Morenacos, “agarrados del chongo”
1 (Todos, ajá, honestos)
Las tribus Morenacas, en el despellejadero. A tono con la maldición de sus antepasados en el poder. Perredistas. Priistas. Panistas.
Incluso, a tono con la profecía de Morris West en la novela “El arlequín” donde queda claro que los grandes imperios y emporios se destrozan solos y desde adentro.
En las últimas semanas y meses el peor estercolero de la historia partidista.
Viajes de lujo al extremo del mundo.
Hoteles de súper lujo.
Comidas de príncipes y pachas árabes.
Ropa y zapatos y bolsas de mano de lujo.
Costosas prendas de vestir.
Y de ñapa, hasta demandando a la prensa para que les pidan perdón.
Acusaciones de corruptas de unas tribus a otras.
Incluso, señalamientos categóricos de ligas con los carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malosos y malandros.
Todavía peor, encumbrando a los malandros en cargos públicos.
Dueños de bienes millonarios y trabajando toda la vida en la política.
Y con todo, unos a otros declarándose víctimas.
Y, claro, decretándose ángeles de la pureza.
Los pillos, ladrones, deshonestos y corruptos son las otras tribus guinda y marrón.
Menos ellos.
El viejo cacareo de que “no somos iguales”.
Claro, claro, claro, “no son iguales”.
Son peores.
Porque ellos, por ejemplo, “se cortan las venas” en nombre de la integridad y la moral cuando tienen enlodado pasado y presente.
Peor, mucho peor, en un país desangrado en la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo, los salarios pichurrientos y la migración y sin papeles al Estados Unidos de Donald Trump.
Desde Andy, Andrés Manuel López Obrador hasta Geraldine, la presidenta municipal de Tepic, Nayarit, reina de la belleza en el pueblo.
Desde el senador Adán Augusto López Hernández, ex secretario de Gobernación, y fallido aspirante a la candidatura presidencial, hasta el diputado federal, Sergio Gutiérrez Luna, y su esposita, diputada local, con sus lujos.
Desde el legislador Ricardo Monreal Ávila hasta su colega Gerardo Fernández Noroña.
Desde el senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara hasta Esteban Ramírez Zepeta, el coordinador estatal de MORENA.
Desde el delegado del Bienestar Social en Veracruz, Juan Javier Gómez Cazarín hasta el titular de la JUCOPO, diputado Esteban Bautista.
Visto así, MORENA, en las cañerías.
Lo dijo Enrique Peña Nieto tomado del relato bíblico: “Aquel que esté libre de pecado… que tire la primera piedra”.
La convocatoria de la presidenta Claudia Sheinbaum a las tribus morenacas para vivir con integridad de poco o nada han servido.
Y más allá de las posturas de las tribus priistas y panistas, la feroz disputa por el poder y el control del poder entre los Morenos sigue exhibiendo los olores putrefactos con que gobiernan.
2 (Favorecidas hasta las amantes y que el Ser Superior conserve muchos años)
Es la misma historia de los priistas en el siglo pasado cuando durante más de setenta años fueron los propietarios del día y de la noche.
Y del destino personal, familiar y colectivo.
En siete décadas, por ejemplo, los priistas encumbraron a México en el primer lugar mundial de corrupción.
Y en el primer lugar mundial de impunidad.
Cada sexenio, lujos y privilegios de la familia.
Y por lo regular, hasta de las amantes en turno.
Cada sexenio, nuevas fortunas y millonarias.
Y sin que nadie detuviera el vértigo de corrupción.
Ni menos, mucho menos, asestara el manotazo pues la mayoría, todos quizá, “ordeñaban la vaca y metían las manos al cajón”.
La política como instrumento para que todos se corrompieran.
Y, claro, unos a otros acusándose de pillos, ladrones y saqueadores del erario.
A veces, por ahí, uno que otro manotazo pero siempre, siempre, siempre, debido a rencillas y pleitos personales.
Incluso, el caso más singular con el presidente Ernesto Zedillo encarcelando a Raúl Salinas de Gortari, “el hermano incómodo” de Carlos Salinas.
Las tribus de MORENA, discípulos excepcionales del PRI.
Muchas, demasiadas, excesivas acusaciones de pillerías.
La vida de lujo y con lujos, por ejemplo, en un país en la miseria y la pobreza.
Seis de cada diez mexicanos en la jodidez.
Vanidad y soberbia vestirse, por ejemplo, con ropa carísima.
Y lucirse bolsas de mano de más de cien mil pesos.
Y viajes de lujo y con lujos en el otro extremo del mundo.
Pero más, mucho más, lo que se desconoce…
Bienes materiales, por ejemplo.
Casas. Departamentos. Mansiones. Joyas. Ranchos. Ganado. Empresas. Etecé. Etecé.
3 (“Licencia para robar”)
La pureza obradorista quedó bajo sospecha en el sexenio anterior con la estafa maestra en SEGALMEX, Seguridad Alimentaria, la dependencia creada exprofeso para el ex priista Ignacio Ovallle Fernández, considerado el padrino político de López Obrador.
En SEGALMEX, más de quince mil millones de pesos desviados.
En momento estelar, AMLO, el ex, inculpó a los viejos amigos priistas de Ovalle y quienes, dijo lavándose las manos que lo habían sorprendido.
Y lo habían sorprendido como si Ovalle fuera un niño.
Varios colaboradores de Ovalle están presos. Pero Ovalle nunca, jamás, fue enjuiciado por AMLO ni sujeto a una investigación ni a proceso penal.
Ni tampoco ahora por la presidente Claudia Sheinbaum.
Entonces, las tribus políticas guinda y marrón vigentes hoy saben el talón de Aquiles, más que de AMLO y Ovalle, de MORENA.
Digamos, casi casi como el título de la novela de Edmundo Valadés de que “la muerte tiene permiso”.
Y/o el título del libro sobre la historia de Ovalle escrito por dos reporteros de El País, “Licencia para robar”.
Por eso, y entre otros hechos y cositas, los morenacos están haciendo y deshaciendo.
En todo caso, lo dijo Benito Juárez García, el Santo Papa de los Morenacos: “Para los amigos, justicia y gracia.
Y para los otros, justicia a secas”. (lv)