Duarte, AMLO, Cuitláhuac y Héctor Yunes
•El góber tuitero, mecenas de MORENA
•La triple traición de Javier Duarte
1
Una vez más queda comprobado: nunca, en ningún momento, jamás, Héctor Yunes Landa fue candidato de Javier Duarte, JD, tampoco de Fidel Herrera, a la gubernatura.
Por el contrario, todavía hoy JD lo sigue rafagueando, soñando con su descarrilamiento, digamos, en las urnas, digamos, en el tribunal electoral.
Luis Velázquez
Por ejemplo, la reportera de Notiver, Sandra Segura, tan dada al monitoreo, buena estrategia periodística, registró la entrevista del candidato priista en MVS con Luis Cárdenas, donde reveló lo siguiente:
Javier Duarte y el impoluto Andrés Manuel López Obrador suscribieron un pacto para impulsar a Cuitláhuac García al trono imperial y faraónico.
Por eso, AMLO ha sido “cálido” con JD.
Pero más aún, Cuitláhuac suele visitar la Casa Veracruz, residencia oficial de JD, y “sale con mayor peso”, es decir, se entiende la jiribilla hectorizada forrado de billetes.
Por eso, la versión de que JD es el discípulo más aventajado de Joseph Fouché está fuera de duda.
Y es que, entre tales operativos, JD también empujó las candidaturas de Juan Bueno Torio, Alba Leonila Méndez Herrera y Alejandro Vázquez Cuevas, por un lado, cierto, para satisfacer la vanidad de cada uno de los tres, y por el otro, para restar votos a Miguel íngel Yunes Linares.
Y de ahí, empujar más a Cuitláhuac, con el único objetivo de tumbar a Héctor, tal cual como JD se lo confesó al presidente municipal de Veracruz, Ramón Poo Gil, de que prefería entregar el mando a Cuitláhuac por encima de a Héctor Yunes y ni se diga, del Yunes azul.
Incluso, y arrasando de paso con el PRI, de igual manera como por ejemplo, Ernesto Zedillo entregó Los Pinos a Vicente Fox.
Tal cual, el resentimiento, el odio y la venganza de JD que fermentan su hígado, su corazón, su alma y sus neuronas.
Desde año 2010, cuando los destinos de JD y Héctor se cruzaran por la sucesión del góber alentada, incluso, por él mismo Fidel Herrera, el góber tuitero lleva, mínimo, seis años de odio reciclado en contra de Yunes Landa.
2
Con su odio fuera de control, JD ha traicionado, más que a Héctor, a su partido, el PRI, que lo ungió diputado federal y gobernador.
También ha traicionado al presidente del CEN del PRI, Manlio Fabio Beltrones.
Y, por añadidura, al presidente Enrique Peña Nieto.
Una triple traición, pues.
Lo decía Fernando Gutiérrez Barrios, profundo conocedor de hombres: “Quien traiciona una vez… traiciona siempre”.
Y, bueno, en el caso, nunca pudo traicionar a Héctor Yunes, porque simple y llanamente nunca fueron amigos. Ni tampoco tuvieron buen karma. Por el contrario, el corto circuito desde tiempo inmemorial.
Claro, como parte de su odio, cuando Héctor desbarrancó a los candidatos de JD (Alberto Silva, Érick Lagos, Adolfo Mota, Jorge Carvallo Jr., Tomás Ruiz y Flavino Ríos, entre otros), entonces, JD se fue duro y tupido a su yugular… y todavía hasta anoche.
3
Con tanta adversidad en contra, si el candidato priista triunfa en las urnas y en el tribunal, su victoria le será doble, triple sustanciosa y gozosa.
Pero más aún:
Si desde hace unos días, dos, tres semanitas, Yunes Landa ha dejado el discurso incendiario de la cárcel para “los políticos pillos y ladrones” y la advertencia de que serán “obligados a devolver el dinero robado” y de que “serán inhabilitados para ocupar un cargo público el resto de sus vidas”, entonces, el Yunes rojo está más obligado que nunca a retomarlo.
¡Ya basta, pues! de que JD le siga sembrando de dinamita el camino que más que a la silla embrujada del palacio pareciera el camino al infierno.
Y aun cuando, digamos, la cultura priista establece que el destino del ex gobernador queda en manos del presidente de la república, con tanta ponzoña de JD en contra de Héctor, únicamente resta devolver “ojo por ojo y diente por diente”.
Además, así como está Veracruz de encendido, con un montón de cadáveres pavimentando el camino a la elección del 5 de junio, sólo resta crucificar en la vía pública tanto al coronel Arturo Bermúdez Zurita como a su patrón, Javier Duarte.
A menos, claro, que Héctor Yunes tenga un corazón igualito al de santa Teresa de Calcula que todo perdonaba.
4
Si el Yunes rojo gana la gubernatura ya se verá si perdona a JD y a los duartistas los agravios en su contra.
Pero de igual manera, los agravios en contra de la población.
Y es que los antecedentes negativos ahí están.
Jaime Rodríguez, “El bronco” gobernador de Nuevo León, ha fallado a los regios con el anuncio tan repetitivo en campaña electoral de la cárcel para el priista Rodrigo Medina.
La beltronista Claudia Pavlovich, gobernadora de Sonora y de Manlio Fabio Beltrones, ha fallado al momento con la cárcel para el panista Guillermo Padrés.
El góber de Guerrero, Héctor Astudillo, ya encarpetó el expediente negro de su antecesor, íngel Aguirre Rivero, con el caso de Ayotzinapa.
El exgóber de Michoacán, el priista Fausto Vallejo, se fue ileso, limpio, inmaculado, no obstante las relaciones peligrosas de su hijo y su secretario General de Gobierno con “La tuta”, el jefe narco de la plaza.
La moneda política seguirá dando vueltas en el aire hasta los primeros meses del año 2017 cuando en caso de ganar la silla del palacio, Héctor Yunes demuestre con hechos su verdadera identidad, aun cuando muchos priistas dudas de que encarcelará a Javier Duarte.
El colmo sería que también perdonara a los duartistas encumbrados…
Luis 27 May, 2016 - 18:15
Sueños guajiros de los panirredistas.