Plantas medicinales, de moda
**Jodidez económica
**Desabasto de fármacos
ESCALERAS: “De moda”, ajá, en Veracruz, las curas tradicionales. Plantas medicinales. Tecitos. Jarabitos. Ungüentitos. Masajes caseros.
Y oraciones día y noche al Ser Superior para una cura milagrosa.
Igual como siglos anteriores.
Todo, y entre otros hechos y cosas de peso con peso, además de la miseria, la pobreza y la jodidez, y en las regiones indígenas y campesinas, por el desabasto de medicinas.
PASAMANOS: Incluso, y a propósito del Hospital Regional de río Blanco (ahora IMSS Bienestar).
Lo dice Julio Chicalhua Tlaxcala, de Atlahuilco: “El hospital se ve muy bonito. Pero casi nunca hay medicinas. Lo mismo pasa en los Centros de Salud. Entonces, ¿qué hacemos? Pues buscarle. Encontrar una solución” (la Jornada Veracruz)
Y la solución en las hierbitas creciendo y floreciendo en el patio de la casa. Y/o en las veredas. Y/o en el monte. En la montaña negra de Zongolica.
Vaya, las mujeres indígenas hasta organizadas para el uso de las plantas medicinales.
Y de paso, con talleres comunitarios para aprender a preparar jarabitos, ungüentitos y técnicas de masaje.
En el tiempo del COVID así operaron.
“Preferimos usar nuestras plantitas antes de exponernos y llevar el virus al pueblo”.
¡Ay, el famoso pitorreo obradorista de un sistema de salud en México, mejor, mucho mejor que en Dinamarca, la república ideal en la materia!
CORREDORES: Más, mucho más ahora cuando cada mes aumenta el precio de las medicinas en las farmacias.
Y sin una vigilancia oficial eficaz.
Y cuando los médicos especialistas cobran hasta mil quinientos pesos de consulta.
Y con quince minutitos de consulta para cada paciente.
Y cuando, caray, montón de doctores dictaminando en nombre de ciencia médica una operación quirúrgica inevitable para curarse.
De ñapa, prefiriendo leyenda bíblica: “Si quieres baratito, te opero en el hospital de aquí enfrente y con cuchillo y la operación te sale en ochenta mil pesos; pero si quieres operación con rayos X te opero en tal hospital y te sale en ciento veinte mil pesos”.
Famoso aquel especialista en el hospital público porque a los derechohabientes les exponía, primero, la urgencia de una operación.
Y, segundo, porque el hospital está atosigado de solicitudes y en lista de espera, entonces, te opero particular”.
Famosísimo aquel otro doctor que apenas, apenitas, miraba entrar al paciente a su consultorio de inmediato le decía:
“Necesitas operarte. Lo veo en tus ojos y en tu forma de caminar”.
BALCONES: Insólito: en el siglo pasado, el cien por ciento de la población indígena y campesina solía curarse en plantitas medicinales, tecitos y ungüentitos.
Incluso, si el bebé tenía feroz ataque de calentura la madre lo sumergía en agua fría…
Y luego le untaba vaporub…
Y lo abrigaba y a dormir.
Al día siguiente, amanecía cien por ciento curado, listo para juguetear con los hermanos en el patio trepando a los árboles para comer ciruelitas. (lv)

