Políticos en la cuerda
1 (Escándalos en la 4T)
En el tiempo del obradorismo y el postobradorismo “de la honestidad valiente y la purificación moral” hay un trío de actores políticos en la cuerda.
Uno. Un político. El senador Adán Augusto López Hernández con sus malas amistades, entre ellas, “El H”.
Dos. Un magnate. Ricardo Salinas Pliego, dueño de TV Azteca, señalado de evadir millonarios impuestos y desde Felipe Calderón Hinojosa a Enrique Peña Nieto.
Y, tres. Montón de exfuncionarios públicos con millonarias pensiones, entre ellos, hasta el ex presidente Vicente Fox Quesada.
Digamos, una especie icónica y simbólica de la premisa universal. Por todos lados de la administración pública germinando la corrupción y a plenitud.
Inverosímil, por ejemplo, el caso de Adán Augusto.
Gobernador de Tabasco. Secretario de Gobernación. Senador de la república. Fallido aspirante a la candidatura presidencial. Alardeando de herencia millonaria y de ingresos millonarios como notario público.
Y de ñapa, designando secretario de Seguridad Pública en Tabasco a “El Hache”, tan ligado a un cartel de la delincuencia organizada.
Incluso, y peor tantito, hasta defendiéndolo, asegurando, entre otras cositas, que en Tabasco dio resultados.
Será honesto. Será honrado. Será el prototipo de la purificación moral. Tendrá, como dice, la confianza de millones de ciudadanos, no en Tabasco, sino en el país.
Pero ha estado y está en el palenque público de las cañerías.
Tanto que, por ejemplo, la presidenta Claudia Sheinbaum ha sostenido en público que ha de aclarar los hechos y las cosas.
De entrada, en la duda y aquella frasecita obradorista de que “no somos iguales”.
No, no, no, no son iguales.
Son peores en la 4T.
Y peores porque además de negar la presunta corrupción la han pasado pregonando que son honestos “y a prueba de bomba”.
Una cantaleta y en la que la mayoría de los ciudadanos de a pie y motorizados descreen por el lado izquierdo, centro y derecho.
Caray, y así como está la delincuencia organizada en el país ganando cada vez batallas, podrá el lector imaginar el México que hubiera sido con Adán Augusto como presidente de la república.
“El Hache”, por ejemplo, en el peldaño más alto de la administración pública.
2 (Nunca AMLO pudo con Salinas Pliego)
Otro caso simbólico es del magnate Ricardo Salinas Pliego.
De acuerdo con la versión oficial, desde Felipe Calderón a Enrique Peña Nieto, doce años, nunca pagó impuestos.
Y si pagó fueron menores.
Ahora, una deuda multimillonaria en materia fiscal.
Nunca pudo con la fuerza presidencial ni con la secretaría de Hacienda y Crédito Público y el SAT, Sistema de Administración Tributaria, Andrés Manuel López Obrador como jefazazo del Poder Ejecutivo federal lograr el cobro de la deuda fiscal a Salinas Pliego.
Ahora, Sheinbaum retoma la partida.
Y más de un año después tampoco ha podido.
Un año ha trotado.
Incluso, el dueño general de TV Azteca y Elektra y otros negocitos ha levantado la mano para una candidatura presidencial en el año 2030.
La fuerza política contra la fuerza empresarial.
¡Vaya hazmerreír en que “sea como sea” se refocilan los contribuyentes menores y a quienes el SAT aprieta tuercas!
3 (Las pensiones millonarias… )
Y en todas las dependencias federales y quizá estatales.
Caray, exfuncionarios públicos percibiendo un millón de pesos mensuales de pensión.
Otros, novecientos mil.
Uno, digamos, de las más jodidos era el expresidente Vicente Fox Quesada cobrando más de trescientos mil pesos al mes.
En contraparte, pensiones para la mayoría de mil quinientos a dos mil, tres mil pesos mensuales.
Nunca en seis años López Obrador se ocupó del asunto.
Jamás, quizá, quizá, quizá, fue informado.
Acaso otros pendientes ocuparon su tiempo.
Quizá apretó en un lado y aflojó en otro.
Acaso nunca quiso “escupir para arriba” por si las dudas exfuncionarios guinda y marrón usufructuaban las mismas prendas.
Ahora, la guillotina.
Por lo pronto, y de acuerdo con la dirección general del ISSSTE, ya reajustaron las pensiones en un número indeterminado de beneficiados, entre ellos, Vicente Fox, y a quien se la dejaron aprox. en unos 35 (treinta y cinco) mil pesos mensuales.
4 (Vaya historias de justicia social)
Tiempo bíblico, ajá, de la honestidad valiente.
Y la purificación moral.
Y el “no somos iguales”.
Y de los tradicionales códigos de ética.
Y de la convocatoria a vivir “con la medianía del salario”.
Y sin ostentaciones ni lujos.
Un discurso populachero con muchos, muchísimos siglos de antigüedad.
Incluso, antes de Cristo.
Sócrates, Séneca y Aristóteles, entre otros, predicando la igualdad económica y social en la plaza pública de la antigua Grecia.
El diablo tentando a la madre Eva para comer la fruta prohibida porque así serían como Dios Padre.
Los viejitos de los pueblos indígenas y campesinos sentados alrededor de la fogata en las noches y contándose historias de justicia social.
La famosa Comuna, la única, integrada en las goteras de Jerusalén por los doce apóstoles y en donde la igualdad era, sería, fue en momento estelar, el objetivo superior de la humanidad.
Cada cacique indígena enviando burritos cargados de oro y veinte doncellas de veinte años de edad, todas vírgenes, al conquistador Hernán Cortés.
En el siglo XXI, Adán Augusto, Salinas Pliego y montón de exfuncionarios públicos con las pensiones millonarias embarrados en las cañerías. (lv)