Y ella, perdiendo la vida, que por un infarto, que por un homicidio, que por torturada. “Les guste o no les guste”.

PASAMANOS: Insólito, nunca visto ni conocido ni escuchado:
Extorsiones a las carnicerías en los mercados populares.
Extorsiones a los dueños de tiendas de abarrotes y quienes han sido obligados a incrementar el precio de la despensa básica pues ni modo que ellos absorban el pago de la extorsión.
Extorsiones a los dueños de restaurantes en los caminos y carreteras.
Extorsiones (más, mucho más insólito) a los dueños de puestos de fritangas, aquellos que suelen vender picadas, gordas, tacos, tostadas y pambazos.
Dueños los sicarios de la vida toda.

CORREDORES: Extorsiones a los choferes y dueños del transporte público tanto urbano como foráneo de pasajeros.
Y obligados (“Ni modo, la violencia es inevitable” decía Agustín Silvestre Acosta Lagunes) a incrementar el precio del boleto.
Extorsiones a las funerarias y de pueblo en pueblo.
Extorsiones, caray, a las trabajadoras sexuales en la vía pública.
Y quizá, quizá, quizá, hasta a las mujeres de alquiler VIP.
Veracruz, en el primer lugar nacional en extorsiones.
Igual, igualito, con los otros delitos:
Secuestros. Desapariciones. Feminicidios. Asesinados. Y fosas clandestinas.
Y de postre, su graciosa y preciosa Majestad, la Señora Impunidad, como la flor más bella del ejido.

BALCONES: Que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo anunció operativo nacional en contra de las extorsiones.
Que el súper policía presidenciable, Omar García Harfuch, el nieto del general Marcelo García Barragán, secretario de la Defensa Nacional, encabezará la lucha histórica y mitológica contra la extorsión en Veracruz.
Y en el país, claro.
Antes, mucho antes, la extorsión ha existido.
Ahora, digamos, elevada a rango constitucional.
“Delito de lesa humanidad que como la desaparición forzada nunca habrá de prescribir”.
Cientos, miles de comercios, puestos de fritangas, restaurantes y negocios anexos y conexos han bajado el telón antes de continuar pagando la extorsión.

PASILLOS: La extorsión como figura central de los Siete Círculos del Infierno.
Y de los jinetes del Apocalipsis.
Y de los males de la caja de Pandora enviados a la tierra por Zeus, el dios de dioses de acuerdo con la mitología griega en la Ilíada de Homero.
La extorsión en Veracruz con el peor descalabro económico en el cierre de negocios y comercios, más devastadores que huracanes y tormentas y tsunamis.
La otra pesadilla evidenciando que “Veracruz está de moda” y que aquí vivimos en el paraíso terrenal.
Y, por tanto, todos “somos más veracruzanos que ‘La bamba’ y ‘El tilingo lingo’ juntos interpretados por el jaranero de la iguana verde en el hombro izquierdo… izquierdoso, ajá, que es. (lv)