Una mujer asesinada.
Y un hombre.
Y una mujer más herida.
De ñapa, el trascendido de veinticuatro policías ejecutados de los meses de enero a noviembre de este año.
Así lo documenta la ONG Causa en Común.
Está bien que "Veracruz está de moda".
Y quizá por eso mismo el tsunami feminicida y de policías.
Y de políticos ejecutados. Diecisiete en el primer año del llamado, con fanfarrias, el Segundo Piso de la Cuarta Transformación.
Un segundo piso construido con sangre.
Cadáveres.
Feminicidios.
Asesinatos de mujeres, hombres, políticos y policías.
Y una reportera.
Y erigido el Segundo Piso de la 4T con fosas clandestinas.
El filme de Salma Hayek en Veracruz bien podría denominarse "Baños de sangre".
También "Camino al infierno".
Pendiente número uno en Veracruz: la seguridad.
Pendiente número dos: el desempleo. El subempleo. Los salarios miserables. Y la migración. (Un millón de paisanos en el infierno norteamericano).
Insólitos los feminicidios.
La 4T en el poder, el peor entre los peores mundos para la población femenina en Veracruz.
Más cuando desde el poder político condenan y satanizan a las mujeres ejecutadas.
Por ejemplo, trascendiendo malas amistades.
Amistades peligrosas.
Incluso, con los malandros.
Y hasta mujeres narcas... según la reseña en las páginas policiacas.
Antes, mucho antes de investigar. Y rastrear pistas. Y confirmar.
Con todo, feminizadas y los días y las semanas y los meses y los años galopando en medio de la impunidad.
Los expedientes y las investigaciones abiertas, arrumbadas en el archivo muerto.
Una mujer feminizada y otra y otra haciendo olvidar a la anterior.
Además, y como terrible y agravante circunstancia, más de mil niños huérfanos de su señora madre.
El gobierno del Estado con la carga más pesada del sexenio.
El desfile feminicida.
Nunca.
La góber alcanzaría "la plenitud del poder" si frenara y disminuyera, mejor dicho, exterminara (el verbo que tanto le gusta) el feminicidio.
Será, sería, por ejemplo, cuando el mayor número de feminicidas fueran detenidos y procesados y condenados.
Y cuando un feminicidio sea cometido agotar las instancias policiacas para rastrear la pista de los asesinos y aprehenderlos.
Con todo y ofrecer 350 mil pesos de recompensa.
Y con un proceso judicial en tiempo y forma para de inmediato ser condenados.
Únicamente así, quizá, quizá, quizá, la góber se ganaría la confianza y el respeto de los ciudadanos de a pie y organizados...
Y de las familias...
Y de la población electoral.
Más, mucho más allá de vestir a mujeres de indígenas para lanzarle incienso como en el primer informe en Xalapa.
Y con su coronita de flores luciendo en la cabeza.

2 (Exgobernadores ante la historia)

Ya está dicho, pero como ninguna autoridad lo considera valdría la pena recordarlo:
Con el góber Luis Mier y Terán, en Veracruz el asesinato de nueve jarochos sublevados a una reelección más de Porfirio Díaz Mori.
"Mátalos en caliente".
Y los mataron.
Y por la espalda y tiro de gracia... por si aún latían sus corazones.
Teodoro A. Dehesa. Asesinados trescientos obreros textiles de Río Blanco en huelga y por soldados porfiristas.
El objetivo, desbaratar la huelga contra fábrica de un extranjero amiguito del dictador.
Jorge Cerdán. Asesinados cuarenta mil agraristas en aquella década en lucha feroz con latifundistas. La banda de "La mano negra", a cargo.
Agustín Acosta Lagunes. "La Sonora Matancera", dueña del día y de la noche. Y de la tranquilidad y la paz social.
Javier Duarte. Veracruz, "el peor rincón del mundo para el gremio reporteril".
Cuitláhuac García Jiménez. Veracruz, campeón nacional en feminicidios.
Todavía hoy, hoy, hoy...

3 ("De lengua me como un taco"...)

Al paso que vamos, "veinte y las malas" los feminicidios seguirán recrudeciéndose.
Chorizo, rollo, palabrería, aquello de "vamos a cuidar a las mujeres". (lv)