La Enriqueta Rébsamen del siglo XXI
1 (Alfabetizar Veracruz, ajá)
Primer reality show de la secretaría de Educación de Veracruz: Repetir y repetir que en Veracruz hay casi (ajá) medio millón de personas que no saben leer ni escribir.
Primer desliz: el dato es viejo.
Segundo desliz: antes, con Cuitláhuac García, eran 550 (quinientos cincuenta) mil personas analfabetas.
Tercer desliz: ahora, era Nahle, por arte de magia son cincuenta mil menos, ajá.
Cuarto desliz: lo asegura la pedagoga de todos los tiempos, a la altura de los próceres Enrique Rébsamen, Enrique Laubscher, Rafael Delgado, Carlos A. Carrillo y Juan Nicolás Callejas Arroyo, Claudia Aguilar Reyes, antigua analista en la secretaría de Seguridad Pública.
De mujer policía a mujer pedagoga.
Bien pudo vivir en el siglo XVIII, cuando los seres humanos eran universales.
Segundo reality show:
La venta burda, ramplona, barata y populachera que el Instituto de Educación para Adultos trabaja en el territorio jarocho para “izar la bandera blanca” en la educación básica.
El mismo rollo y chorizo reiterado en varios sexenios anteriores.
Digamos, la demagogia pura.
Bien dice el viejito del barrio:
La lengua no tiene huesos para quebrantarse con las mentiras.
Tercer reality show:
El lanzamiento del programa pedagógico excepcional (fuera de serie, ajá) denominado “Nunca es tarde para aprender”.
Casi casi como si fuera el lema de una campaña estudiantil en la secundaria para ganar la elección de la sociedad de alumnos.
Claro, claro, claro, en Coatzacoalcos, el alcalde morenaco, Amado de Jesús Cruz Malpica, bautizó el mismo programa del siguiente modo: “Educación para la vida y el trabajo”.
Es decir, poniendo crema a los tacos callejeros.
En fin, en cada sexenio cada maestrito trae su librito.
Y sin pudor ni rubor, se rocían incienso a su paso y en las neuronas y el corazón.
El analfabetismo, como lema de campañita política y “desgarrándose las vestiduras y cortándose las venas”.
Irónico, la titular de la SEV, Claudia Tello, impuso a Claudia Aguilar Reyes al frente de la alfabetización sin ningún antecedente pedagógico ni experiencia educativa ni vocación social.
El privilegio, ya se sabe, de tener una amiga encumbrada para declararla heroína de la patria chica.
La Enriqueta Rébsamen y la Enriqueta Laubscher del siglo XXI.
2 (Exterminar analfabetismo… por decreto)
Todo inició cuando en los primeros meses la gobernadora alardeó en el palenque social su leyenda mitológica:
“Vamos a exterminar el analfabetismo”.
Y, claro, lo exterminarán por decreto.
Digamos, como los chorizos de acabar con la comidita chatarra en las escuelas primarias y secundarias y con el consumo de refrescos de cola.
El estado de Chiapas, poblado por indígenas, el primer lugar mundial en el consumo de refrescos.
3 (Veracruz analfabeta)
79 (setenta y nueve) gobernadores de Veracruz después, la peor desvergüenza social, educativa y política con más de medio millones de paisanos analfabetas.
550… sin saber leer ni escribir.
Un millón con la primaria inconclusa.
Otro millón con la secundaria incompleta.
600 (seiscientos) mil con el Bachillerato a medias.
Uno de cada diez niños egresados de la primaria ocupando un pupitre en la universidad.
Un fiasco.
La peor estafa de las tribus políticas, sean del partido político que sean.
Peor, mucho peor estafa, además de la humillación, cuando en la silla embrujada del palacio de Xalapa se sienta un gobernador asegurando que en el sexenio “vamos a erradicar el analfabetismo”.
La farsa pura.
Mejor dicho, la demagogia.
“La tomadura de pelo”.
Peor, cuando al frente de la dirección del Instituto de Educación para Adultos está una muchachita inexperta.
Y sin vocación educativa.
Ni conocimiento de la pedagogía.
Impuesta por Dedazo Superior.
Y eso, cacareando, “no somos iguales”.
4 (Derecho constitucional)
El derecho a la educación (y a una educación de calidad, nada de escuelas “patitos” y que tanta abunda y con REVOE) es como el derecho a la salud, la vivienda y el trabajo.
Es decir, simplemente, un derecho constitucional.
Y muchos, quizá la mayoría, de los 79 (setenta y nueve) gobernadores de Veracruz han ultrajado el derecho constitucional con todo el libro albedrío del mundo. (lv)