Días menos duros
**Orden interior
**Satisfactores básicos
UNO. Días menos rudos
Hay cositas y hechos para hacer menos duros y rudos y difíciles los días y los años.
Nada mejor como mantener el orden en la vida. Más considerando lo siguiente: el orden de adentro es el orden de afuera. El desorden interior expresa el desorden exterior.
Por ejemplo: Si el lector trabaja en un escritorio, en el escritorio únicamente tener un lapicero y un lápiz. Una libreta para anotaciones. Un calendario manual.
En el antecomedor (si se tiene) y comedor de casa solo una cajita de madera con los tenedores. Y con servilletas blancas. Acaso, un salero. Con todo y estar prohibido.
DOS. Satisfactores básicos
En el clóset de la recámara, un par, un terceto, de muditas de ropa. Y par de zapatos. Unos negros y otros de color café. Suficientes para vivir.
En el buró de la recámara, un reloj y la Biblia por si en las noches desean leerse unas páginas durante unos quince minutos antes de dormir.
La persona con un celular basta y sobra. Si puede, una Tableta o Aplicación para mirar y admirar películas. Y si es posible, una Alexa para escuchar música.
Si la persona tiene computadora, solo la computadora, digamos, portátil, y para utilizarse en cosas básicas.
TRES. Error leer varios libros al mismo tiempo
Si a la mujer y al hombre le gusta leer, entonces, con un libro es suficiente. Un error leer dos, tres, cuatro libros al mismo tiempo y durante ratitos en el mismo día.
Lo ideal zambullirse en la lectura de un solo libro para disfrutar las historias, pero también gozar con la narrativa.
El idioma español es uno de los más bellos y ricos del mundo.
Nada, pues, de coleccionar ropa ni zapatos. Tampoco bolsas de mano y menos, mucho menos, VIP, pues de por medio se atraviesa la vanidad y hasta la soberbia. El ego y el súper ego.
CUATRO. Viajar en ADO
En el garaje, si es posible, un volchito. Suficiente para moverse en la ciudad.
¡Ah!, pero si se necesita viajar, entonces, lo ideal está en el ADO.
De entrada, se ahorra el gasto en la gasolina y más en las casetas.
Y de ñapa, y en términos generales, mayor seguridad.
Simplemente, habituarse a vivir con austeridad. Sin superficialidades pues nada dejan. Solo, claro, inflamar la frivolidad. El engreimiento. La petulancia.
Además, al morir nada te llevas.
Y en la definición de la felicidad y la dicha cada uno la siente y percibe “de acuerdo con el cristal con que se mira”.
CINCO. Vida austera
En el mundo religioso y civil, la fama austera de los jesuitas.
Humildes. Modestos. Sencillos. Plurales. Respetuosos.
Su primera dicha, como el Papa Francisco Primero, levantarse a las cinco de la mañana para rezar durante una hora y dar gracias al Ser Superior.
La segunda dicha, leer un libro durante par de horas. O más. Y si es posible, programarse para leer unos tres o cuatro libros a la semana.
La tercera dicha, cumplir con la tarea y la faena correspondiente. (lv)

