Incluso, en el pie de grabado asienta: “En los últimos años, en Veracruz son cada menos las familias que viven con bajos ingresos y carencias básicas como salud, educación o vivienda”.
Les faltó anotar alimentación como lo prescribió el INEGI ocupándose de la realidad nacional.

PASAMANOS: ¡Hosanna, hosanna!
En la portada de La Jornada Veracruz, una foto donde la gobernadora abraza a una mujer indígena con coleta larga.
Pero…, con todo y la euforia patria, “oro molido” es, sería, por ejemplo, que el gobierno federal (y/o en su caso, el gobierno de Veracruz) aportaran la lista de “más del millón de veracruzanos que dejaron atrás la miseria”.
Y la lista, digamos, para entrevistar al mayor número, digamos, de beneficiados, con la loca danza de las cifras sobre el brinco radical de la clase baja baja a la clase media baja, por ejemplo.

CORREDORES: Más, en un Veracruz con un millón de paisanos en Estados Unidos como migrante sin papeles y de los cuales más de cuatro mil han sido repatriados en la feroz cacería del presidente Donald Trump.
Y más, por la estadística oficial de que seis de cada diez habitantes de Veracruz están en la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo y los salarios pichurrientos.
Y más porque de acuerdo con la investigadora Patricia Ponce, Veracruz está considerada la entidad federativa número uno en la producción y exportación hacia el interior del país de mujeres de alquiler.

BALCONES: En la 4T jarocha alardean de que alrededor de 930 (novecientas treinta) mil personas cuentan ya, ya, ya, con mejores ingresos.
Y con más servicios públicos. Y con una digna calidad de vida.
Ok.
¡Hosanna, hosanna, otra vez!
Pero… ¿en dónde están cada una de las 930 mil personas beneficiadas con AMLO y Sheinbaum y Cuitláhuac García y Nahle?
¿En qué municipios y/o comunidades?
¿En qué chambas y el nombre específico de la empresa, el negocio, el servicio, etecé, se desempeñan?

PASILLOS: Más, mucho más cuando la euforia patriótica (y patriotera, claro) postula que “no se trata solo de que las familias tengan más dinero.
También de que tengan acceso a salud, educación, vivienda y oportunidades.
Esta la Cuarta Transformación que estamos construyendo en Veracruz”.
Por lo pronto, está comprobado que la mejor sopita y bien calientita es la sopita de letras.
Aquella que suele vender esperanzas ramplonas, baratas y demagógicas. (lv)