De acuerdo con el alcalde de Atzompa, el perredista Bonificio Aguilar, en el pueblo han ocurrido los siguientes hechos y circunstancias:

Una. Las familias están hartas de los secuestros y extorsiones de los malosos.

Dos. Hay más de 300 ciudadanos armados con palos, machetes y armas de fuego, vigilando sus comunidades.

Tres. Para garantizar la seguridad en la vida y en los bienes en el municipio solo hay 10 policí­as.

Cuatro. 40 comunidades cuentan con vigilancia vecinal, que aun cuando, claro, está considerada fuera de la ley, es la única estrategia para defenderse de los delincuentes… ante el inminente fracaso e incompetencia de la secretarí­a de Seguridad Pública.

Y, por tanto, si al escenario anterior en ningún momento se le puede llamar autodefensa, como niega “el segundo del gobernador”, entonces, habrí­a de buscar en el diccionario de la Real Academia Española el equivalente.

En contraparte, en la zona conurbada Veracruz-Boca del Rí­o, y en Coatzacoalcos, y en otras latitudes de Veracruz, les llaman “El vecino vigilante”.

Estamos, pues, ante un Estado de Derecho en Veracruz rebasado, por un lado, por los carteles, y por el otro, los ciudadanos que cada vez se organizan más y más, y en donde la única respuesta oficial es negar la realidad.

LAGOS, PERDIDO EN SU BURBUJA

El lí­der de las autodefensas de Tepalcatepec y vocero del movimiento en Michoacán, el doctor José Manuel Mireles, ha sido categórico:

Uno. “El gobierno federal quiere borrar el nombre de ”˜autodefensas”™ porque es emblemático del hartazgo social” (Proceso 1957, 4 de mayo, 2014, José Gil Olmos).

Dos. El gobierno Peñista, dice, “tiene prisa por callarnos. Somos (con las autodefensas) el foco rojo en la nación porque todo lo que estamos haciendo es visto y oí­do por la comunidad internacional”.

Y por eso mismo, en Veracruz pegan de brincos con la aparición de autodefensas. Eso ocurrió cuando en Zongolica aparecieron las primeras y Erick Lagos llamó a palacio de Xalapa al coordinador, y de pronto, zas, por un milagrazo, un cañonazo le llamaba el presidente ílvaro Obregón, el silencio, de igual modo como ahora el titular de la SEGOB jarocha piensa que con su palabra negando los hechos el contribuyente local le cree.

¡Pobrecito, está perdido, vive en su burbuja!

Dice Mireles: “Que quede claro: muchos no nos vamos a quitar las playeras de autodefensas.

Los que hicimos de este movimiento social una bandera, no nos la vamos a quitar, a va servir para que los siguientes sistemas de gobierno que tengamos los mexicanos vean que ya no a ser fácil abandonarnos y vernos la cara de tarugos” (Ibí­dem).

PORRO ERES, DICE LA BIBLIA, Y EN PORRO TE CONVERTIRíS

Si ese señor a quien apodan “El chily-willy” sigue ocultando los hechos, sólo ganará más, mucho más, descrédito y desprestigio.

Claro, podrí­a tentar al presidente municipal de Soledad Atzompa, de igual manera como la fama pública consigna que ha seducido a otros a partir del billete, entre otros, a una parte de la cúpula del PRD y del PAN y del Ave y de Antorcha Campesina en Veracruz.

Incluso, a su propio grupo de choque, integrado con porros, a quienes suele enmascarar para armar zipizapes (tipo la toma de la USBI en Xalapa en el último informe del rector de la UV, Raúl Arias Lovillo), deberí­a llamar “Las autodefensas de Érick Lagos”…, camino, digamos, a la candidatura priista a gobernador en el año 2016.

Porro eres, dice la Biblia, y en porro te convertirás.

HARTOS DE SECUESTROS Y EXTORSIONES

Malo, pues, que el chaparrito titular de la SEGOB trata de ocultar el sol con un dedo. Tampoco, claro, se borra la realidad con un pase de mota. Ni con una tarde orgiástica con unas barbies.

En Soledad Atzompa, quizá, acaso, de igual manera como en otras latitudes municipales de la montaña negra de Zongolica, están hartos de los secuestros y las extorsiones.

Y también, de que el secretario de Seguridad Pública, coronel Arturo Bermúdez Zurita, mantenga en el olvido a las regiones indí­genas de la tierra jarocha.

Más aún, entre la palabra del alcalde indí­gena y la palabra del secretario General de Gobierno, sin duda alguna, el ciudadano cree en la voz del presidente municipal.

Y, bueno, si a las autodefensas les quieren llamar de otro nombre allá cada quien sus mentiras.

Las guardias comunitarias ahí­ están, como también en Amatlán de los Reyes, a partir de las amenazas de muerte al presbí­tero Julián Verónica y a tres activistas ambientales más, luego de que un activista ecológico fuera asesinado.

Y si en Atzompa tienen autodefensas significa, entre otras cositas, que ante la ineficacia y la ineficiencia oficial, los malosos se han adueñado de norte a sur de Veracruz…