en la dependencia creada exprofeso Seguridad Alimentaria Mexicana…

ROMPEOLAS: Ovalle fue el primer político priista en otorgar la primera chamba, el primer cargo público, a Obrador… Lo designó, y por recomendación política, delegado del Instituto Nacional Indigenista, en Tabasco… Después, también le abrió la puerta en otro cargo en la Ciudad de México… En el Instituto Nacional del Consumidor… Y cuando Ovalle quedó desempleado se dedicó a impartir cursos de moral y ética, tan limpio y puro ajá… Y fue cuando AMLO llegó a la presidencia de la república y lo invitó a SEGALMEX…

ARRECIFES: Entonces, y de acuerdo con los reporteros de El País, Georgina Zerega y Zedryk Raziel, autores del libro “Licencia para robar”, Ovalle, reinventado y renacido, llamó a los amigos, todos priistas, para invitarlos a un puesto… Y según los periodistas, les dijo, “vamos a hacer negocios”… Vaya, todavía el sexenio obradorista estaba por iniciar, y Ovalle había recibido la primera tajada de dinero promovida por los suyos y como anticipo para futuras asignaciones de obra pública y por Dedazo…

ESCOLLERAS: En el libro queda manifiesta una realidad… Primero, Ovalle sabía de los trastupijes… Dos, Ovalle participó de los beneficios en los trastupijes… Y, tres, la duda y la sospecha de que el dinerito mal habido recibido por Ovalle bien pudo haber llegado más arriba… Más, cuando la Auditoría Superior de la Federación detectó las primeras irregularidades en SEGALMEX con Ovalle de jefe máximo… Y navegando en los pasillos federales con sus cursitos de ética y moral… El caso es que cuando los cochupos se endurecieron, Ovalle fue sacado de SEGALMEX y AMLO lo envió a un cargo menor en la secretaría de Gobernación donde siguió usufructuando más de 160 (ciento sesenta) mil pesos mensuales de salario… En tanto, sus aliados y cómplices en SEGALMEX eran perseguidos y encarcelados…

PLAZOLETA: Tiempo después AMLO se confesaría… Dijo: “Yo diría que SEGALMEX es la mancha que me llevo”… Claro, pero, todo indica, una mancha que también arrasó con él… Mínimo, lo puso bajo sospecha… Una cosita es que Ovalle tolerara, digamos, el pillaje en SEGALMEX… Y otra, mil, dos mil, tres años luz de distancia, que ningún centavo le haya tocado… El libro “Licencia para robar”, “una investigación periodística que no podrá pasar desapercibida… Incluso, para llamar a cuentas a Ovalle ahora en el sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo… (lv)