El filme, que consideran un éxito dado que los hermanitos eran conocidos en el mundo, será traducido al inglés, francés e italiano.

Pero, bueno, el cineasta Sergio Guerrero pudiera contemplar la posibilidad de una serie, considerando que el modelo de los hermanos Rodrí­guez, los Caí­n y Abel del siglo XX en México, se reproduce en todas las naciones, incluso, hasta en Veracruz, con la fama pública de los gemelos, diputados locales Cuauhtémoc Pola, de la izquierda, y Tonapriuh Pola, del tricolor.

Es más, la directora de Promoción Turí­stica de la Secretarí­a de Turismo, Dalia Pérez Castañeda, podrí­a cursar una invitación al cineasta para que mire al Veracruz de los gemelos Pola y sopese la posibilidad de que con financiamiento oficial lance la segunda versión de la pelí­cula Siblings.

Ojalá.

Y ojalá, porque aquí­ se empalman las pasiones desordenadas de la polí­tica, pues mientras toda su vida Cuau ha militado en la tarea pública, de pronto, a su gemelo se le ocurrió el viaje, descubrió su innegable vocación priista y sin más entró por la puerta grande al Congreso como diputado local, acariciando incluso la presidencia municipal jarocha.

Pero más aún, si Dalia profundizara en la historia de los gemelos diputados descubrirí­a, por ejemplo, que con ellos se han dado momentos estelares en sus vidas de igual manera como en Londres un joven de unos 34 años, Matthew Williams, mató a una chica de 22 años en un hotel y luego se la comió en pedacitos.

Primero, le sacó los ojos y se los comió como, se afirma, hacen los zopilotes cuando descubren desde las alturas un cadáver tirado en despoblado.

Luego, empezó a comerse partes de la cara y, de pronto, listo para hacerse unos bisteces encebollados con la nalga izquierda, la policí­a, acompañada del gerente del hotel, abrió la puerta con la llave maestra y torpedearon su festí­n gastronómico.

Y es que, bueno, al paso que van, los gemelos diputados podrí­an, sálvanos Señor, llegar a tal vocación carní­vora y troglodita, pues en cosas de odios y resentimientos nadie sabe el destino.

Y, por tanto, habrí­a incluso más posibilidades de triunfo fí­lmico en la taquilla con la historia de los gemelos Pola Estrada que con la vida de los hermanos Rodrí­guez.

JAROCHILANDIA DE ANA DE LA REGUERA, OTRA POSIBILIDAD

Ahora bien, si el cabildeo de Dalia fallara ante el cineasta Sergio Guerrero, entonces, podrí­a tocar el corazón de Ana de la Reguera, quien con su Fundación del mismo nombre en La Antigua tiene un centro de capacitación artí­stica para volver actores de cine y televisión a los pobladores.

Por lo pronto, dice Ana, han descubierto un trí­o de personas con posibilidades fí­lmicas.

Pero, además, la estrella de Capadocia, merecedora del premio de Mejor Coactuación en el Chelsea Film Festival por su trabajo en la cinta Sun belt express, próxima a exhibirse en Estados Unidos y Parí­s, planea un juego didáctico llamado Jarochilandia, para difundir los valores de la historia nacional.

Por lo pronto ha anunciado que buscará a los diputados de Acción Nacional para avenirse recursos y aterrizar su legí­tima aspiración.

Nada más alentador, pues, que Jarochilandia arrancara con la historia de los gemelos Pola, teniendo como escenario la LXIII Legislatura y quizá, incluso, hasta invitaran a la todaví­a diputada local Ana Guadalupe Ingram como artista estelar en el papel, digamos, de la chica soñando con el desafí­o más grande de la historia: evitar que el relato bí­blico se cumpla en Veracruz, frustrando la canija obsesión de Caí­n de matar a Abel.