Veracruz cambió el destino de García Márquez
•La UV le editó el primer libro, La hojarasca, que editorial Losada había rechazado
•En Tlacotalpan filmó su primera película, La viuda de Montiel
•Cuando conoció el puerto jarocho desistió de irse a Colombia, porque aquí era igual que su pueblo
Tlacotalpan tiene una historia más que contar, y el recuerdo profundo de un personaje ilustre más allá del Flaco de Oro, Agustín Lara.
"Mi papá siempre le servía la botana y su Coca con hielo a Gabriel García...
Ignacio Carvajal
Márquez; hablaba mucho, por eso le caía bien a mi padre", cuenta Tobías Carbajal, dueño del bar 'Tobi', por sus toritos, de lo más tradicional en Tlacotalpan.
Y es que en Tlacotalpan, hace más de 30 años, los pobladores vieron caminar por sus calles a El Gabo, quien hizo aquí su primer trabajo formal para cine, la adaptación de su cuento “La Viuda de Montiel”, con Geraldine Chaplin -hija de Charles Chaplin- como protagonista.
La gente grande cuenta que al Gabo se le miraba entre rancheros, ordeñadores, pescadores y vendedores de cocadas para seleccionar extras de la obra que dirigió el chileno Miguel Littin.
"Sí, allí la veíamos pasar, era como una turista cualquiera. En esos tiempos las calles no estaban pavimentadas ni había drenaje, la verdad estaba muy abandonado; pero ella destacaba por su belleza. A veces se le miraba con Gabriel por el río", dice José Luis Martínez, dueño de la única tienda de antigí¼edades, al rememorar a Geraldine Chaplin.
En esos tiempos Gabo andaba con los zapatos enlodados. En ese Tlacotalpan abundaban charcos, lodazales y demás hediondeces por el paso constante de ganado.
Eso no le importaba, le encantaba el pueblito, y "a veces recuerdo, yo estaba chamaco, a ese hombre que hablaba mucho, contaba que Tlaco se parecía a un pueblo de Colombia: "Macondo", cuenta el tabernero.
Durante mucho tiempo, reconoce, pensó que Macondo era un sitio real y con esa idea creció hasta que alguien más ilustrado le hizo ver que él, un cuenqueño (con fama de dicharacheros y proclives a exagerar las cosas) había caído en la mentirilla piadosa de El Gabo.
Pero Tlacotalpan es real, "tenía fascinado a García Márquez, tanto, que lo escogió para su primer trabajo en el cine, sin duda fue la belleza de sus viviendas y la arquitectura lo que le llevaron a pensar que sería el mejor lugar para recrear a la Viuda de Montiel", relata el cronista de la ciudad, ílvaro Zarrabal.
En esos días, dice, la gente miraba la filmación como una gran novedad. El pueblo siempre estaba pendiente de los artistas y la producción.
Al día de hoy, en Tlacotalpan se han realizado múltiples filmaciones, la primera, dice Zarrabal, ordenada por la Presidencia de la República allá por los años 40's, sobre los fandangos.
Y por tanta película, afirma el cronista, en las Naciones Unidas se percataron sobre la belleza de la ciudad y tiempo después vino el nombramiento de Patrimonio Histórico de la Humanidad, eso sumado a las gestiones de las autoridades.
"Le tenemos que dar las gracias a García Márquez, donde esté, por su aportación a ese logro" resumió Zarrabal.
Ahora a cada nada arriban artistas para sacarse videos en Tlacotalpan, el último de ellos, Carlos Vives, también colombiano.
"Acá hablan mucho los visitantes de Colombia, vienen un montón y siempre nos dicen que Tlaco se parece mucho a un pedacito de su país", retomó Tobías Carbajal.
La botana de García Márquez: "Mi papá le preparaba desde cocos con chile, huevos al gusto, pan del que le dicen marquezote, taquitos de queso o pescado, lo que fuera. Ese hombre no era chocante".
De él recuerda: "Bueno, yo como chamaco lo miraba muy platicón, se jalaba con lancheros, con viejitos, con señoras que salían a vender dulces de coco y leche. Es más, algunos dicen que hasta iba a las ordeñas a tomar 'ponche' (leche servida directamente del chorro de la ubre sobre un recipiente con azúcar y chocomilk, en algunos casos con alcohol) A todas esas personas les sacaba algo y parecía muy alegre en la cuenca.
A veces, relatan, se iba a dormir o a leer y a escribir en la soledad de la casa que era empleada como locación principal de la película, una construcción de imponentes pilares, de techo elevado, grandes ventanales y llena de objetos antiguos. Está ubicada en la calle Cházaro y después de ser empleada para filmar la Viuda de Montiel, sus dueños la vendieron y estuvo abandonada un tiempo. Actualmente es propiedad de la familia Marina, quienes la emplea para casa de descanso en fines de semana y vacaciones.
García Márquez arribó a Tlacotalpan no por casualidad, sus amigos en México le habían contado sobre la belleza y la afabilidad de los pobladores. Uno en especial, ílvaro Mutis (también escritor, y colombiano) lo trajo a Veracruz por primera vez en 1961, el mismo año que Ernest Hemingway, una de sus grandes influencias, se suicidó.
Dasso Saldívar, autor de la biografía "García Márquez, El viaje a la semilla" afirma que al llegar Gabo a México lo hizo con ánimos de trabajar y triunfar como escritor, pero por diversas circunstancias, no se consolidaba y económicamente se hallaba mal. Las editoras no le querían publicar sus libros, y eso lo llevó "al síndrome de México". Se la pasaba "ensimismado" y con la idea de regresarse a Colombia.
Entonces -dice el biógrafo- a Mutis se le ocurrió traer a Gabo a Veracruz, "para que reconociera el olor de la guayaba y se sintiera cerca de casa en el mismo mar del Caribe. La idea dio resultados, pues tras la estancia en Veracruz García Márquez decidió establecerse en México, y mucho más, después de que Sergio Galindo (ex director de La Palabra y El Hombre) ofreció publicar su primer libro en este país: "Los funerales de mamá grande bajo el sello del a editora de la Universidad Veracruzana, la cual Galindo dirigía.
La novela de Mutis, así como Polvo de Arroz, de Galindo, se integraron a una colección de varios libros publicados por la UV en la cual se incluyó a "Los funerales de mamá Grande", y después, La Hojarasca, la primera novela de Gabo.
Fue el gran momento para García Márquez, lo que esperaba, su sueño anhelado, ser publicado en México para iniciar su carrera rumbo a la cúspide de donde nunca se bajó libro tras libro publicado, momento que inició, pues en Veracruz con la entrada a su vida del xalapeño Sergio Galindo.
En su primer viaje a Veracruz, Gabo y Mutis se hospedaron en el Gran Hotel Diligencias, ubicado en la avenida Independencia del puerto jarocho; el mismo hotel en el que años atrás se hospedaría Jack London, a quien Hemingway admiraba ampliamente; el mismo en donde también se alojó Ignacio Ramírez, El Nigromante, pieza clave del gabinete de Benito Juárez, también escritor y periodista, así como muchas veces el también finado Carlos Monsiváis, quien incluye en su antología de Crónica "A ustedes les consta", un texto magistral de Ignacio Ramírez sobre el Diligencias.
Visto está, pues Veracruz resultó decisivo para el destino del hijo del telegrafista de Aracataca; sin embargo, en Tlacotalpan quedó pendiente un reproche: “No sé por qué si García Márquez dijo que le gustaba tanto Tlacotalpan -dijo José Luis Martínez- nunca regresó. Sólo hizo la película y no tuvimos más noticia de él. Es más, Carlos Salinas de Gortari (su amigo y expresidente de México) ha regresado en varias ocasiones, él y otros; Gabo, no”.
nacho alfonso 30 Nov, 2014 - 13:12
Muy cierto,yo era niño (viviamos en Carlos A. Carrillo) y mi padre me llevo...ella iba en un carruaje que daba la vuelta en el parque donde esta la Iglesia de la Virgen de la candelaria,yo me pase el cordón y cuando bajaba ....grito a los que iban a sacarme...se acerco suavecito y me dio un beso en la mejilla y me abrazo....luego llego un tipo y me saco...e 11 u 12 años....me marco.
marco 20 Abr, 2014 - 16:58
En Tlacotalpan también filmaron, casi a finales de los 60´s, Brigitte Bardot y Lino Ventura, una pelÃcula titulada "Boulevard del Ron", siendo niño estuve en locaciones.
regresando a Gabo, si bien es cierto que no volvÃo a Tlacotalpan, su opinión fue fundamental para que otra de sus grandes novelas "El Coronel no tiene quien le escriba", con un atinado elenco, fuera rodada en Chacaltianguis, en la margen derecha del majestuoso rio Papaloapan, ese que lo cautivo hace 50 años cuando era navegable, por recordarle tanto a su rio Magdalena en Colombia.