Amatlán, un pueblo intimidado
•Ninguna autoridad ha podido con el problema que afecta a miles de habitantes
•Ayuntamiento, pasivo gestor de los afectados
•Brigada médica atiende a enfermos y les otorga medicamentos
•A Aurelio Mayo de Gasperín, propietario de recicladoras en la entidad, le llueven denuncias y sigue operando desde la impunidad
A cuatro años de funcionamiento, la Compañía Recicladora de Hidrocarburos S.A. de C.V. (Crhisa), localizada en la localidad Paraje Nuevo, continúa causando estragos, no sólo al medio ambiente, sino también a la salud de los habitantes, quienes a pesar de las movilizaciones que han realizado, no han logrado ser atendidos por ninguna instancia de gobierno.
El dueño de la compañía, mientras tanto, mantiene varias empresas del mismo tipo, sin ser sancionado por incumplir con
Laura Rojas
los lineamientos de los estudios de impacto ambiental, que en su momento le fueron autorizados por dependencias oficiales.
La planta está ubicada en una zona urbana, donde constantemente los vecinos se quejan de la emanación de olores tóxicos, producidos por el manejo de hidrocarburos, que en su mayoría es aceite automotriz usado, así como residuos de diesel y gasolina.
Dolor de cabeza, náuseas, enrojecimiento de los ojos, son algunos de los padecimientos que por ahora sufren decenas de pobladores, vecinos de la colonia Santa Cecilia, donde se encuentra la factoría.
La planta recicladora de aceite automotriz, propiedad de la familia Mayo, se instaló hace cuatro años, para procesar el producto y comercializarlo, pero meses después empezaron los problemas, por las afectaciones a la salud de los vecinos, la contaminación del aire y de algunos cuerpos de agua, lo que llevó a los inconformes a presentar denuncias ambientales y penales.
En el mes de marzo del año pasado, los habitantes se organizaron para bloquear la compañía, y solicitaron la intervención de las autoridades municipales, para buscar una solución al problema, pero tras realizar una mesa de diálogo, sólo se logró un convenio para suspender el funcionamiento de la recicladora mientras se colocaban unos filtros industriales en las calderas, construir una fosa para captar los escurrimientos que afectaban un arroyo y el río Atoyac, así como atender a decenas de vecinos afectados por las emanaciones de químicos, con alto contenido de solventes. Entre los afectados, se encontraban algunas embarazadas.
Contrario a lo que se estableció en el proyecto para la construcción de la planta, el cual indica que no existen cuerpos de agua cercanos, ni áreas verdes, sino únicamente árboles de cedro; así como la planta sólo tendrá una vida útil de 20 años y que no causaría daños al medio ambiente, está demostrado que la recicladora se ubica en unos terrenos donde anteriormente había fincas cafetaleras, árboles frutales y maderables, pero que además cerca pasa el arroyo conocido como “El Jabalí”, donde por décadas los pobladores acudían a nadar, a pescar y las mujeres a lavar la ropa, y es un cuerpo de agua que desemboca en el río Atoyac, en la localidad Atoyaquillo, municipio de Amatlán de los Reyes.
El año pasado, cuando los pobladores exigieron la reubicación de la factoría, una comisión de vecinos, personal del Ayuntamiento encabezado por el alcalde priista Miguel íngel Castro Rosas y representantes de la empresa, buscaron una opción alterna y propusieron que la recicladora de aceite automotriz siguiera funcionando, con la promesa de corregir las irregularidades hasta entonces detectadas.
Aun cuando se llegó a un acuerdo para resolver esos problemas, al paso de los meses, la situación persiste. Las quejas ahora son porque la planta deja de funcionar de día, pero por la madrugada, los trabajadores echan a andar las calderas y de nuevo sale el olor a aceite reciclado y se expande.
Paraje Nuevo es la tercera localidad más grande de Amatlán de los Reyes. De acuerdo a datos del INEGI, cuenta con 4,465 habitantes, y está ubicada entre las localidades Peñuela y Potrero Viejo, en el kilómetro 397 de la ruta ferroviaria Veracruz-México, y se sobre la carretera estatal Córdoba-Paso del Macho.
En este lugar, se respira el aire de la zona montañosa, pero de noche se percibe el olor a solventes y químicos utilizados para el tratamiento del aceite automotriz, que es comercializado al sector industrial, tanto para la elaboración de productos como detergentes, así como para ser empleado como combustible en calderas de los ingenios y en las fábricas de alimentos balanceados que hay en la región.
Según las quejas de los vecinos, la contaminación que genera la recicladora afecta más a los niños, pues tan sólo quienes han permanecido unas horas cerca del lugar, de inmediato empiezan a padecer molestias como ardor de ojos, oídos, garganta y el estómago; las familias que habitan cerca se quejan que en ocasiones no pueden ni comer, por las emanaciones tóxicas.
Según el ingeniero agrónomo de la Universidad Veracruzana, y también habitante del pueblo, Pablo González, reitera que los vecinos ya están cansados de que la planta recicladora siga oporando en esas condiciones, y que a pesar de que un grupo de afectados acudieron ante las autoridades municipales ”“encabezadas por el alcalde Miguel íngel Castro Rosas-, para que intervinieran en el asunto, no hicieron caso.
En el grupo inconforme participan en su mayoría las amas de casa, pero también agricultores, campesinos, comerciantes, obreros y uno que otro profesionista, quienes tratan de aprovechar sus conocimientos y experiencia laboral para encauzar las demandas de la población.
EL PROYECTO QUE FUE APROBADO POR LA SEMARNAT
Al ser consultado el proyecto para la instalación de la planta recicladora, publicado por el Sistema Nacional de Trámites (SINAT) de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), se establece lo siguiente:
DATOS GENERALES DEL PROYECTO
La naturaleza del proyecto "Instalación y operación de un centro de acopio y de Reciclaje/recuperación de Residuos de Hidrocarburos, Provenientes de Distintos Procesos" consiste en la instalación, operación y mantenimiento de un centro de acopio y planta de reciclaje de residuos peligrosos, proveniente de distintos procesos para servicio a terceros, dentro de un predio rústico particular con uso general.
La intención del proyecto es minimizar las características de peligrosidad y la cantidad de residuos generados del sector industrial, mediante el proceso del reciclaje/recuperación, que una vez reciclados serán utilizados como combustible alterno o materia prima para la elaboración de otros productos, coadyuvando así al cuidado del medio ambiente, de una manera sustentable y generando derrama económica, mediante la generación de empleos directos e indirectos.
La infraestructura de la planta, se indica, consta de un montaje de equipos, consistente en la instalación de tanques de acero verticales, con capacidad de 35 mil litros, bombas, tuberías y accesorios para transferencia de productos, instalación de filtro de canasta, una caldera y la instalación eléctrica, llevando a cabo un proceso de filtrado, precalentamiento y aditivación.
En el apartado 1.6, relativo al “Uso de suelo y/o cuerpos de agua, en el sitio del proyecto, y en sus colindancias”, el plan señala que actualmente el uso de suelo cae dentro de lo que es la zona habitacional de la zona de Paraje Nuevo, y de acuerdo a la cartografía del INEGI, el uso de suelo y vegetación es agrícola.
Sin embargo, señala el documento, “no existen cuerpos de agua o sitios de alta biodiversidad reportados por CONABIO, cercanos al sitio donde se instalará el proyecto, sin embargo, existe vegetación que se encuentra reportada en la NOM-059-SEMARNAT-2010, como especie sujeta a protección especial, como es el cedro (cedrella dugesii), los cuales se respetarán, conservando su permanencia”.
En otro apartado, se establece que el sitio donde está instalada la planta es zona urbana, con vía de acceso terrestre, agua suministrada en pipas y almacenada en cisterna, energía suministrada por CFE y que las descargas de aguas negras serían enviadas a una fosa séptica, para su posterior retiro por una empresa autorizada, así como un programa de manejo de residuos sólidos urbanos y de manejo especial, donde se marca la segregación de la basura para su reciclaje. También se detallan aspectos como la implementación de un plan de contingencias, principalmente incendios, y una relación de números telefónicos de las corporaciones de emergencias.
También se considera la necesidad de elaborar un croquis con las características de ubicación del proyecto, las localidades próximas, los rasgos fisiográficos e hidrológicos sobresalientes,las vías de comunicación y otros que permitan su fácil ubicación.
El proyecto indica que la planta se localiza en el Camino a Santa Ana S/N, Paraje Nuevo, Amatlán de los Reyes Veracruz.
Aunque se menciona que el tiempo de vida útil de la recicladora sería de 20 años, detalla que el equipo se iría reemplazando, por lo que la duración real del proyecto será indefinida. Señala que "no será una actividad de alto riesgo, por no sobrepasar las cantidades de reporte del primero y segundo listado de actividades altamente riesgosas, publicados el 28 de marzo de 1990, y 4 de mayo de 1992, respectivamente".
Se detallan también datos como el nombre y cargo del representante legal, Aurelio Mayo de Gasperín, y el responsable de la elaboración del Estudio de Impacto Ambiental, "Ambienta de México, S.A. de C.V."; el representante legal, Carlos Borja Lagunas, y el técnico del estudio, Miriam Alejandra Aranda Grijalva.
SIRVIÓ DE NADA OBLIGAR A RECICLADORA A COLOCAR FILTROS
El 30 de marzo del año pasado, la compañía Recicladora de Hidrocarburos, S.A. de C.V. (CRHISA) se comprometió a instalar filtros para reducir la emisión de contaminantes que afectan a los vecinos y les causan malestares; la planta quedó sin funcionar mientras se instalaban los dispositivos, y se les daba servicio médico a los afectados, aunado a una verificación mensual a las aguas del arroyo “El Jabalí”, para evitar que el río Atoyac se contaminara. Sin embargo, a los ojos de los vecinos eso pareció servir de nada.
Días antes, los pobladores de Paraje Nuevo se manifestaron afuera de la compañía recicladora, y solicitaron la presencia de los bomberos, personal de Protección Civil y la Policía Municipal, preocupados porque las emanaciones de los hidrocarburos que son tratados con otros químicos les provocaron mareos, náuseas, sensación de vómito e irritación en la garganta. Ese día, los inconformes bloquearon la entrada de la compañía, donde personal de Protección Civil colocó una cinta preventiva para prohibir la entrada de personas y vehículos, y los trabajadores que en esos momentos laboraban fueron desalojados.
Los afectados se quejaron que persistían olores de los derivados de petróleo, que afectaron a niños, jóvenes y adultos, así como a mujeres embarazadas, según la auxiliar de salud, Marcela Rivera, quien además mostró un canal de desagí¼e de la empresa, el cual alcanzó al arroyo “El Jabalí”, así como al río Atoyac.
Vecinos, autoridades y personal de la compañía, acordaron que se instalarían filtros industriales, para que las emisiones de las calderas fueran menores. Asimismo, acordaron que mensualmente se verificaría el agua del arroyo “El Jabalí”, a fin de evitar que los residuos de los materiales llegaran a ese cuerpo de agua, que desemboca en el río Atoyac. Otro de los acuerdos fue dar atención médica a las personas con malestares.
“Queremos el cierre de la empresa y no más contaminación al río, ni malos olores. El dueño de la empresa dice que va a comprar los equipos, pero mientras pasa el tiempo nuestras familias están soportando el mal olor” acusaron los inconformes.
Mientras tanto, el propietario de la empresa, Aurelio Mayo de Gasperín, señaló que desde hace cuatro años y medio se instaló la empresa y no había tenido problemas, ni quejas de la población. “Propongo una solución, legalmente tengo los permisos de la SEMARNAT y PROFEPA”, aseguró.
Mayo de Gasperín, descendiente de una familia de españoles que se establecieron en la región, desde la época revolucionaria, aseguró que se harían análisis para detectar problemas de salud, y de ser así los asumiría, ya que los niveles de seguridad de la empresa eran correctos. El dueño de la empresa argumentó que el mal olor se generó porque los trabajadores usaron otro combustible alterno al diésel en las calderas.
LA DENUNCIA ANTE LA PGR PARECE NO PROSPERAR
Los afectados por la planta recicladora de combustibles, dieron a conocer que la denuncia que el pasado 10 de noviembre interpusieron ante la Procuraduría General de la República (PGR) en Córdoba y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), en Xalapa, en contra de la empresa “Crhisa”, parece no seguir su cauce.
Además, acusaron a las autoridades de Amatlán, de hacer caso omiso a la situación, dando lugar a que representantes legales de la compañía interpusieran una denuncia contra algunos encabezadores del movimiento.
Por eso, molestos, los vecinos se manifestaron también el 23 de noviembre del año pasado, con pancartas y lonas, en el Palacio Municipal, para exigir el cierre definitivo de la compañía.
Ante las autoridades encabezadas por el alcalde Miguel íngel Castro Rosas, con gritos demandaron que haga algo para solucionar ese problema. “Sabemos que de acuerdo a la ley, usted puede convocar a una sesión de Cabildo, para que tomen el acuerdo de revocarle los permisos a la recicladora y llevársela a otro lado, fuera del poblado, porque así no es factible que siga funcionando” le ordenaron.
En respuesta, el presidente municipal, les dijo que está dispuesto a colaborar con ellos para que la recicladora de aceite sea reubicada. Por eso, les mostró documentos, uno de ellos del 10 de noviembre del 2015, donde consta que solicitó la intervención de la PROFEPA para solucionar el asunto.
LLEGA BRIGADA DE SALUD PARA VALORAR A AFECTADOS DE PLANTA RECICLADORA DE PARAJE NUEVO
Este fin de semana, una brigada de auxiliares de la salud, llegaron a Paraje Nuevo, para atender a varias personas que han presentado síntomas de intoxicación por las emanaciones químicas de la planta recicladora que se instaló hace cuatro años.
Ana Lilia Ojeda Rodríguez, de 40 años, vecina del poblado Santa Ana, presenta alteración de la presión, y presenta sagrado por la nariz; otra afectada es una menor del mismo lugar.
Desde temprana hora arribaron al plantón voluntarios de la asociación civil "Veracrusanos", procedentes del puerto de Veracruz, para atender a los enfermos.
El personal le tomó la presión a los afectados y les dio medicamentos, consistentes en tabletas de fumarato ferroso, para atenuar los males que les ha provocado la contaminación de esta planta. “Las pastillas son para mejorar la calidad de la sangre, ya que todo lo que respiran les afecta los pulmones y se dificulta la respiración. Deben tomarse una pastilla diaria, mientras podemos retornar con más apoyo médico, tal vez en unos tres meses”, indicó una enfermera del grupo de voluntarios.
Más de 50 vecinos fueron atendidos en el plantón permanente, ubicado frente a la compañía, sólo protegidos por una lona y subsistiendo con los víveres que les aporta el pueblo.
Los inconformes, denunciaron una vez más que a pesar de que han solicitado la intervención del Ayuntamiento, y dependencias oficiales para que intervengan en el asunto estas instancias no han cumplido con su obligación, y permanecen pasivos ante el problema.
INCOMPETENTE RESULTÓ EL PROCURADOR DEL MEDIO AMBIENTE EN VERACRUZ
El pasado 25 de noviembre, el procurador del Medio Ambiente en el estado de Veracruz, Juan Manuel Aguilar, llegó a la zona para verificar las irregularidades en las que opera la planta recicladora de aceite, pero tras reunirse a puerta cerrada con los directivos de la compañía se declaró incompetente para intervenir, señalando que el asunto es de federal, ya que fue la SEMARNAT quien expidió los permisos.
Habitantes de la colonia San Cecilia de Paraje Nuevo, esperaban la llegada del Procurador del Medio Ambiente Estatal, quien acudió a verificar la recicladora de hidrocarburos en atención a las denuncias que mencionaban la excesiva contaminacion de la fábrica.
Los afectados esperaban que el funcionario verificara los escurrimientos de aceite que brotaban de los drenajes aledaños de la recicladora de hidrocarburo y que desembocan en el arroyo “Jabalí” y el Río Atoyac.
Sin embargo, luego de tres horas de diálogo con los directivos, Juan Manuel Aguilar, “se lavó las manos”, ya que planteó la necesidad de verificación a la planta recicladora de hidrocarburos, pero mencionó que ese es un asunto de competencia federal.
Debido a eso, los vecinos consideraron que en lugar de apoyarlos, se notó su postura a favor de la empresa, asegurando que la misma tenía un período de 30 días para contratar a un laboratorio químico ambiental y demostrar que sus emisiones no son contaminantes, ya que de lo contrario podría ser clausurada.