Oídos sordos de la autoridad.
Por el lado izquierdo del oído escuchan el lamento. Y por el lado derecho les sale.
Y sin dejar huella.

PASAMANOS: Ene número de ocasiones, los ministros de Dios ocupándose de la vida terrenal.
Lo dice el obispo Rutilo Muñoz: El tsunami de violencia “afecta a todos”.
Incluso, a los menores de edad. Los adolescentes. Los jóvenes. Las mujeres adultas. Las ancianas.
Desde luego, a la población masculina.
Grave, alarmante, cuando, por ejemplo, la iglesia clama la paz pública perdida y nadie escucha en la cúspide del poder público.
Una voz solitaria y en el desierto.
Sin mayor acústica. Sin reacciones oficiales.
Los carteles y cartelitos. Sicarios y pistoleros. Malosos y malandros… propietarios del día y de la noche.
El Estado de Derecho ante el Estado narco.
El Estado Fallido ante el Estado Delincuencial.

CORREDORES: Los ciudadanos de a pie y motorizados agradecen sus plegarias al obispo de Coatzacoalcos y al resto de los obispos, arzobispos, cardenales y sacerdotes de la nación efervescente.
Pero de poco o nada han servido.
Todos quedamos hartos de los seis años del pitorreo obradorista de “abrazos y besitos” para los narcos porque “también son seres humanos”.
Ahora, en la era Sheinbaum festinando una baja en la violencia. Y casi casi el cincuenta por ciento.
Para la autoridad, claro.
Los días y las noches, igual, igualitos de turbulentos y volcánicos como antes.
Seis años de Felipe Calderón. Seis años de Andrés Manuel López Obrador. Un año y meses de Claudia Sheinbaum.
Ahora sí, como dijo el filósofo, “haiga sido como haiga sido”.

BALCONES: En Coatzacoalcos, la radiografía social de la república:
Secuestros. Desapariciones. Extorsiones.
Feminicidios. Asesinatos. Fosas clandestinas. Y “la flor más bella del ejido”, su Graciosa Majestad, la Impunidad.
El retrato puntual en el Segundo Piso de la Cuarta Transformación.
La mujer de 26 años, de oficio mesera, asesinada en un motel de Las Choapas.
La mujer feminizada en Coacoatzintla y delante de su hijo de siete años de edad.
Y la otra mujer feminizada en San Juan Evangelista. En el poblado Guadalupe Victoria.
Tres feminicidios en un día.

PASILLOS: Recemos por el obispo de Coatzacoalcos. Luego de su declaratoria vaya a atacarlo un feroz ataque… de caspa.
Peor, mucho peor, las balas al presidente municipal de Uruapan, Michoacán. Y en el Día de Muertos.
Sus plegarias nunca, jamás, atendidas.
El alcalde, por ejemplo, “echando la bolita” a la secretaría de Seguridad Pública.
Y a la Federación.
Y “lavándose las manos” como el magister Poncio Pilatos. (lv)