Y entre las irregularidades, caray, el Acuario, aquel que fue construido por Dante Alfonso Delgado Rannauro, y le cambió de nombre, digamos, para trascender en la historia.
Irregularidades en el estadio de fútbol, Luis “El Pirata” de la Fuente.
Ilícitos en el último “Nido del Halcón”.
Tan sólo en el estadio un daño patrimonial de 83 (ochenta y tres) millones de pesos.
Ok.
Y hosanna, hosanna.
Pero la historia sexenal con el “Cuícaras” resulta indicativa y demuestra y muestra que en el tiempo de la 4T el ejercicio del poder es igual, igualito, como en la temporada priista del siglo pasado.
Incluso, a tono con la prédica filosófica de Benito Juárez García:
“Para los amigos, justicia y gracia. Y para los otros, justicia a secas”.
En el viaje sexenal del “Cuícaras”, por ejemplo, el ORFIS la pasó documentando desvíos del erario.
Incluso, interpuso en la Fiscalía General de Veracruz (allí donde la filosofía del poder se expresa en las siguientes tres palabras, “Aquí mando yo”) número incalculable de denuncias penales por el mal uso del recurso público.
Y tanto del sexenio del “Cuícaras” como de presidentes municipales.
Y nunca, jamás, jamás, jamás, la respuesta concreta y específica de la Fiscalía General.
Por eso, el nuevo ramalazo del ORFIS contra el ex significa el palabrerío puro, barato, ramplón, demagógico y populachero.
Más cuando con tantas denuncias anteriores del ORFIS, Cuitláhuac García fue premiado con un cargo público por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Y más, cuando el gobierno del Estado aplica el principio francés de “dejar hacer y dejar pasar” al ORFIS.
Y con su jueguito político de anunciar y enunciar los (posibles) ilícitos del “Cuícaras” y compañía, nada ha pasado.
Ni pasará.
¡El indito más famoso de Oaxaca está vigente!
Más cuando Cuitláhuac ordenó a sus diputados locales de MORENA aprobar fast track la Ley Nahle.
Cuitláhuac, el intocable.
Incluso, bien podría exclamar entre los amigos y en corto la frase aquella del expresidente municipal de Boca del Río: “Dejé de ser alcalde y dejé de ser pobre”.
“Dejé de ser gobernador y dejé de ser pobre”.

2 (“Devolver al pueblo… el dinero robado”, ajá)

Vaya, con tantas denuncias penales del ORFIS en la Fiscalía General de Veracruz bien pudiera filmarse un documental sobre las plegarias desatendidas y desoídas.
Es más, un documental sobre las contradicciones de aquella dependencia, ajá, de “devolver al pueblo el dinero robado”.
Por un lado, el ORFIS detectando irregularidades en el manejo del erario.
Por el otro, interponiendo la denuncia penal en el desierto y en el camino al infierno de las buenas intenciones.
Digamos, como haciendo al ensarapado.
Por el otro, la Fiscalía General haciendo como que hace y sin hacer.
En la percepción ciudadana, la certeza y la seguridad de que Cuitláhuac, anexos y conexos, son protegidos y están blindados.
Nada, pues, como gritonear que “ahí viene el lobo” como el pastorcito oaxaqueño.
Tan lejos de la leyenda alemana con el flautista de Hamelin, aquel que en 1284 libró al pueblo de una plaga de ratas tocando la flauta y llevándolos al fondo del mar.
Claro, claro, claro, como el Concejo Municipal se pegó a pagarle, entonces, Hamelin desapareció a 130 (ciento treinta) niños.
Es decir, quedó “con hacha, calabaza y miel”.

3 (Pachá en la Ciudad de México)

Se ignora si el ORFIS con sus enunciados y denuncias penales solo cumple con el deber, digamos, institucional.
Se ignora si lo hace con chanfle para exhibir a Cuitláhuac García.
Se ignora si para desacreditar a Cuitláhuac y enaltecer a la sucesora en el mando estatal.
Se ignora si confía en la Fiscalía General para que “el día menos pensado” pudiera reaccionar y proceder al castigo ejemplar.
Se ignora si creerá que con su denuncia basta y sobra para purificarse en el altar patriótico de “la honestidad valiente”.
Se ignora, incluso, si bien se tratara de un juego, por ejemplo, como “Los encantados”: yo hago como que denuncia y tú, Fiscal, haces como que procederás.
Se ignora, vaya, si bien pudiera significar un elemento distractor para minimizar los graves pendientes sociales en un Veracruz huracanado y turbulento con tanta sangre escurriendo en la cancha pública.
Sabrá el chamán…
En su silla de la administración pública federal, García Jiménez se refocila.
Y hay quienes le envidian coma y/o cene en restaurantes de lujo en la Ciudad de México.
Y que, en todo caso, dinerito le sobra.
Aun cuando, claro, bien pudiera ser invitado por subalternos.
Y hasta por gente beneficiada con sus acciones oficiales. (lv)