Demócrata y autócrata
                    	**Lula, por la cuarta presidencia
**El poder marea y hace levitar
ESCALERAS: Luego del ex presidente de Uruguay, José Mujica, considerado el político más íntegro y honesto del mundo...
Y después de Salvador Allende, el presidente mártir de Chile, fallecido por la deslealtad y traición de su examigo Augusto Pinochet...
El presidente más respetado y admirado y admirable de América Latina es Luis Inácio Lula da Silva.
Pero, caray, Lula sueña con la presidenta de Brasil por cuarta ocasión.                        
                    
                    
                                    
                    	
                    	Casi casi y con otros métodos como Nicolás Maduro en Venezuela, Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua y Miguel Díaz-Canel en Cuba.
PASAMANOS: Lula pasando de la democracia modelo de Brasil a la autocracia. El autoritarismo, pues.
La nación de un solo hombre.
Simplemente, así sea un político honesto y transparente para ganar en las urnas, la tentación reelectora (y por cuarta ocasión) desmerece su voluntad y vocación democrática.
Así él mismo jure y perjure que “se siente muy bien” como escribiera su politólogo de cabecera, Emir Sader.
Casi casi el Benito Juárez García, reelegido durante quince años, y, bueno, gracia al Ser Superior que se le atravesó una angina de pecho llevándolo a la tumba, pues de lo contrario, habría sentado precedente a su paisano Porfirio Díaz Mori con sus 34 (treinta y cuatro) años en el poder presidencial.
CORREDORES: De acuerdo con Sader hay poderosas razones para el sueño de Lula por cuarta ocasión en el juego presidencial.
Uno de ellos, escribió, para evitar a la derecha gobernando Brasil.
Ok. Digamos, la misma razón cuando en México MORENA ganara el Poder Ejecutivo federal con AMLO y Sheinbaum.
Dos, para “continuar con los programas sociales” y en donde igual, igualito como en México, “por el bien de todos primero los pobres”, ¡ay, los pobres!
BALCONES: Tres, para luchar contra el capital especulativo y desestabilizarlo.
Igual, igualito, como en México y en otras naciones del continente latino.
Y, cuarto, para amacizar a Brasil como “un territorio libre de analfabetismo”.
El mismo gravísimo pendiente en México y en otros países latinos. Incluso, en el mundo.
Así lo justifica el politólogo amigo de Lula.
Pero de seguro le ha faltado cavilar más sobre razones de un Estadista para continuar en el poder presidencial.
PASILLOS: Con todo, buscar la presidencia de Brasil suena a mesianismo.
Incluso, el ego. El súper ego.
Como si Lula estuviera convencido de la única ruta posible y digna para favorecer una mejor vida a los brasileños.
Bien dijo Eufemio Zapata cuando con su hermano Emiliano entraron a Palacio Nacional:
La silla del palacio está embrujada porque a todos marea y enloquece y los hace levitar. (lv)
                       
                                            
 
                        
            
