Expediente 2011/Plomo o plata/24 de junio de 2011
96 horas después del triple crimen de Milo Vela y su familia, el procurador de Justicia, Reynaldo Gaudencio Escobar Pérez, ha anunciado la primera pista. Uno de los presuntos asesinos se llama Juan Carlos Carranza Saavedra, ”˜”™El ñaca”™”™, de 33 años, originario del puerto de Veracruz.
Expediente 2011
Plomo o plata
Luis Velázquez Rivera
24 de junio de 2011
96 horas después del triple crimen de Milo Vela y su familia, el procurador de Justicia, Reynaldo Gaudencio Escobar Pérez, ha anunciado la primera pista. Uno de los presuntos asesinos se llama Juan Carlos Carranza Saavedra, ”˜”™El ñaca”™”™, de 33 años, originario del puerto de Veracruz.
”˜”™El ñaca”™”™ tiene una historia delictiva. Primero, por vandalismo. Segundo, por robo. Tercero, por asesinatos, dice el procu.
Incluso, han ofrecido un pago de 3 millones de pesos a la persona que informe sobre su paradero, además de pedir auxilio a la Procuraduría General de Justicia y a la Interpol para su rastreo.
Esperemos, pues, acciones inmediatas.
Por lo pronto, habría de resumir el análisis que el ex presidente de Colombia, Ernesto Samper, planteara el miércoles en la noche a la periodista Carmen Aristegui en CNN alrededor de la guerra contra el narcotráfico, declarada, aquí, en México, de igual manera como en otras latitudes de América Latina.
Un resumen que, por todos lados, repercute en Veracruz por las horas y los días violentos, cada vez más violentos, que padecemos los 7 millones de veracruzanos, una sociedad atemorizada, rehén del terror, el temor, la angustia y la desesperación.
Incluso, en algunos pueblos de Veracruz la vida nocturna se extingue. Apenas cae la noche, calles y avenidas se observan desiertas. ”˜”™En un milagro agarrar taxi a las 9, 10 de la noche”™”™ dice una periodista de Acayucan.
En tanto, en otras ciudades, la gente con recursos está emigrando, ya a Estados Unidos, a la frontera sur, a la ciudad de México.
1.-Según el ex presidente de Colombia, en la guerra contra los señores de la droga necesita preguntarse quiénes pagan la factura de la narcoguerra. ¿Los políticos? ¿Los empresarios? ¿Los ciudadanos? ¿Las familias? ¿Los inocentes?
2.-Una narcoguerra en México y en Colombia y en Guatemala, por ejemplo, está condenada, como ahora, al fracaso. Unicamente hay esperanza si se integrara un frente internacional. De seguir así, como en México (y por añadidura, en Veracruz), México se convertirá en un Vietnam de las drogas. Es decir, un fracaso estrepitoso.
3.-Y es que, dice Samper, en un país, de pronto, se declara guerra implacable contra los señores de la droga, y al mismo tiempo, los narcos emigran a otras naciones. Así empezó en Colombia. Luego, pasó a México. Ahora se extiende a Guatemala.
4.-El movimiento de la droga inició en México en 1935, cuando los narcos fueron arrinconados en el Caribe. Hoy, florece más que nunca, con un daño imprevisto. Más de 40 mil muertos, con 10 mil niños huérfanos, sólo en Ciudad Juárez. Y un número incalculable de viudas.
5.-La narcoguerra necesita más recursos físicos y operativos. Una administración rigurosa de la justicia. Una policía eficaz. Y en México hay muchas dudas al respecto.
6.-El narco está considerado como la única empresa exitosa en América Latina. Y por eso es más difícil el combate.
7.-La política de represión contra la droga (como se opera en México) ha fracasado en todos los países del mundo. Cada proceso (producción, comercialización, distribución, consumo) implica un tratamiento diferente. Y en México está lejos de observarse. Además, se olvida que las leyes de la economía en ningún momento funcionan para el combate a la droga.
8.-La narcoguerra origina decenas, cientos de lo que se ha llamado ”˜”™daños colaterales”™”™, como es, por ejemplo, la muerte de civiles. Pero ¿quién responde de tales acciones?
9.-En México hay una guerra loca que no camina a ninguna parte. Ahí están los resultados. Un país dolido y atemorizado. Una ciudad irritada. Marchas y caminatas de norte a sur del país. Más muertos. Más tiroteos. Más secuestros. Más levantones. Etcétera.
10.-Legalizar la droga es un error. A menos, claro, que la legalización se internacionalice. De lo contrario, si un país la legaliza se vuelve un paraíso de la distribución de la droga.
11.-En el mundo islámico está prohibida tanto la droga como el licor. Y quizá habría de mirar tal modelo.
12.-En un país, como México (y por añadidura, Veracruz) donde hay producción, distribución y consumo de droga, el foco rojo se enciende mucho más. El problema se complica.
13.-Hemos llegado a una realidad inevitable y cruda. El narcoterrorismo. Coches bomba. Fosas clandestinas. Decapitados. Civiles muertos. Atmósfera de miedo y terror.
14.-En todo proceso electoral, los recursos limpios se mezclan con los recursos sucios, provenientes del narcotráfico. La ley de los señores de la droga es la siguiente: ”˜”™Plomo o plata”™”™. La coyuntura se convierte en una pesadilla. Por eso el Estado debe mantener el control financiero de los comicios. Cada país corre el riesgo. ”˜”™Yo mismo, acepta Ernesto Samper, fui filtrado por el narco en mi campaña presidencial”™”™.
15.-La violencia política, proveniente del narco, es un hecho. La delincuencia organizada asesina a políticos de todos los niveles.
16.-Los cárteles se multiplican en América Latina. Entre Joaquín ”˜”™El Chapo”™”™ Guzmán y Pablo Escobar Gaviria, el narco colombiano número uno de América Latina, existía una amistad, y por tanto, una alianza. Y tales acciones repercuten en México, por ejemplo.
17.-El gobierno está obligado a definir una política de Estado frente a los señores del narco. ”˜”™Es tarea de todos”™”™. Y cuidado, observa el ex presidente de Colombia a Carmen Aristegui, si la guerra contra el narco se politiza. (En México, incluso, ya estaría sucediendo).
POSDATA: En unos días, editorial Grijalvo circulará el nuevo libro del periodista Miguel Angel Granados Chapa. Se intitula ”˜”™Buendía, un crimen de Estado. El primer asesinato de la narcopolítica”™”™.
Ana 24 Jun, 2011 - 08:10
Ojalá el "procu" y el aparato de justicia no se equivoquen, no creen chivos expiatorios. Por más ganas que uno tenga de que el crimen de Milovela y su familia (y todos los crÃmenes de los que se sabe, y no) se resuelva pronto, no quede impune, sabemos que en México hay una larga tradición de fabricación de culpables. Ojalá, en este caso, haya certeza. Ojalá. Porque ante tanta violencia, la fe se nos escapa como agua de las manos.