El diario de un papa
                    	**Cómo ser bueno...
**Y evitar el mal
UNO. “Diario del alma”
De los años 1958 a 1963, Juan XXIII fue el Sumo Pontífice del Vaticano número 261 (doscientas sesenta y uno) en la iglesia católica y apostólica.
Entonces, escribió y publicó el libro “Diario del alma”.                        
                    
                    
                                    
                    	
                    	Un breviario, digamos, para “ser bueno y de cómo evitar el mal”. (Hannah Arendt en el libro “Hombres en tiempos de oscuridad”)
A tono, digamos, con los diez mandamientos de la ley de Dios y en donde el primero canturrea “Amaos los unos a los otros” y el sexto proclama “no desear a la mujer de tu prójimo” ni de tu próximo. Y/o “no cometerás actos impuros”.
DOS. Mandamientos expropiados
El libro de Juan XXIII tuvo vigencia en su papado. Luego, por desventura, olvidado. Ni siquiera, vaya, convertido en Encíclica.
Con todo, al libro pasó lo mismo, digamos, como a los diez mandamientos.
Por ejemplo, Enrique Peña Nieto como presidente solía repetir que “aquel que estuviera libre de pecado arrojara la primera piedra”.
Y Andrés Manuel López Obrador expropió el primer mandamiento para su “Mañanera” desde palacio nacional y durante seis años.
Y dejó a los ministros de Dios sin los mandamientos pues también solía repetir “no matarás, no robarás”.
TRES. Un médico buscando el sitio del alma
Además, la versión universal del escritor ruso, Antón Chéjov y quien también era médico de profesión.
Entonces, en una operación quirúrgica en el hospital aprovechó el momento estelar para buscar el lugar concreto y específico del cuerpo humano donde se aloja el alma.
Y por ningún lado lo encontró.
En el trascendido, el alma y el espíritu santo y el paraíso celestial y hasta el infierno son razones de fe (y esperanza) que la razón, digamos, racional, desconoce.
CUATRO. Terrenos ríspidos y borrascosos
Por ejemplo: súper, de maravilla para arriba, cuando una persona se esfuerza por ser buena en la vida cotidiana tanto con la familia como con los vecinos, los compadres y los amigos.
Pero de acuerdo con el sicólogo y el terapeuta familiar, mucho más importante es una persona justa.
Por eso quizá el licenciado Rodolfo Molina Quiroz tenía en su despacho un avisito parroquial subrayando tales valores.
Decía: “Es bueno ser bueno. Pero es mejor ser justo”.
Y con tal proverbio bíblico camina en la vida.
CINCO. Morir en paz con uno mismo
Acaso valdría la pena leer y releer el “Diario del alma” del papa Juan XXIII.
Entre otros hechos para refrescar la vida y más en “el tiempo de la oscuridad”, el mundo “patas arriba”.
Nada se pierde y mucho puede ganarse.
Según parece, está en Internet.
También lo venden como libro, entre otros, la editorial de las Hermanas Paulinas.
La vida del Sumo Pontífice como punto de referencia.
La búsqueda de la paz interior, lo más importante de la vida, para entre otros objetivos, morir en paz y con uno mismo. (lv)
                       
                                            
 
                        
            
