Calles y Cárdenas
**AMLO y Sheinbaum
**Los Jefes Máximos
**Deslinde inminente
ESCALERAS: En el primer casi primer año de gobierno, la presidenta Claudia Sheinbaum Bardo está padeciendo el mismo viacrucis que en los primeros dos años Lázaro Cárdenas del Río.
Cárdenas, teniendo como jefe máximo a Plutarco Elías Calles, marcando la agenda setting y con un montón de callistas en el gabinete cardenista.
Y Sheinbaum “durmiendo con el enemigo”, AMLO, su antecesor y a quien debe todo, y los obradoristas.
Cárdenas necesitó dos años para exiliar a Calles y callistas.
Una incógnita, por ahora, el tiempo cuando Sheinbaum aseste el manotazo pues simplemente ella es la jefa del Poder Ejecutivo federal.
PASAMANOS: De acuerdo con el respetado y admirado periodista, Raymundo Riva Palacio, los obradoristas más visibles (por ahora) como sombra ominosa sobre Sheinbaum son los siguientes:
Uno: el senador Adán Augusto López Hernández. Tan incómodo que fue en la gubernatura de Tabasco, donde nombró secretario de Seguridad Pública a un maloso.
Dos: el diputado federal Ricardo Monreal Ávila, tan gracioso con sus motivos para justificar viaje de lujo al otro extremo del mundo y con su esposita.
Tres: el senador Gerardo Fernández Noroña, tan incómodo a Sheinbaum. Incluso, llegando al desacato.
CORREDORES: Cuatro: el vocero de AMLO, Jesús Ramírez Cuevas, impuesto como coordinador de asesores de Sheinbaum.
Cinco: el secretario General de Organización del CEN de MORENA, Andrés Manuel López Obrador, y a quien ahora le molesta le llamen “Andy”.
Seis: y de ñapa, el líder legislativo, Sergio Gutiérrez Luna, fallido aspirante a la candidatura de MORENA a gobernador de Veracruz cuando AMLO tenía decidida su postura a favor de Nahle.
El sexteto, documenta Riva Palacio, como las tribus políticas con sus anexos y conexos incómodas e indeseables para Sheinbaum.
Y, bueno, se entendería, por ahí habrá de iniciar el ultra contra súper manotazo de Sheinbaum.
BALCONES: Luego de tomar posesión como presidente de la república, Cárdenas necesitó par de años para sofocar la rebelión callista en su contra.
Durante dos años, Calles, incluso, le movió a los líderes obreros, políticos, legisladores federales, empresarios y medios en su contra.
Y luego de 24 (veinticuatro) meses asestó el manotazo harto, hartísimo de tanto bloqueo callista.
Fue cuando un comando de generales y soldados llegó a su hacienda en Cuernavaca y lo trepó con todo y piyama con la que leía el libro de Adolf Hitler, Mi lucha, al avión militar exiliado a Los Ángeles.
PASILLOS: Un día antes, Cárdenas reunió al gabinete legal y ampliado y a todos, incluidos los suyos, pidió la renuncia para nombrar nuevos titulares.
Y entre ellos, a un hijo de Calles impuesto como secretario de Comunicaciones.
Al día siguiente, los legisladores callistas se declararon cardenistas.
Al día siguiente, los gobernadores callistas amanecieron cardenistas.
Y un día después, los jefes miliares del país también se anunciaron cardenistas.
Y santo remedio.
Días después de exiliado Calles en Los Ángeles, algunos políticos, líderes obreros y empresariales presionaron a Cárdenas, pero únicamente se exhibieron.
Los expertos aseguran que a veces la historia se repite como tragedia y otras como comedia.
Ya se verá, si ocurriera, con Sheinbaum.
Y es que en el imaginario colectivo existe la percepción de que Andrés Manuel López Obrador sigue mandando, igual como Calles con Cárdenas. (lv)