Desintegración familiar
**Hombres muy machitos
**Dueños de las mujeres
ESCALERAS: La desintegración familiar está en punto álgido en Veracruz. Por ejemplo, en Fortín. Y en el poblado Monte Salas. El domingo 24 de agosto, 2025.
Un hombre furibundo, encorajinado, arrastró a su expareja amarrada a la camioneta.
Y, claro, con el único objetivo de quitarle la vida.
Y de forma cruel.
Despiadada.
La mujer, de unos 39 (treinta y nueve) años de edad.
La arrastró unos diez metros con la camioneta.
Con todo y que el hombre es padre de sus hijas.
Y ante el fracaso pues ella continuaba viva prefirió darse a la fuga.
La mujer interpondrá denuncia penal en la fiscalía regional.
PASAMANOS: Desde hace ratito ellos son expareja.
Pero el hombre se cree y siente dueño de ella.
Y quiso, ajá, aplicarse justicia por mano propia.
La dejó con la pierna derecha fracturada.
Y lesiones en el cuerpo.
En el hospital, sujeta a tratamiento.
El hombre, prófugo de la justicia.
Confirmado queda: Si un hombre es violento y abusivo, nunca, jamás, cambiará. Por más juramentos a la pareja antes de casarse y estando casados.
Casi casi como la profecía bíblica.
Violento naces. Violento vives. Violento morirás.
CORREDORES: El viejito del barrio dirá que se trata de un hecho concreto y específico de machismo.
Indicativo y significativo en un Veracruz en el primer lugar nacional en feminicidios.
Y en donde, aseguran los expertos en Criminalística, el machismo ocupa lugar preponderante como causa superior.
El machismo que, claro, claro, claro, inicia desde la infancia, en casa, cuando en la mayoría de los hogares la niña está obligada a tareas del hogar como, por ejemplo, servir la mesa, servir la comida y lavar los trastes.
Y si es posible, asear la casa.
Y cuando son adolescentes y jóvenes prohibido tienen asistir a la disco solas, a menos vayan acompañados por un hermano mayor.
BALCONES: El machismo donde, por regla general, el hombre de la casa está por encima de la mujer.
Con todo y los derechos humanos de la población femenina.
Incluso, familias donde el hombre tiene permiso para maltratar y golpear a la mujer.
Y la mujer, de acuerdo, incluso, con la religión católica, ha de someterse al marido.
Y ser obediente, sumisa, abnegada y obediente.
Y si el hombre le dice rana ella está obligada a brincar… como loquita.
PASILLOS: Por ahí cacarean la liberación femenina como el tiempo de las mujeres.
Ta’gueno.
Pero hasta anoche, es, ha sido, será, digamos, el tiempo de las mujeres políticas
Para ellas, la apertura a los cargos públicos.
En cambio, para el grueso de la población femenina (mujeres indígenas, campesinas, obreras, colonias, clase media baja, incluso clase media media), y como en el caso de la señora amarrada con una reata gruesa a la camioneta de su expareja y arrastrada en la calle, un infierno llamado Veracruz.
En el Veracruz “donde vamos a cuidar a las mujeres” y el “Veracruz está de moda”.
Ya veremos el tiempo de la Fiscalía para detener al machito violento de la congregación Monte Salas, de Fortín. (lv)