Y antes, claro, con otros gobernadores.
Indicativo: cada mes, diez madres con hijos desaparecidos se anotan en el Solecito.
La frenética búsqueda llenos de fe y esperanza para localizar a los suyos.

PASAMANOS: En el Veracruz turbulento y huracanado que vivimos desde Javier Duarte, el ex góber precioso quien sigue viviendo en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, los plagios y desaparecidos siguen como uno de los más duros y rudos pendientes sociales de las tribus políticas.
Simplemente, el gran fracaso del llamado Estado de Derecho. Aquel garantizando la seguridad en la vida y los bienes.
Más, mucho más, en la vida, porque los bienes regresan si regresan como en la historia bíblica de Job.
El hombre que tuvo todo y todo lo perdió. Y como nunca, jamás, incordió al Ser Superior, Dios le devolvió todos sus bienes.

CORREDORES: En el Árbol del Dolor, instalado en el zócalo jarocho y a la vista de todos, un número incalculable de fotos de personas desaparecidas.
El objetivo, siempre el Solecito lo ha sostenido, igual, igualito que tantos otros Colectivos, visibilizar la desaparición.
Y quizá, quizá, quizá, por ahí lograr una pista.
Significativo:
Por más y más Arboles del Dolor instalados en muchas cabeceras municipales, nunca, jamás, jamás, jamás, la respuesta oficial.
Cada mes, y en la era Nahle incluso, más secuestros y desapariciones.
Cada mes, más extorsiones.
Cada mes, “levantados” chicos de entre veinte a treinta años.
Sobre todo, chicas.

BALCONES: En el sexenio 2024/2030, la zozobra y la inseguridad se multiplican.
Y en forma paralela, la impunidad.
Su graciosa y preciosa Majestad, la Señora Impunidad.
El dato concreto y específico de trescientas madres de familia en el Solecito manifiesta, y por todos lados, el estado de la seguridad en Veracruz.
En el caso del Solecito, madres de familia, cierto, del puerto jarocho.
Pero también de municipios anexos y conexos y aledaños.
El tsunami de incertidumbre está por todos lados.
Y nada ni nadie parece detenerlo.
Incluso, bien podría sentirse y percibirse que los Colectivos son incómodos al gobierno del Estado.
Por más y más que en momento estelar, el secretario General de Gobierno “se cortara las venas” asegurando una cercanía y seguimiento para evaluar los hechos y las cosas.
Y aplicar la ley, desde luego…

PASILLOS: Pero ni hablar, “aquí nos tocó vivir y qué le vamos a hacer”. (Carlos Fuentes Macías)
Está manifiesta la incapacidad del Estado para garantizar una vida sin sobresaltos.
Sin secuestros.
Sin desapariciones.
Sin extorsiones.
Sin feminicidios.
Sin asesinatos.
Sin fosas clandestinas.
Y dadas las circunstancias, la inseguridad forma parte de la vida misma en Veracruz. Y en el país, pues tampoco la entidad jarocha es una ínsula aislada del resto de la nación.
Con todo, allá cada gobernador intentando resolver los pendientes.
Aquí, en los doscientos doce municipios, la vida, todos los días y noches, la vida a la orilla del precipicio.
Así Salma Hayek invite al carnaval “más alegre del mundo” como cacarea en las redes sociales. (lv)