Y más en el fidelato, donde su asesor contable y relacionista era el hermano de Alberto Silva Ramos, ex presidente municipal de Tuxpan, ex titular de la Sedesol, ex diputado federal y vocero duartista por segunda ocasión.
Así­, cada vez que la elite priista andaba en el norte de Veracruz, Pancho ahí­ estaba.
Desde mí­tines hasta cabalgatas, y en primera fila, al lado del góber en turno, posando para su fotógrafo particular.
Es más, la fama pública registra que en el fidelato le fue súper bien.
Por ejemplo, fue contratista del fogoso en el norte.
También fue contratista de Petróleos Mexicanos, quizá, acaso, el favorito de Pemex en la tierra jarocha.
Por eso es que cuando otros polí­ticos priistas andaban por allá Pancho aparecí­a al lado de ellos.
Hay fotos, por ejemplo, con Fidel Herrera, y Héctor Yunes Landa y también con Pepe Yunes Zorrilla, donde las partes se abrazan como viejos amigos y conocidos.
Todos, trepados en sus caballos.
Además, recuerdan unos, “El señor de los narco/caballos” es un jarocho icónico. Folklórico, con un sentido del humor, con chispa, sonrisa fácil, amable y cordial.
Es decir, el tí­pico hombre de negocios que lo mismo pactaba, digamos, con los polí­ticos encumbrados, cabildeaba obra pública para sus constructoras y se llevaba bien con los señores de la droga.

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Pancho Colorado llegó a tener, ¿tiene aún?, su avión particular que según la leyenda prestó en varias ocasiones, digamos, para campañas electorales.
Una vez, por ejemplo, cuando anduvo en Veracruz le prestó su nave a la candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota, a través del panista Miguel íngel Yunes Linares, con quien se afirma también hay relaciones cercanas, aun cuando, según parece, nunca se tomaron fotos en cabalgatas norteñas.
Pero con todo, se conocen y sabrá la bolita de cristal, el grado amical de igual manera como, por ejemplo, habrí­a de preguntarse la relación con los priistas.
Es más, habrí­a de recordar que en aquellos tiempos, Yunes Linares inventó un nuevo apodo para el fogoso y fue el Zeta 40, y que anduvo filtrando en uno que otro medio apologista, miembros de su capilla.
El caso es que desde hace un ratito, Pancho Colorado se ha convertido en un personaje incómodo para una parte de los polí­ticos de Veracruz, al menos, quienes por ahora tienen el pandero en el puño.

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Lo decí­a Mario Puzzo, el autor de “El padrino”: atrás de cada fortuna hay un origen ilí­cito, entre ellos, un muerto.
Por ejemplo, en el periódico Reforma publicaron una reseña de “El Lucky”, el Jefe Zeta detenido en Córdoba, preso en el penal de Papantla, y quien describiera al diputado federal, Érick Lagos Hernández, como su amiguito.
Y según el biógrafo, mucho, demasiado sabe Érick Lagos sobre el destino del arquitecto José Christian Morales Carreto, desaparecido hasta la fecha luego de un desaguisado con Fidel Herrera y que lo llevara a cobijarse con Yunes Linares.
Y si en Tamaulipas, hay dos ex gobernadores, Tomás Yarrington y Eugenio Flores Hernández, buscados por la DEA, agencia antinarcóticos de EU acusados de amistades peligrosas.
Y si en Tamaulipas hay un tremendo escándalo por candidatos a las alcaldí­as ligados a los malosos.
Entonces, en Veracruz también cantan y bien las rancheras.
Érick Lagos, El Lucky, caso Morales Carreto.
Pancho Colorado y sus amigos del PRI y del PAN.

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Las partes podrán argumentar que en un mitin polí­tico son tantas y tantas las personas y los personajes que se acercan y extienden la mano para saludar y hasta apapachan que, ni modo, resulta inevitable que se filtre un maloso.
No obstante, otra cosita es que como en el caso de Pancho Colorado, el fogoso le haya otorgado obra pública en su sexenio, digamos, igual que PEMEX también.
El caso es que la semana anterior una mano negra anduvo por ahí­ tratando de filtrar en la prensa unas fotos viejas y antiguas donde Pancho Colorado abraza al senador Pepe Yunes Zorrilla en un evento público.
Y aun cuando las fotos circularon en las redes sociales, parece ser que nunca llegaron a la prensa escrita.
Más aún, intentaron filtrarla en el semanario Proceso, donde hubo un rechazo a la posibilidad, porque la información concreta y especí­fica era frágil, insustancial, sin bases.
Pero ninguna duda habrá de que el antecedente servirá para que en el año 2018, cuando Yunes Zorrilla sea candidato del PRI a la gubernatura, de nuevo sea rafagueado con tal circunstancia.
En contraparte, habrí­a de referir que un hermano de Alberto Silva fue empleado, o es quizá, de Pancho Colorado, y luego de que el asunto fuera publicado en un medio por ahí­, en automático el tema fue olvidado, digamos, solo digamos, como si el vocero duartista interviniera con la fuerza del embute para desviar el interés periodí­stico por otro lado.
Por desgracia, ni modo la vida es así­, ni Alberto ni su hermano tuvieron un padre como Gabriel Deantes Ramos, el secretario de Trabajo y Previsión Social, a quien su padre le diera de herencia 39 millones de pesos para comprarse su par de residencias en Las Animas de Xalapa, la plaza comercial y un edificio de 4 pisos, más lo que se desconoce.