Pero… por algún motivo, algún pretexto, alguna razón, el desdén y menosprecio, indiferencia digamos, de la secretaría de Turismo de Veracruz, nunca ha sido ponderada la tradición local en el día de Santa María de Guadalupe, la patrona de la iglesia y la patrona del pueblo.

PASAMANOS: Por ejemplo, ahora con el doce de diciembre, la fantasía elevada a la más alta categoría artística.
Y turística, claro.
Fácil, un millón de flores adornando la fachada y el interior de la iglesia.
Y con figuras míticas y simbólicas en el extraordinario diseño artístico.
El más hermoso viaje de la imaginación humana.
Cierto, para honrar a la Virgencita de Guadalupe.
Pero al mismo tiempo, bien pudiera servir para jalar mucho más turismo, por lo pronto, del interior de Veracruz a La Perla.

CORREDORES: Un millón de flores con figuras maravillosas.
Y cientos de frutas, digamos, para acompañar a los muertos en el viaje al otro lado del charco.
Con todo y la resurrección de los muertos y la vida eterna.
El desfile en el pueblo todos caminando sobre tapetes de aserrín como si fuera la alfombra roja de los artistas en Hollywood.
Los niños vestidos de inditos.
Y una banda de música entonando y cantando “Las mañanitas”.
El obispo de Orizaba a un lado.
Y acompañado por Seminaristas.
Los cohetes iluminando la noche. Y la madrugada.
Sin duda, “veinte y las malas”, cada año en La Perla un viaje primoroso a la fantasía y la imaginación.
Más, mucho más atractiva la iglesia de Santa María de Guadalupe con su millón de flores que todos los encantos de Orizaba en la cabecera municipal.

BALCONES: Al final del ritual religioso, un gigantesco (y sabroso) pastel de más de tres metros de largo y para satisfacer el paladar de todos, sin excepción.
Razones de sobra para que la secretaría de Turismo promoviera la fiesta religiosa de La Perla en los doscientos once municipios restantes de Veracruz.
Incluso, con el auxilio de los alcaldes en turno cacareando un viaje al paraíso terrenal.
Únicamente mirando (y admirando) el millón de flores bien acomodaditas y con gran sentido artístico en el templo.

PASILLOS: Cierto, muchas cacayacas sobre otras fiestas patronales y sociales en Veracruz.
Los carnavales, por ejemplo. Los tegogolos de Catemaco. Las garnachas de Rinconada. La flor de izote de Córdoba. Las cocadas en la Costa Esmeralda. Los zacahuiles en el norte. Las tortas de Perote. Los tamalitos de Soledad de Doblado. Etecé. Etecé.
Pero en La Perla razones suficientes para jalar turismo. (lv)