Sindicato de trabajadoras sexuales
•Se forma en la ciudad de México y creará filiales en el país
•En Veracruz, el primer motín de cortesanas en el siglo pasado
•Lograron congelar las rentas en patios de vecindad al lado del líder socialista Herón Proal
En la ciudad de México han formado el primer sindicato de trabajadores sexuales, mujeres y hombres.
El siguiente paso, observa uno de los líderes, es crear filiales en otras entidades federativas de la república para, asegura, “desarrollar proyectos productivos, educativos y de vivienda”.
Sin duda, pronto aterrizarán en Veracruz, pues la investigadora Patricia Ponce ha dicho que Veracruz es el productor número uno de trabajadoras sexuales en el país y, por tanto, un estado exportador.
Luis Velázquez
Segundo, porque en ningún estado del país, salvo el Distrito Federal, el número de anuncios sexuales en la prensa escrita resulta inverosímil.
Tercero, porque el desempleo se ha acentuado, además de los salarios de hambre, sin prestaciones sociales, económicas y médicas.
Con todo, habría de echar una zambullida en la historia, pues en el siglo pasado Veracruz fue el primer espacio de la nación donde se formara un sindicato de prostitutas, aguerrido y combativo.
Fue hacia 1922 con el movimiento inquilinario de Herón Proal, un sastre modesto y sencillo, originario de Tampico, que en el afán aventurero aterrizó en Veracruz y quedara a vivir.
Entonces, en todos los patios de vecindad y las privadas, los casatenientes imponían su ley, aumentando la renta cada vez que se les antojaba, ante la complacencia de la autoridad.
Hartos, molestos, iracundos porque los inquilinos trabajaban sólo para pagar la renta, uno de ellos, Herón Proal, empezó a organizar a los vecinos de su patio, y luego a los de otro y otro y otro para rebelarse al presidente municipal y al gobernador.
La mayor parte de las trabajadoras sexuales operaban en patios de vecindad. Allí era la gran casa de citas VIP, lo que años después se trasladaría a la calle Guerrero, a un ladito del mercado Unidad Veracruzana, manzanas completas de prestadoras de tal servicio.
Proal habló con ellas y todas se unieron al movimiento inquilinario.
El día de la rebelión las cortesanas sacaron a la calle los colchones de sus cuartos de vecindad donde hacían el sexo rápido y los incendiaron, desafiando a los casatenientes.
Herón Proa fue enviado a la cárcel y dos, tres días después, en una manifestación popular sin precedente, los vecinos y las trabajadoras sexuales se plantaron ante la agencia del Ministerio Público y la cárcel y la autoridad tuvo que dejar en libertad a su líder.
Al gobierno de Veracruz sólo quedó una opción: congelar las rentas, evitando así el abuso de los dueños.
Una legítima conquista, cierto, de los inquilinos; pero también de las mesalinas.
Honor y gloria para todas ellas…
OPORTUNIDAD PARA QUE EL PRI LAS AFILIE
Ahora, un juzgado de distrito en la ciudad de México otorgó “un amparo interpuesto por grupos de trabajadoras y trabajadores sexuales, en una decisión inédita en el sistema jurídico, que le permitirá a los beneficiarios ser reconocidos como trabajadores no asalariados y formar sindicatos para defender sus derechos laborales” (La jornada, 25 de julio, Fernando Camacho).
Pues bien, en el siglo XXI ellos han decidido retomar la defensa de los legítimos derechos del gremio.
Lucharán contra los abusos y atropellos policiacos. Los traficantes de carne humana.
Los operativos oficiales para, por ejemplo, credencializar a los prestadores de tales servicios y obligar a todos a las pruebas VIH y el pago para la licencia de control sanitario.
Etecé. Etecé.
Según el primer sindicato en la ciudad de México hay en el país unas 800 mil personas en el trabajo sexual, una cuarta parte menores de 18 años, que aportan el 2 por ciento del Producto Interno Bruto, quienes cabildearán para formar sus filiales sindicales en cada región del país.
Elizabeth Morales García, presidenta del CDE del PRI, habría de inmediato de lanzar tal operativo (unirse a ellos, pues) para la afiliación al tricolor, ahora que ha decidido crear el comité infantil del partidazo.