Una vivienda propia
**Legítimo sueño...
**Pero inaccesible
ESCALERAS: Con los bajos ingresos de más de la mitad de la gente ocupada ninguna posibilidad de que pudieran lograr un crédito para comprar una vivienda.
Así lo mira la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios.
En contraparte, digamos, el Infonavit haciendo milagros de dotar de una vivienda digna a la gente de limitados recursos económicos, sobre todo, los obreros.
Y que, bueno, los campesinos y los indígenas ahí se la llevan en modestas casas de madera y con pisos de tierra y/o cemento y hasta con techos de palma.
Seis de cada diez trabajadores con un empleo o subempleo alquilando una vivienda y/o una casita más pequeña, incluso, que las reglamentarias en el Infonavit.
Un duro y rudo escenario pues como reza el dicho popular, “la mujer que se caza… casa quiere” y desea y sueña.
PASAMANOS: De acuerdo con los expertos, una vivienda cuesta en el país un promedio de un millón y medio y un millón 850 mil pesos.
Y para acceder a un crédito necesitan un ingreso de unos sesenta mil pesos mensuales, promedio.
Más, mucho más, cuando se considera que el 52 por ciento de la población vive en la economía informal. (La Jornada-México, Clara Zepeda)
CORREDORES: El informe de los Profesionales Inmobiliarios resulta catastrófico y caótico.
Sobre todo, cuando está probado y comprobado que alquilar una casita y por más sencilla y modesta que sea implica un pago mensual inevitable.
Además, puntualito, pues de lo contrario, si el inquilino se va atrasando en el pago corre el riesgo de que una tarde/noche el dueño llegue con la policía para el desalojo violento.
Peor, mucho peor, cuando el pago de la renta mensual suele llevarse más del cincuenta por ciento del ingreso económico del jefe de familia.
BALCONES: Hay familias, por ejemplo, coleccionistas de casas de alquiler.
Y en sus vidas se las pasan de una casa o departamento a otra casa y departamento y cuando advierten llevan un aproximado de unas diez viviendas alquiladas.
Y en cada cambio de casita procurando que la renta sea más y más baja porque las rentas suelen aumentar más allá, incluso, de la inflación.
Y como reza el adagio popular, “donde manda capitán nunca gobernará marinero”.
Y los latifundistas urbanos, dueños de las viviendas de alquiler, son quienes mandan.
Pero más aún, tienen el chirrión en la mano.
PASILLOS: El sector inmobiliario está en una coyuntura:
Por un lado, el encarecimiento en la construcción de vivienda pues cada vez los materiales de construcción aumentan mucho más.
Más ahora con los aranceles impuestos en Estados Unidos.
Y por el otro, lo anterior lleva a la baja producción de vivienda.
De ñapa, la autoridad suele tardar hasta año y medio “para otorgar licencias y permisos destinados a los proyectos habitacionales”.
Y en automático la vivienda encarece. (lv)