Desde hace 73 años no se ha actualizado la Ley número 59 contra el ruido en el estado de Veracruz, eso ha provocado que la canción del "ya llegó, ya está aquí­" que anuncia a una empresa gasera despierte a los xalapeños un domingo a las 7:00, que el estudiante que hace su tesis tenga que escuchar la música de banda de su vecina y que la señora que madrugada para llevar a sus hijos a la escuela salga a reclamarle al dueño del bar de la esquina.

En el estado de Veracruz no hay una regulación adecuada del ruido excesivo, considerado contaminación auditiva y con una regulación legal arcaica que no ha logrado que los municipios regulen la situación, convirtiendo a Xalapa en uno de los municipios veracruzanos más ruidosos.

Edmundo Macario ílvarez, presidente de la asociación civil "Centro de Estudios de Derecho, Juventud y Pobreza" de la que deriva el proyecto "Vivir sin Ruido", indicó que es urgente regular la ley estatal en la que sólo se contempla la sanción de ruidos industriales, uso indiscriminado del claxon, la música de las casas y los de bares, cantinas y centros nocturnos.

Sin embargo, no se incluye la medición de decibeles para generar las sanciones correspondientes y las acciones preventivas del ruido, como construcciones adecuadas, instalación de comercios ruidosos lejos de las casas habitación, entre otras cosas.

Actualmente la Organización Mundial de la Salud indica que durante el dí­a se permite un máximo de 65 decibeles, y en la noche 55 decibeles. Pero al menos en el centro de Xalapa y algunas colonias la contaminación auditiva llega hasta los 85 decibeles.

A eso se suma que ni la misma autoridad estatal respeta el reglamento vigente y publicado originalmente el 20 de octubre de 1942. Ejemplo de ello es que dicha ley contempla la prohibición de silbatos por parte de elementos de tránsito, cuando exista un semáforo en la misma esquina.

En el centro de la ciudad, a pesar del funcionamiento de los semáforos, las agentes viales realizan señalamientos con fuerte carga sonora.

De igual forma en el artí­culo 12 apartado 3 indica la prohibición del uso de bocinas aplicadas directamente para amplificar la voz humana. Situación que se realiza en constantes manifestaciones realizadas en la Plaza Lerdo.

La ley contra el ruido marca multas máximas de 50 pesos, una burla pensando en el valor del peso actual.

Por su parte, el reglamento municipal de protección civil en Xalapa regula la emisión de ruido de manera detallada. Indicando que los establecimientos industriales, comerciales y de servicio público deben tener una construcción que permita el aislamiento acústico.

El ruido generado en su interior no debe rebasar el máximo de 60 decibeles, de las 6:00 a las 22:00 horas, y de 58 decibeles, de las 22:00 a las 6:00 horas del dí­a siguiente.

En el caso de las industrias, comercios, oficinas, unidades habitacionales, clubes sociales, deportivos y de servicios, centro educativos, hospitales, teatros, cines, discotecas, terminales y estaciones de transporte de pasajeros y de carga, mercados, plazas comerciales, centrales de abasto, centros nocturnos, bares y casas particulares deberán tener un máximo de 60 decibeles, de las 6:00 a las 22:00 horas, y de 58 decibeles, de las 22:00 las 6:00 horas del dí­a siguiente.

En caso de no cumplir con el reglamento las multas económicas van de los dos a los 2 mil dí­as de salario mí­nimo, lo que representa alrededor de 140 mil pesos. Los comercios serán acreedores a la clausura temporal o definitiva.

Estos lineamientos no están relacionados con la ley, por lo que podrí­an no ser aplicables. La asociación se encuentra elaborando una propuesta de reforma a la leude emisión de ruido donde se actualicen las medidas preventivas y sancionadoras.

DE SORDOS ESTí LLENA XALAPA

El ruido excesivo provocan según la OMS problemas como sordera, estrés, arritmia cardí­aca, alteraciones de sueño e incluso la muerte por paro cardí­aco que provocan las fuertes vibraciones auditivas.

"El ruido causa la muerte. Pero en un panorama menos dramático, en Xalapa los casos de sordera han aumentado en los últimos 15 años" y aunque no se tienen registros de fallecimientos por esta razón tampoco se descarta la posibilidad de que existan.

Además, especialistas médicos de la entidad han declarado que las personas que acuden a los antros presentan una ligera sordera durante todo el dí­a posterior al haberse expuesto al ruido excesivo.

El integrante de "vivir sin ruido" lamentó que la ciudadaní­a tenga que buscar resolver los problemas que enfrentan de contaminación auditiva sin que la autoridad cumpla con su parte de intervención y conciliación.

Ejemplo de ello es que los ciudadanos deben enfrentar conflictos con sus vecinos, tener pleitos con comercios y soportar los ruidos de vehí­culos que llevan publicidad.

Edmundo Macario hizo un llamado para que la contaminación auditiva se tome como un problema ambiental real que a pesar de no ser tangible, genera diversas complicaciones a la salud y sigue sin ser atendido.