Una más en el “Veracruz de moda” donde la filosofía sexenal anunciada en el mes de diciembre del año 2024 fue la siguiente: “Vamos a exterminar los feminicidios”.

PASAMANOS: Once meses después, más y más feminicidios.
Veracruz, en el liderato nacional.
Y lo peor entre lo peor, más de mil niños huérfanos.
Dura y ruda la saña y la barbarie. La alevosía, la ventaja y la premeditación. Y la perversidad con que fue asesinada.
Violentada. Y con tiro de gracia… por si su corazón seguía latiendo.
Y tirado el cadáver en el camino polvoriento.
El o los asesinos físicos, ni un rastro. Ni una pista. Ninguna huella… del viernes 24 a hoy lunes 27 de octubre.
¿Asesinos intelectuales?
¡Qué difícil es vivir en Veracruz!
Y más, mucho más difícil para las mujeres.
Ellas, con los políticos asesinados (van catorce), las víctimas sexenales en el primer plano.
Caray, aquella frasecita bíblica del gobierno de Veracruz de que “vamos a cuidar a las mujeres”.
El rollo. El chorizo. La venta barata, ramplona, demagógica y populachera de esperanzas vanas.

CORREDORES: El tsunami de feminicidios, una herencia del primer gobernador de la izquierda, ajá (saluditos de la Auditoría Superior de la Federación), Cuitláhuac García Jiménez.
Y con un Veracruz en el ranking nacional feminicida dejado en seis años de mal gobierno (desgobierno puro), premiado con un cargo público por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Ni hablar, donde “manda capitán (AMLO, el ex) nunca gobiernan” las marineras.

BALCONES: El sexenio que galopa en los cuatro puntos cardinales del territorio jarocho, el peor tiempo para la población femenina.
¡Ay, el gritoneo de las mujeres políticas enalteciendo “el tiempo de las mujeres”!
¡Ay, el discurso oficial y oficialesco de que las mujeres han alcanzado el peldaño más alto de la escalera del poder público!
Más cuando resulta insólito, inverosímil, inaceptable, el oleaje feminicida de norte a sur y de este a oeste de Veracruz.
Desde Tampico Alto hasta Las Choapas. Y desde Maltrata hasta la ciudad jarocha.
Y desde la sierra de Huayacocotla hasta el Valle del Uxpanapa.
Y desde Papantla hasta Zongolica.
La vida de las mujeres, a la orilla del precipicio y rodando por la ladera derecho, derechito, al rincón más arrinconado del infierno.
Camino al panteón.

PASILLOS: Las tribus políticas de Veracruz cien por ciento evidenciadas.
Incapaces de garantizar la vida de las mujeres.
En la lista mortuoria, ancianas, señoras, solteras y niñas.
El peor talón de Aquiles del Estado. Mejor dicho, de las tribus políticas guinda y marrón.
En cuarenta días y noches, el capitán Fernando Gutiérrez Barrios exterminó a los caciques y pistoleros de “La Sonora Matancera” heredada por su antecesor, Agustín Silvestre Acosta Lagunes. (lv)