Es decir, un neonaticidio…

ROMPEOLAS: La saña y la barbarie empalmadas… La alevosía, la ventaja y la premeditación… Pero más, mucho más, la perversidad… Caray, los animalitos defendiendo a morir a sus crías… Incluso, lanzándose contra los humanos en caso de andar merodeando… En una calle jarocha tumbaron un árbol… Y con el árbol se llevaron el nidito de una pajarita con par de crías… Y cuando pudo la pajarita se lanzó contra el primer peatón y tremendo madrazo en la cabeza…

ARRECIFES: Sea como sea, en Altotonga, la degradación humana… Sabrá el chamán la actitud de la madre… Y del padre… Y de los abuelos… Los hermanos… Las circunstancias… Con todo, ta’canijo, duro y rudo, atentar contra la vida de un bebé… En el rancho Cantarranas, un hombre mató a un chico de veinte años… En un baile y disputando una muchacha para bailar… El jefe policiaco ofreció al padre de la víctima perseguir al criminal… El padre le dijo: “Déjelo vivir… Ese hombre nunca encontrará la paz… Andará huyendo, incluso, de sí mismo”… Sabrán los astros el destino de la madre de Altotonga… Y el destino de quienes tomaron la decisión de matar al bebé… Y de ñapa, arrojarlo en el monte…

ESCOLLERAS: Nunca Herodes tuvo reproches de conciencia por ordenar la matanza de niños en Belén… Tampoco Adolf Hitler con el asesinato de un millón de niños judíos en sus cámaras de gases en Alemania… Con todo, la vida sigue dando sorpresas insólitas… El sicólogo, el terapeuta familiar, el sociólogo, el sacerdote, se detendrían en la naturaleza humana… La vida dura y ruda en donde hemos llegado… Sórdidos y siniestros los feminicidios en Veracruz… Y los secuestros… Las desapariciones… Las fosas clandestinas… Los cadáveres flotando en los ríos y lagunas y hasta en el Golfo de México… Crimen de lesa humanidad nunca prescrito el asesinato de un bebé… Un niño… Un adolescente…

PLAZOLETA: De entrada hay una madre y un padre responsable… Y unos abuelos maternos y otros paternos… Y quizá hermanos… Y “haiga sido como haiga sido” bien merecerían un proceso penal… Un manotazo de la Fiscalía General, digamos, como “te lo digo Juan para que lo entiendas Chencha”… Cierto, la vida es dura y ruda… Más, en una entidad federativa, Veracruz, con más de ocho millones de habitantes… Y en donde “cada cabeza es un mundo”… Pero al mismo tiempo, hay un delito de por medio… Simplemente (y sin caer en moralinas), nadie puede atentar contra la vida de otro… Menos, contra un bebé… (lv)