El olvido sobre asesinatos y ataques a estudiantes
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2 de octubre, los cinco de la Narvarte, Ayotzinapa, los casos más emblemáticos de masacres a estudiantes, periodistas y activistas fueron rememorados durante la tradicional marcha del dos de octubre que realizan estudiantes de la Universidad Veracruzana en la ciudad de Xalapa.
Rosalía Vázquez
¡Dos de octubre no se olvida! Gritaban con la fuerza que su voz les permitió. Salieron como siempre, de la unidad de humanidades, como si en esa área se concentraran las conciencias estudiantiles.
Pero ya no es lo mismo, los luchadores se están extinguiendo. “No, tengo clase” decía una joven a la invitación de sus compañeros de unirse a la marcha. Algunos observaban la concentración, la mayoría pasaba de largo sin siquiera voltear.
¿Por qué marchan? Cuestionó una joven de baja estatura al entrar a la unidad de humanidades. Y después de casi una hora de espera y organización, estudiantes, algunos activistas e integrantes del Movimiento Magisterial Veracruzano (MMPV) salieron a marchar.
¡Dos de octubre no se olvida! Gritaban con insistencia y fuerza pero eran menos de 50 voces las que pedían a la población, a sus compañeros universitarios y a la prensa, no olvidar, no agotar el coraje.
DE LOS ERRORES SE APRENDE
Recordando la ocasión en que algunos periodistas fueron agredidos por grupos anarquistas supuestamente infiltrados en las marchas estudiantiles, una de las jóvenes de la marcha lanzó una advertencia a los medios de comunicación que cubrían el evento.
“Es por su seguridad. No se permite que tomen fotografías, si algo le pasa a sus cámaras no nos hacemos responsables”.
Aun así hubo fotografías. La mayoría tomó su distancia, otros pusieron marcha estrategias de seguridad previamente armadas, y algún aventurero se hizo de oídos sordos y ser acercó lo más posible para que su lente no le fuera a fallar.
Los estudiantes también tomaron sus medidas de seguridad, para seguir la protestas sin exponerse, colocaron sobre su rostro mascaras con la fotografía del foto reportero Rubén Espinosa y la activista Nadia Vera, ambos asesinados el 31 de julio en el Distrito Federal.
Con las experiencias anteriores donde jóvenes anarquistas realizaron en más de 5 ocasiones destrozos a las instalaciones del Instituto Nacional Electoral y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), ambos cerraron sus puertas cuando se enteraron de la marcha de estudiantes.
CEDH, MARCHANDO PARA BAJAR LOS KILOS
Siguiendo a los estudiantes estaba el titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) Fernando Perera Escamilla. Que asistió para verificar que no se cometieran actos de agresiones contra los estudiantes que marchaban o los periodistas que asistieron.
“Estuvimos como observadores, no tuvimos ningún incidente, en todas las regiones están los comisionados pendientes de que no ocurra nada y hasta ahora todo fue bien”.
Como no hubo agresiones, Fernando Perera se dedicó a medir los kilómetros caminados “9 kilómetros y medio. Ya hicimos un poquito de ejercicio”.
Y aunque tomó el kilometraje con exactitud, dijo no recordar el número de expedientes que lleva la CEDH en la actualidad en cuanto a agresiones contra estudiantes. “No venimos a traer temas de estadísticas”.
Sobre el caso del 5 de junio donde 8 jóvenes fueron golpeados brutalmente al interior de una vivienda particular, y donde se acusa omisión de labores por parte de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, Fernando Perera indicó que es la Fiscalía quien lleva el asunto.
Sin embargo, y a pesar de que la CEDH da seguimiento al caso, dijo no poder decir nada al respecto porque es el Fiscal general quien debe dar avances sobre la investigación del caso.
Los estudiantes continuaron marchando con una decena de pancartas, gritos y consignas de repudio pero siempre de forma pacífica y sin detenerse en algún punto para otorgar pronunciamientos.
¡Duarte Marrano, que matas a mi hermano! Fue el reclamo que hicieron los manifestantes mientras señalaban con la mano hacia el palacio de gobierno en el centro de la ciudad. Al encontrar la Plaza Lerdo ocupada por vendedores y otros manifestantes, siguieron su camino hacia la unidad de humanidades.
“Se nota el gobierno corrupto, fascista e intolerante que tenemos ante la expresión. Intentan oprimir a los estudiantes matándolos. Nos han querido desaparecer y si no damos la diferencia de alzarnos aunque Sara (rectora UV) ha querido agacharnos, nosotros tenemos la obligación de protestar, de pensar diferente” alcanzó a decir uno de los estudiantes.
KARLO REYES, NI SUS LUCES
Fernando Perera Escamilla indicó que la CEDH no lleva ningún acta sobre la agresión de un grupo de hombres al fotoperiodista Karlo Reyes el pasado 15 de septiembre, pues a pesar de buscar el contacto directo con él para que levantara una queja, nunca lo encontraron.
“Lo fuimos a buscar al CEM, a su casa, a todos lados y nunca lo encontramos. No llevamos queja de ninguna especia, de la fiscalía abrieron una investigación de oficio pero su señora madre nos dijo que no quería hacer nada al respecto. Nosotros llevamos el expediente de oficio”.