Cien muertes violentas en Poza Rica en dos meses
•La mayoría, de ruleteros
•Taxis clonados bajo sospecha
•“Cuando quiera le vendo un pericazo" dice un chofer del servicio público de pasajeros
POZA RICA.- “Nos acaba de pegar un taxi”, fue el último reporte, vía mensaje de texto, de la señora Francisca Vázquez Méndez a un integrante del colectivo Familiares en Búsqueda María Herrera Poza Rica, segundos antes que abrieran fuego contra ella y su esposo, Jesús Jiménez Gaona, quien falleció de manera instantánea sobre la vía pública.
Miguel íngel León Carmona
Por su parte, miembros de la Brigada Nacional de Búsqueda de Desaparecidos, ante la falta de reportes periciales, ignoran si el taxista fue llamado a declarar, pues si no fuera cómplice del delito, estuvo presente en el atentado, resaltan. Si bien periodistas locales enunciaron el percance con el operador del volante, en ningún momento especifican el número económico ni las placas del transporte.
Declaraciones paralelas a la de Gabino Escamilla, periodista policiaco, con 30 años de trayectoria en el medio, quien comparte que al menos 100 casos de muertes violentas han registrado en los últimos dos meses en Poza Rica, Veracruz, siendo los de oficio ruletero los principales blancos en las ejecuciones.
Lo anterior sumado a la desconfianza declarada por ciudadanos en las redes sociales, quienes aseguran existen vehículos clonados, algunos responsables de atracos a transeúntes en la vía pública. Además de señalarlos como halcones o distribuidores de estupefacientes al servicio del crimen organizado.
Como antecedente, el pasado 28 de julio de 2015 usuarios de la página en Facebook Buzón Veracruz ”“ Boca denunciaron la aparición de una narco manta donde se lee:
“Tú, perrito de Evelio y todos tus pinches culones van a mamar, y no los voy a dejar hasta que se larguen de aquí… Â¿Crees que tus pinches halcones, estacas, taxistas, te son fieles?, aquí tengo a todos trabajando para mí, a ver si te queda claro”. (1)
“CUANDO QUIERA LE VENDO UN PERICAZO”
Basta detenerse sobre el bulevar Adolfo Ruiz Cortines, en el carril que va de centro a norte de Poza Rica de Hidalgo, para contar, en un minuto, 36 taxis circulando; arrebatándose la clientela.
De acuerdo con Francisco Cáceres Echeverría, regidor comisionado en tránsito y vialidad, hay más de 5 mil taxis en la ciudad, de los cuales sólo el 10 % han aceptado incorporarse al Registro Estatal de Conductores (REC), implementado por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) desde el 01 de febrero de 2015, declaró Jesús Pérez Castellano, dirigente de la delegación 6 de taxistas.
Implementación, REC, que para la SSP lleva la finalidad de exhortar a los concesionarios, a subir los datos personales de sus operadores a las páginas sspdgtever.mx y rectransporte.net, con el fin de que haya una base confiable que garantice la seguridad de los usuarios.
De regreso a la zona más transitada en Poza Rica, un turista hace la parada a la altura de la avenida 16 de septiembre, a dos cuadras del centro de la ciudad. Un vehículo rojiblanco se estaciona y le abre la puerta, ofreciéndole el lado del copiloto.
El chofer, de tez morena y mejillas asediadas por el acné, lo saluda y cuestiona la procedencia del pasajero. Una vez cotejado su acento, enciende el estéreo para amenizar el traslado con música del género grupero.
El cliente pide permiso para encender un cigarrillo. El conductor asiente con una sonrisa amarillenta. Acto seguido, los fósforos hacen su trabajo y el humo comienza a expulsarse por la ventana.
El hombre al volante comienza una plática que no dura más de 10 minutos.
“¿Fuma mucho?” pregunta.
“No, señor. Lo necesario para aminorar el estrés”.
“¿Ya probó la marihuana?”.
“Esa sí no. Con el cigarro está bien”.
“Yo me acostumbré a vivir entre plantíos de amapola. Fui guacho, militar. Anduve por el estado de Durango. Los jefes nos ponían a cortar las plantas con tijeras. Pero a veces te cansabas y le dabas con las manos”.
“Recuerdo que el dedo pulgar me quedaba lechoso, como chicle. Ya al final, te hacías los tabacos, usando de filtro la resina de los árboles y le dabas y le dabas…. Así aguantaba las jornadas. Eran unas madrizas, jefe”, presume el de antecedentes en la milicia.
El pasajero evade el tema ofreciéndole un cigarrillo. “No, gracias. Casi no me gusta. Le digo que en ocasiones le hago a la mota, marihuana. Y para qué le voy a mentir, unas dos veces al mes agarro mi plancha de cervezas y me doy mis narizazos con perico”, manera en que se conoce a la cocaína.
El turista le pregunta esta vez sobre los precios y puntos de venta. “Pues mire, la bolsita con 10 gramos le sale en 130 pesos. Y de los puntos, pues nomás usted me dice si se anima y la conseguimos. Con dos paquetitos tiene” ofrece el conductor.
Y así continúa la trayectoria por tres kilómetros. El pasajero llega a su destino y agradece el viaje. Finalmente el taxista insiste: “¿Entonces qué? cuando quiera le vendo un pericazo, gramaje de cocaína. Usted me dice, si quiere anote mi número”.
Luego de rechazar la oferta, el piloto aumenta el sonido grupero, acelera su auto Tsuru modelo 2000 y se pierde entre la inmensidad del tráfico y los 47 kilómetros cuadrados del territorio pozarricense. Una anécdota registrada en el medio día, sobre la carretera más circulada de la ciudad.
Hace 72 horas, en un escenario similar, otro taxista embistió a los padres de Jenny Isabel Jiménez Vázquez, desaparecida en 2011, quienes regresaban de promocionar una búsqueda que escrudiñaría territorios señalados como panteones clandestinos.
Los esposos descendieron de su unidad, donde ya los esperaba un comando que acabó con la vida de Jesús Jiménez Gaona e ingresaron a terapia intensiva a Francisca Vázquez Méndez.
A la fecha no hay partes periciales de la Fiscalía General del Estado ni responsables, ni detenidos. Y sobre el taxista que privó el avance de los activistas se ignora si por lo menos hay manera de ubicarlo entre las más de 5 mil unidades en la zona.