Pero en el palenque público de Veracruz, la secretaría de Finanzas y Planeación (SEFIPLAN) de Nahle “aclarando paradas” con Cuitláhuac García Jiménez, el ex.
Cuitláhuac, rey de la salsa y el danzón con sus pasitos Tun Tun, maquilló la deuda de Veracruz.
Dejó fuera, dice la SEFIPLAN, pasivos por 119 (ciento diecinueve) mil millones de pesos.
Se trata de “obligaciones con el SAT y el ISSSTE” (Luis Ferrer).

DOS. Blindado por par de presidentes…

Hubo rendición de cuentas de la Auditoría Superior de la Federación, ASF, por irregularidades millonarias con Cuitláhuac.
Entonces, y a tono con la antigua cultura priista, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo “tiró su espada en prenda” por Cuitláhuac y lo defendió.
Y al defenderlo… lo purificó.
Político honesto le llamaba Andrés Manuel López Obrador. Político honesto lo define Sheinbaum.
Y por algo será. Sabrá el chamán las razones de peso y con peso.
Ahora, esperemos programas con el enunciado de la SEFIPLAN.
Cuitláhuac, de rey de la salsa, a maquillista.

TRES. De general a general

Incluso, el titular de SEFIPLAN, Miguel Reyes, se lanzó en contra de su antecesor, José Luis Lima Franco.
Aquel que en momento estelar renunciara a la SEFIPLAN con Nahle para buscar la candidatura de MORENA a la presidencia municipal de Poza Rica.
Y quedó fuera.
Y quedó como el famoso perrito de las dos tortas.
Ni la SEFIPLAN ni la alcaldía de su pueblo.
Ahora, Miguel Reyes apretando el gatillo de la Magnum en contra de Lima Franco y quien bien podría esfumarse de la cancha política en su Ferrari deportivo.

CUATRO. En medio de dos amores

La SEFIPLAN de Nahle ya lo dijo: “La nueva administración detectó montos que no aparecían en los estados financieros entregados.
Entre ellos se incluyen obligaciones con proveedores, servicios contratados y compromisos vigentes que requerían registro para integrarse al total de pasivos” (Imagen, 6 de diciembre, 2025).
Ya se verá, entonces, si la SEFIPLAN de Miguel Reyes se detiene en el simple y sencillo enunciado periodístico.
O, por el contrario, aplica la ley y procede.
Ellos “buscan un parámetro preciso sobre la situación financiera hereda”.
Por lo pronto, ta’gueno el palabrerío oficial.

CINCO. Jalando la cobija

Mucho, demasiado, ha llovido a Cuitláhuac sobre la integridad en el manejo del gobierno del Estado.
Desde el ORFIS (Órgano de Fiscalización Superior) hasta la ASF (Auditoría Superior de la Federación).
Ahora, la SEFIPLAN.
Y por equis o mangas, y como sucedía “al pie de la letra” en el tiempo priista donde la mayoría de los políticos estaba blindado, a excepción de los incómodos.
Incluso, hasta un cargo público le concesionó la presidenta de la república, dejando la sensación de una sugerencia de AMLO a Sheinbaum.
Una más de las prácticas operativas de la administración anterior.
Caray, hasta la secretaria de Educación, Claudia Tello, jalando la cobija a Cuitláhuac con el caso de la UPAV, Universidad Popular Autónoma de Veracruz, y cuya historia truculenta conocida por todos. (lv)