Nahle, en grandes ligas
**De los gobernadores
**Veracruz turbulento
ESCALERAS: Doce meses bastaron para el ingreso de Nahle a las grandes ligas de los gobernadores de Veracruz. Los ejecutivos más polémicos y controvertidos, por ejemplo. Los trascendidos por encima del resto de los más de setenta mandatarios.
Por ejemplo: En las grandes ligas Teodoro A. Dehesa.
Su silencio impresionante ante la masacre de trescientos obreros textiles de Río Blanco declarados en huelga en contra de una empresa propiedad de un extranjero amiguito del dictador Porfirio Díaz Mori.
Asesinados todos por el ejército enviado por el dictador.
Luego, los soldados treparon los cadáveres a los vagones del Ferrocarril y trasladados al castillo de San Juan de Ulúa en la ciudad jarocha y tirados al Golfo de México y amarrados a piedras para evitar su flotación.
PASAMANOS: En las grandes ligas Luis Mier y Terán. Aquel cumpliendo la orden porfirista de “matar en caliente” a los nueve jarochos sublevados a una reelección más de Porfirio Díaz.
Una semana después, Mier y Terán caminaba en la avenida Independencia del puerto de Veracruz.
Una madre, con su hijo, se toparon cara a cara. Y la madre se detuvo y lo detuvo. Y dijo a su hijo: “Hijo, conoce al asesino de tu padre”.
CORREDORES: En las grandes Jorge Cerdán. El góber precioso en la década de 1940 cuando la banda de sicarios conocida como “La mano negra” mató a cuarenta mil agraristas en la feroz lucha por la tierra con los latifundistas.
En las grandes ligas, Agustín Silvestre Acosta Lagunes con su famosa “Sonora Matancera”. Los carteles de entonces. Caciques y pistoleros. Dueños del día y de la noche. Y de la vida.
BALCONES: En las grandes ligas Javier Duarte. Tiempo cuando Veracruz fue ungido como “el peor rincón del mundo para el gremio reporteril”.
Diecinueve reporteros y fotógrafos asesinados. Más tres desaparecidos.
Tiempo, además, de las fosas clandestinas. La más famosa en México y América Latina, “Colinas de Santa Fe”.
Con todo y la filosofía política y social de Duarte de que “Aquí no pasa nada”.
Pero pasaba.
En las grandes ligas, Cuitláhuac García y Jiménez. La peor temporada para la población femenina. Veracruz, encumbrado en el primer lugar nacional de feminicidios.
Y, bueno, por alguna razón poderosa Cuitláhuac odiaba a las mujeres al permitir tantos asesinatos.
PASILLOS: Ahora, en las grandes ligas, Nahle.
Primero, porque los feminicidios siguen, inderrotables.
Y, segundo, porque hoy, hoy, hoy, Veracruz, en el primer lugar nacional de políticos ejecutados.
Al momento, dieciocho.
Y los dieciocho, en la impunidad.
Se entendería: Nahle, mejor dicho, la gente, el equipo, los subalternos de Nahle, en la secretaría de Seguridad Pública y en la fiscalía general, no han podido.
Se ignora si “con el tiempo y un ganchito”, podrán.
Pero entre tanto, la hazaña memorable de los políticos asesinados y los feminicidios ahí están como una referencia.
Con todo, incluso, y la filosofía política englobada en una frase bíblica:
“Vamos a exterminar la violencia.
“Vamos a cuidar a las mujeres”.
Los exgobernadores y la gobernadora en turno empalmados por la historia siniestra y sórdida.
El Veracruz turbulento y huracanado avasallando la tranquilidad y la paz pública.
Y enlutando a montón de hogares en los cuatro puntos cardinales del territorio jarocho.
Más, mucho más allá de las porquerías propagandísticas de las plumas afines tirando incienso.
¡Te queremos, Nahle, te queremos! (lv)

