De la ciudad jarocha se fueron a enamorar América Latina Yuri (Yuridia Valenzuela), Ernesto Gómez Cruz, Ana de la Reguera y Adriana Fonseca, y de manera paradójica, Veracruz lidera el ranking nacional en secuestros, desapariciones y extorsiones.

En el siglo pasado, en cuatro ocasiones Veracruz enfrentó las invasiones norteamericanas y las páginas se llenaron de gloria, y en forma rara y extraña, Veracruz también saltó al mundo, primero, con la fosa clandestina más grande, Colinas de Santa Fe, y después, con el asesinato de diecinueve trabajadores de la información.

Desde Veracruz, “La bamba” y “El tilingo lingo” sonaron y resonaron en los cinco continentes y hubo quienes se declararon “más veracruzanos que ‘La bamba’”, y al alimón el territorio jarocho trascendió y sigue trascendiendo en el liderato nacional de niñas y adolescentes embarazadas y legrados y aplicados por “comadronas”.

Veracruz, famoso en el país por la canción “Tres veces te engañé” de Paquita la del barrio, y famoso, además, porque la jugosa plaza Veracruz en rebatiña de los carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malosos y malandros.
En los cuatro puntos cardinales pachangas y bailongos en fiestas patronales, clasificadas, incluso, como “las más alegres del mundo”, ajá, y en hechos paralelos, un Veracruz renombrado por cadáveres y fosas.

Veracruz famoso por los cadetes de la Escuela Naval defendiendo la soberanía nacional, cierto, cierto, cierto, pero famoso porque en los ríos y lagunas flotan cadáveres aguas abajo. Y los ríos convertidos en panteones particulares de los malos.
Veracruz, en la historia porque aquí se aposentaron Benito Juárez García y Venustiano Carranza y porque desde aquí el gran periodista y escritor, Jack London, escribió crónicas de la invasión norteamericana.

Y en forma paralela, en la historia porque llevamos quince años en un Veracruz ensangrentado y en donde “la muerte tiene permiso” y en donde “al despertar el dinosaurio” de la violencia sigue aquí, vigente. Y dada su vigencia, cada vez más poderoso.

Veracruz, prestigiado por los maestros Enrique Laubscher, Rafael Delgado, Carlos A. Carrillo y Enrique Rébsamen.
Pero desacreditado con 550 (quinientas cincuenta) mil personas de 14 años de edad en adelante que no saben leer ni escribir.
Y desprestigiado con el millón de paisanos con la escuela primaria inconclusa.

Y el otro millón con la secundaria incompleta.

Y los 600 (seiscientos) mil con el Bachillerato a medias.

Veracruz enaltecido porque la música de “La bamba” fue tomada por los Beatles para crear y recrear una canción con el mismo ritmo y Veracruz en la mesa de los sacrificios porque aquí se han dado montón de decapitados, como en las películas de Clint Eastwood y los hermanos Almada.

Y cabezas humanas decapitadas abandonadas en el centro de una pista de disco y encima de mesas de bares.
Y cadáveres colgando de los puentes, incluso, como se estilaba en la guerra de la Independencia, los realistas a cargo del infierno para intimidar a los campesinos seguidores de Miguel Hidalgo y uniéndose a su causa libertaria.

Veracruz, con un cuarteto de políticos (Antonio López de Santa Anna, Sebastián Lerdo de Tejada, Miguel Alemán Valdés Adolfo Ruiz Cortines) presidentes de la república como quizá nunca se han concitado en otras entidades federativas.
Y al mismo tiempo, y en rara y extraña paradoja, más de mil niños huérfanos de madre porque fueron feminizadas.
Veracruz, con luces y sombras en la vida pública.

Vacas gordas, pocas, y vacas flacas, muchas.
Veracruz, del paraíso celestial al paraíso terrenal lleno de espinas, cardos y abrojos.
Y derecho, derechito (como está y sigue trotando) al Gólgota.

Veracruz, admirado por Alejandro el varón de Humboldt, Gabriela Mistral, Pablo Neruda y Rubén Darío, pero temido por los ciudadanos de a pie y motorizados, porque aquí, como en la canción, “la vida no vale nada” y a la vuelta de la esquina te matan. Y hasta a puñaladas. Y nomás para robarte el celular de trescientos pesitos.

Veracruz, empalmado por la historia. En el sexenio de Javier Duarte, 19 (diecinueve) trabajadores de la información (reporteros, fotógrafos, editores) asesinados. Más tres periodistas secuestrados y desaparecidos.
En el sexenio 2024/2030, 18 (dieciocho) políticos asesinados en menos de un año. Además, una reportera ejecutada. Y otro periodista secuestrado y desaparecido el 13 de abril, 2025, en Pánuco. Y a la fecha, hasta la CEAPP los ha olvidado reclamando justicia. Son asuntos incómodos e indeseables, ya se sabe.

Veracruz, con Salma Hayek y Adriana Abascal viviendo en París. Y Ana de la Reguera y Adriana Fonseca en Los Ángeles. ¡Hosanna, hosanna!

Y en contraparte, un millón de paisanos como migrantes (la mayoría sin papeles) en Estados Unidos. Expuestos a la feroz cacería humana de la migra. Además, recompensa de trescientos dólares a norteamericanos que los aprehendan, listos para la deportación. Y todos los paisanos huyendo de un Veracruz en el desempleo, el subempleo y salarios pichurrientos, “carroñeros y miserables”.

Veracruz, águila o sol.
Veracruz, luces y sombras.
Veracruz, en la gloria y el infierno.
Veracruz, al derecho y al revés.
Veracruz, buen fario y peor karma.
Las dos caras de Veracruz.
Con Dios o con el diablo.
Veracruz, “¿estás conmigo o estás contra mí?”.

“Veracruz de moda” con la pasarela en el cielo y en el infierno, pues en el infierno aseguran quienes ha vuelto del más allá en sesiones espiritistas de igual modo hay pasarelas. (lv)

Posdatita: cosas de la vida. El miércoles 24, rueda de prensa de Nahle en Xalapa. En la puerta de acceso, par burócratas regalando bolsas con un pavo y una botellita de sidra a los reporteros. El periodista Noé Zavaleta la rechazó. Luego, sentadito en la fila, una tecleadora de unos sesenta años le dijo: Tú, Noé, estás en pecado mortal porque rechazaste el pavo y la botella de sidra. Luego le echó el Sermón de la Montaña para condenarlo.