Ni ha pagado ni pagará Duarte
•El dinero ya se lo fregaron
•Peña Nieto, el presidente omiso
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Los seis secretarios de Finanzas y Planeación del capataz Javier Duarte fueron incapaces de crear un orden administrativo en el manejo del erario público.
Y, por tanto, el sexenio está terminando igual como empezó. En el caos. Y en la protesta colectiva y por añadidura, el coraje social. Mejor dicho, en el encono.
Luis Velázquez
Por ejemplo, el martes 21 de junio fue una página negra más en la larga y extensa “noche de los cuchillos largos” del duartismo.
Dos años después de cabildear recursos para obras de infraestructura y proyectos agropecuarios, el Movimiento Campesino del Norte de Veracruz tomó la SEFIPLAN. Simple y llanamente, el atraso en los pagos, el mismo estribillo de la Universidad Veracruzana reclamando el pago de más de 2,500 millones de pesos de los subsidios federal y estatal.
El mismo día 15 alcaldes militantes del PRD (Tenejapan, Apazapan, San Rafael, Ixhuatlancillo, Papantla, etcétera) se plantaron una vez más para reclamar las participaciones federales que en total significan 300 millones de pesos retenidos por la SEFIPLAN.
Una vez más, y en voz del líder del PRD, Rogelio Franco Castán, interpondrían una denuncia penal en la Procuraduría General de la República por el presunto desvío de los fondos etiquetados.
El alcalde de Tihuatlán, Gregorio Gómez Martínez, fue lacónico y lapidario. La SEFIPLAN les está ordeñando las participaciones y lo peor, los obliga a firmar recibos por una cantidad mayor.
El alcalde de Papantla, Marco Romero Sánchez, reveló que la SEFIPLAN de Antonio Gómez Pelegrín, le adeuda 60 millones de pesos por la retención de las participaciones federales “que ya fueron depositadas” en tiempo y forma por la secretaría de Hacienda y Crédito Público.
El presidente municipal de Córdoba, Tomás Ríos Bernal (a quien Gerardo Buganza Salmerón debe su primer cargo púbico) ha revelado que la SEFIPLAN le adeuda 38.1 millones de pesos de retenciones federales, entre ellos, incluso, el correspondiente a la famosa bursatilización a la que por cierto siempre se opuso su homólogo de Boca del Río, Miguel íngel Yunes Márquez.
El alcalde de Xico, Lorenzo Pozos, documentó que la SEFIPLAN tiene cuatro años de atraso con los fondos para el camino Xico-Tonalaco, además de que, aseguró, desaparecieron los fondos para el dichoso programa de Pueblos Mágicos.
Todavía, de ñapa, el vocal ejecutivo del Fideicomiso del 3 por ciento a la Nómina, Gustavo Sousa Escamilla, aceptó que adeudan 600 millones a los proveedores, además, y por ejemplo, la deuda a los despachos encargados de las auditorías y hasta al banco que funciona para hacer de depósito del Fideicomiso (La Jornada Veracruz, 22 de junio, del año hidalguense que corre).
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Una vez, la misma duda de siempre acerca del destino social del dinero público, tanto federal como estatal.
Unos políticos lo explican a partir de la llamada “Operación licuadora”. Otros programas, otras regiones, otros bolsillos, el jineteo bursátil.
Unos más, lo explican a partir de que el dinero ya fue invertido en compra de departamentos de lujo, residencias tanto en Veracruz como en el resto del país y en el extranjero, yates, aviones, ranchos, ganado, joyas, cuentas bancarias y negocios.
La Auditoría Superior de la Federación interpuso denuncias penales contra 19 duartistas en la Procuraduría General de la República, PGR, y de pronto, nadie se explica las razones para que la PGR se declarara incompetente.
Y entonces, la trasladó al Fiscal General y Luis íngel Bravo Contreras escuchó la visión apocalíptica del cacique huasteco, papá de un Porky, Ricardo García Contreras, de que la denuncia era una falacia porque todo estaba bien, y le dio carpetazo.
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En contraparte, créditos millonarios a Javier Duarte, JD, para seguir gobernando autorizados por el Congreso, sin que nadie conozca el destino de tales empréstitos.
Y lo peor: cero obra de infraestructura, ni siquiera, vaya, la terminación de la Torre Pediátrica, que viene desde el Fidelato, y por tanto, los jarochos la llaman la Torre Geriátrica, porque en la promesa envejeció.
Más aún: la deuda pública de JD a la mitad del mundo jarocho y a la otra mitad es una de las razones que alimentaron el hartazgo en contra del góber tuitero y en contra del PRI, y por eso mismo, el candidato priista a la silla embrujada de palacio fue derrotado en las urnas, el mismo día en que el tricolor también perdiera la mayoría en el Congreso local.
Y no obstante “el desorden administrativo, el caos financiero y la corrupción política” como le llama el senador Pepe Yunes Zorrilla, las cosas siguen igual, mejor dicho, empeoraron porque todos saben lo que está pasando y ningún funcionario duartista aporta una solución.
Se ignora si la SEFIPLAN esté tronada, porque ya saquearon todo y nada quedó.
Se ignora el destino del billete público para que los presidentes municipales sigan protestando, digamos, como unos loquitos pronunciando la homilía en el desierto.
Una realidad es la única predominante: JD ni ha pagado ni pagará.
El dinero ya se lo fregaron.
Y Enrique Peña Nieto es el presidente omiso y occiso con Veracruz.
Sus negocitos tendrá con Javier Duarte.