Regañiza a Igor Rojí
**¿Se vale humillación?
**¿Sólo para conservar el puesto?
UNO. ¿Debe aguantar vara?
El secretario de Turismo de Veracruz, Igor Rojí López, fue regañado y en público por su jefa, la gobernadora.
Además, de forma autoritaria: “Y desde ahorita te digo: Tú... no puedes firmarle a nadie si no te lo autorizo porque si no va hacer aquí un relajo,
para poner orden”... (Noemí Valdés, Notiver, en portada, el viernes 31 de octubre, 2025).
Presidente municipal de Orizaba, diputado local, fallido candidato otra vez a la alcaldía de su pueblo…
Pero más, mucho más, un ser humano, una persona mereciendo el respeto inalterable a los derechos humanos…
¿Debe “aguantar vara”, digamos, para mantenerse en el cargo público?
¿Y su dignidad?
¿Y el respeto de sí mismo pues cuando se permite que otros vejen y humillen “sin aclarar paradas” todo está perdido?
¿París vale una misa como en el siglo pasado?
DOS. Humillación recibida
¿Se vale que por más y más tolerancia, prudencia y mesura de un ser humano “deje hacer y deje pasar la humillación recibida?
Y más, ¿cuándo fue delante de otras personas, otros funcionarios, otros ciudadanos?
¿Ha de quedar callada la persona y hasta con la cabeza gacha sobre el pecho cuando ha sido vejada?
¿Ha de ponerse de pie y alzar los brazos como en una cruz y mirar al cielo y exclamar la frase bíblica de “¡Péguenle a esta cruz!”?
TRES. ¿Se valen ofensas?
¿Se valen las ofensas del jefe o jefa máxima únicamente porque es el jefe o jefa máxima y dueño o dueña del poder político?
¿Se vale cuando se convoca el motivo, el pretexto, de “poner orden” en la casa “para evitar un relajo”, y cuando además cada secretaría del gabinete legal tiene autorizado un presupuesto?
¿Se vale aquella frasecita bíblica de “con usted hasta la ignominia”?
CUATRO. “A mí nadie me mienta la madre”
En este año, los opositores, los adversarios, los enemigos y los críticos han sido denominados con insólitos adjetivos calificativos.
Por ejemplo, desde carroñeros hasta miserables.
Y la advertencia autocrática: “Les guste o no les guste”.
En momento estelar, cuando el tiradero de 35 (treinta y cinco) cadáveres en el paso a desnivel en Boca del Río y en víspera de reunión nacional de Procuradores de Justicia, el góber Javier Duarte enfureció.
Encabritado, llamó por el teléfono rojo al Procurador Reynaldo Gaudencio Escobar Pérez.
Primero, lo inculpó del tiradero de cadáveres.
Y luego, le mentó la madre.
Reynaldo Escobar reaccionó con dignidad y en ejercicio de su libertad: “A mí… nadie me mienta la madre. Y por eso mismo, tú te vas a chingar a tu madre.
Y ahorita mismo te envío mi renuncia”.
De inmediato, dejó la Procuraduría.
CINCO. Controlar las pasiones humanas
Cada persona decide su vocación y destino. Y su forma de ser, actuar, reaccionar y desarrollarse.
A tono, se entiende, con dignidad para sí mismo.
Y para su familia. Los suyos.
Incluso, para los amigos. Sobre todo, para quienes están en el tiempo duro y rudo de las vacas flacas.
Pero el hecho y la circunstancia (efímera) de ser presidente municipal, gobernador o presidente de la república en ningún momento significa el permiso para humillar a los demás.
Así se tenga un carácter y un temperamento explosivo.
La virtud más admirable en una persona es el control de las pasiones humanas.
Y nadie se gana el respeto vejando y humillando a los subalternos. (lv)

