Gitanitas en el pueblo
**Adivinando el destino
**Chicas casaderas
EMBARCADERO: Varias veces al año las tribus de gitanos pasaban por el pueblo... En el día, las gitanas jóvenes y mujeres caminaban y trotaban en las calles leyendo las rayas de las manos de los hombres para adivinar suerte y destino... Y a cambio de unos centavitos... Eran gitanas jóvenes de unos 18 años en adelante... Altas y delgadas... Y guapas y bonitas... Algunas, hermosas... Y, claro, señoras casadas... Incluso, las señoras cuidando a las chicas
Y en la tarde noche, los gitanos exhibían par de películas… La primera, a las 6 P.M… Y la segunda, a las 8 P.M… Hacia las diez de la noche, el campamento, por lo regular ubicado en una colonia popular, estaba en el silencio… Todos durmiendo…
ROMPEOLAS: En el pueblo, un chico de unos dieciséis años enamoró de una gitana de 18… Y para iniciar el cortejo le escribió un poema de deseo, pasión y amor limpio y puro… Y en una lectura de las rayas de sus manos se lo entregó… Y en la gitana bulló la curiosidad… Y uno al otro se buscaban… Se sentían atraídos… Y la mañana cuando las tribus partieron del pueblo para su éxodo de comarca y comarca aquella gitanita se desprendió de la comitiva antes de partir y se refugió en la casa del chico amado…
ARRECIFES: Y por más y más que la buscaron nunca la encontraron… Más, porque la relación impetuosa se había desarrollado con toda la discreción y el bajo perfil… La familia del chico terminó aceptándola… Y simplemente, los casaron… Y para avenirse de recursos, la gitanita siguió leyendo el futuro y el destino de los clientes… Y en su casa, un modesto departamentito que con su pareja alquilaban… El chico estaba bien dotado para el dibujo y se ganaba la vida impartiendo clases y haciendo retratos… Y, claro, los padres los ayudaban…
ESCOLLERAS: El día cuando aquella tribu gitana volvió al pueblo, la parejita tenía una hija… Una niña parecida a la madre gitana… Y la vestía como gitana… Gitana que era la madre sin perder los hábitos y las costumbres y la forma de ser y vestir de sus congéneres… Y con toda la integridad del mundo, ellos se presentaron cargando a la niña en el campamento de los suyos… Y acompañados por el padre del chico… Y, bueno, luego de unos reproches las partes fumaron la pipa de la paz…
PLAZOLETA: Y establecieron la justicia poética… Si la gitanita ya había estado un año en el pueblo con su pareja, ahora tocaba a su familia un año al lado de ellos… Y ni hablar, y en nombre de la paz universal, el chico poeta y dibujante se volvió un gitano y se fue con la tribu y al lado de su par de gitanitas… Su pareja y la hija de ambos… Bien dice el viejito del barrio, lo importante del amor es vivir juntos… Cediendo para ganar todos… (lv)