El licenciado Armando Adriano Fabre renunció al Instituto de Pensiones como director. En su lugar entra Octavio Gil, quien se desempeñaba subdirector financiero.

Según las versiones, Adriano Fabre dimitió por voluntad propia, a partir de que el gobernador pretende disponer del dinero de la llamada Reserva Técnica del IPE con los mismos fines que, por ejemplo, ha aplicado la "Operación licuadora" tanto a los fondos estatales como federales, como son las participaciones federales, incluido el subsidio del gobierno central a la Universidad Veracruzana.

Pero, además, desde hace tiempo, cuando abanderó la causa de los pensionados inconformes en la ví­a pública a quienes, además, de apaleados, les pagaban con cheques de hule, el subdirector de la secretarí­a de Finanzas y Planeación, Juan Manuel del Castillo, fue uno de los más represivos en contra de los jubilados, y a quienes, de plano, ordenó retirarles la pensión, contraviniendo así­ el espí­ritu constitucional luego de 30 años de trabajo ininterrumpido.

Es más, en la disputa por el Estado de Derecho se registraron varios cortocircuitos entre Armando Adriano y del Castillo que estuvieron a punto de los madrazos, a no ser por la intervención del sexto secretario de Finanzas, Antonio Gómez Pelegrí­n.
Y que Juan Manuel del Castillo, hechura polí­tica de Javier Duarte, igual que su equipo quí­micamente duartista, se cree dueño único y absoluto del poder.

Exsecretario particular de Duarte, Del Castillo fracasó en su intento electoral de la diputación federal por el distrito de Córdoba.

Luego lo nombraron titular del fideicomiso del 2% a la nómina, donde hizo y deshizo, sin rendir cuentas, más que a su jefe.
Después, fue enviado a la SEFIPLAN, donde en el manejo del recurso oficial está por encima de Gómez Pelegrí­n.