Las tentaciones volcánicas del primer deseo… El primer amante… El primer sexo… Un fin de semana y una piyamada bastan y sobran para alcanzar la plenitud sexual…

ROMPEOLAS: En automático, y por añadidura, el fracaso de la secretaría de Salud en el uso del condón… El fracaso del discurso ético y moral en casa y en la escuela y en la iglesia y en la doctrina… El fracaso de la orientación sexual en el sistema educativo… El fracaso de los ministros de Dios utilizando el relato bíblico… El fracaso de un discurso oficial que ningún muchacho, hombre y mujer, escucha ni le importa…

ARRECIFES: Famosas las últimas palabras… “Perdí el control… No me di cuenta hasta cuando ya estábamos en el motel… Tenía unas copitas de más… Mis amigas me alentaron… Lo hicimos en el coche… Me subí a su moto y cuando advertí estábamos en su departamento… No me gusta utilizar el preservativo… No se siente igual ni tampoco se disfruta”… Etecé… Etecé… Y ni modo, las buenas conciencias bien podrán argumentar que el número de chicas embarazadas desde los diez hasta los 17 años es mínimo si se considera la mayoría de la población joven de Veracruz…

ESCOLLERAS: Más, si se argumenta la liberación femenina… Y, claro, el ejercicio de tantas libertades para los chicos… Desde las televisoras transmitiendo películas, historias y videos de sexo hasta el cine porno… Y hasta la libertad total y absoluta en los celulares para mirar videos porno… Y las películas de sexo en las aplicaciones… Y los grandes escándalos de los famosos (artistas y actores, por ejemplo) y en donde el sexo es la punta del iceberg… Y ni se digan tantos divorcios porque unos y otros en una pareja suelen tener amantes… Y amantes trascendidos…

PLAZOLETA: En el siglo pasado, el caricaturista Rius escribió un libro intitulado “La panza es primero”… Se equivocó… El sexo es primero… “¡La vida es así y qué le vamos a hacer!”… La cuarta mujer de un hombre le reprochó que andaba con otra… El hombre fue lapidario, concreto y específico: “Perdóname… No he madurado”… Tremendo escándalo le armó al escritor Ernest Hemingway su segunda mujer cuando tenía a una tercera… Hemingway la escuchó en silencio y después, la abandonó para siempre porque Martha Gellhorn lo esperaba en el bar… Una señora sabia decía: “Lo que es viejo para uno es nuevo para otro”… Son, pues, los cortocircuitos de la pasión, el sexo y el amor… (lv)