cargo público...Nada, por ejemplo, de que transcurre un mes y otro y de pronto, zas, han pasado diez meses, y ni el gobernador de Nuevo León, Jaime “El bronco” Rodríguez, ha enviado a las rejas a su antecesor,
Luis Velázquez
el priista Rodrigo Medina, por más y más que lo tenga bajo las cuerdas, ni tampoco la góber preciosa de Sonora, la beltronista Claudia Pavlovich, ha encarcelado al panista Guillermo Padrés, y solo tiene en la prisión a un charalito como es su director de Comunicación Social… El Sistema Nacional Anticorrupción, SNA, necesita, dice Ronzón, a un pez mayor, un tiburón de mar, un robalo… Por ejemplo, uno que otro gobernador… Y si en estos momentos, un trío de ellos, todos priistas (Javier Duarte, de Veracruz; César Duarte, de Chihuahua, y Roberto Borge, de Quintana Roo) están en la mira, luego de sus disparates legislativos con su Fiscalía Anticorrupción, entonces, y de acuerdo con las circunstancias electorales del año entrante en que será elegido el nuevo gobernador del Estado de México, “la joya de la corona”, uno de los tres será enviado a las rejas… Según Ronzón, el más frágil de los tres pues ha cometido mayor número de ocurrencias (incluso, el asesinato del reportero número 19, Pedro Tamayo Rueda) es Javier Duarte, JD, el candidato favorito del SNA… Todos, pues, y según la bolita de cristal del profe, a comprar tortas en “La rielera”, de Córdoba, para llevarlas en día de visita a JD…
ROMPEOLAS: Luego de pedir perdón por la Casita Blanca, Enrique Peña Nieto está más obligado que nunca y que nadie a cumplir al pie de la letra con el Sistema Nacional Anticorrupción… Y más, luego de asegurar en Ocoyoacac, estado de México, al conmemorar los 50 años de edad, que solo “seré feliz en la medida en que México sea feliz”… Y el país solo será feliz, cierto, cuando tenga un empleo seguro, estable y pagado con justicia… Y garantizado el derecho a la salud de calidad… Y a la educación de primera… Y a la seguridad en la vida y en los bienes… Y a la procuración de justicia… Pero, de igual manera, el pueblo será feliz cuando los políticos gobiernen y ejerzan el poder con honestidad… Y en caso de “ordeñar la vaca”, estar seguros y confiados en que la justicia se impondrá y serán llamados a cuenta… Y por tanto, y en el caso, el pueblo de Veracruz será feliz, estará contento y satisfecho con la autoridad suprema el día en que vayan a la cárcel Javier Duarte y los duartistas que “metieron la mano al cajón” y se enriquecieron en los últimos seis años, según la denuncia, primero, de los siete candidatos a la gubernatura, y segundo, de tantas denuncias penales interpuestas en la Procuraduría General de Justicia de la nación y la Fiscalía local por el góber electo, Miguel íngel Yunes Linares… Es más, dice el profe, el hecho de que a partir de ahora sigan cometiéndose tropelías con el dinero público de norte a sur y de este a oeste de la nación significaría el fracaso manifiesto y anunciado del SNA… Y más, mucho más, por lo siguiente…
ASTILLEROS: Fracasó la famosa “Renovación Moral” del presidente Miguel de la Madrid, con todo y que en su sexenio promulgaron la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos y que fuera recibida con fervor patrio, bajo el argumento de que desde el sexenio de Miguel Alemán Valdés, la corrupción se había enseñoreado en el altiplano y en el resto de la nación… Y que por desgracia, y con todo, solo sirviera para encarcelar a Jorge Díaz Serrano, director de Pemex, y quien aspiraba a la candidatura presidencial… Fracasaron los “golpes de pecho” por la moral pública de José López Portillo y que de igual manera solo sirvieran para encarcelar a los políticos de Luis Echeverría a quienes tenía tirria, entre ellos, el jarocho Eugenio Méndez Docurro, secretario de Comunicaciones, y el pozarricense, Félix Barra, secretario de la Reforma Agraria… Para acabar pronto, en la Asamblea Constituyente de 1916-1917, ya se hablaba de la corrupción política, aun cuando, oh paradoja, los diputados federales blindaron desde entonces al presidente de la república como un ángel de la pureza, impoluto, impecable, incapaz de “ordeñar la vaca”… El artículo 103 de la Constitución de 1857 fue mutilado, porque en una parte establecía la posibilidad de que un funcionario pudiera “ser acusado por delitos de traición a la patria, ataques a la libertad electoral y otros delitos graves del orden común” (La jornada México, Abraham Nuncio, 30 de junio, 2016)… Y si el general ílvaro Obregón, de quien Peña Nieto escribió su tesis de licenciado en Derecho, descubrió que ningún general “resistía un cañonazo de 50 mil pesos”, solo faltaría que Javier Duarte rindiera honor y pleitesía a “El manco de Celaya” y convenciera a los funcionarios del Sistema Nacional Anticorrupción de su pureza angelical, bajo la frase bíblica de que “Tengo la frente limpia” y/o como dijera el secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez, “he vivido apegado a la legalidad y por ningún concepto me presto a un linchamiento”… Terrible, decepcionante será que con todos los gritos callejeros de Miguel íngel Yunes Linares de encarcelar al góber tuitero y uno que otro duartista en cuatro meses quedara en simples cacayacas… Lo peor sería, claro, que el Sistema Nacional Anticorrupción pasara de noche por Veracruz…