Lady Mesera
**Ebria acuchilló...
**A pareja dormida
UNO. Justicia poética
Si el lector hombre tiene de novia, esposa y/o amante a una mesera ha de tener mucho, demasiado, excesivo cuidado.
Y más si de pronto por ahí discute.
Vaya a repetirse la historia de “Lady Mesera”, la mesera de 30 años
de edad y originaria de Córdoba, María Luisa N.
El viernes 22 de agosto discutió con su pareja sentimental, Luis Enrique Alba.
Luego el hombre se acostó a dormir.
La mesera estaba ebria y cuando dormía lo atacó con el cuchillo cebollero y acuchilló.
Ahora, ni modo, aquí nos tocó vivir y qué le vamos a hacer, la mesera está presa en la cárcel de La Toma, de Amatlán, cuyo director fue asesinado hace unas semanas en Córdoba.
DOS. Le cortó el miembro viril
Digamos, la vida de parejas suele correr tales riesgos.
Más cuando el hombre, y también la mujer, son violentos. Digamos, como Lady Mesera.
Haciéndose justicia por mano propia con un cuchillito para las tareas del hogar.
En el pueblo, por ejemplo, trascendida una esposa porque el marido era infiel, demasiado infiel, y, además, cínico.
Una madrugada, cuando la pareja llegó en estado de ebriedad, la esposa esperó a que durmiera y simple y llanamente le cortó el miembro viril.
Después huyó, dejándolo en la cama matrimonial desangrándose.
TRES. “Leña de otro hogar”
Más todavía: En las noches, cuando el marido dormía, la cónyuge olfateaba su cuerpo desde la cara hasta el dedo gordo del pie y pasando, claro, por sus partes para detectar si olía “a leña de otro hogar”.
Y poco a poquito, pian pianito, se fue llenando de indignación crónica hasta que, de plano, ajustó cuentas con la pareja infiel.
CUATRO. “Durmiendo con el enemigo”
Digamos, son historias de la vida cotidiana.
Peor, mucho peor, cuando el marido es un golpeador.
El caso, por ejemplo, del filme cinematográfico donde la vida se lleva a la pantalla con Julia Roberts como esposa abnegada en “Durmiendo con el enemigo”.
El marido es rico y poderoso. Y violento. Y por cualquier berrinche la madrea.
En una travesía nocturna en yate y en altamar les sorprende una tempestad. El yate se inunda. Y ella salta al mar y se pierde en la noche. Y nada. Y nada. Y huye.
Y decide emprender nueva vida.
Pero el magnate contrata a un bufete de detectives y la encuentran con otro nombre y en otro pueblo; la busca y el hombre le cae en la noche y de sorpresa, discuten y pelean. En un descuido, al hombre se le cae la pistola, ella le gana el brinco, le dispara y lo mata de cuatro balazos.
La vida como es. Bella, cierto, pero más, ruda y dura.
CINCO. Del amor a la venganza
“Lady Mesera” de Córdoba apenas, apenitas, acuchilló a su pareja mientras dormía, pero lo dejó vivo.
Ella quedó presa y, bueno, sería procesada por el delito de lesiones dolosas calificadas.
El fin del amor, pues. Y de la pasión. Y del deseo. Y de la convivencia familiar. (lv)