Comics, gran lujo
**Lectura pueblerina
**Grandes pedagogos
EMBARCADERO: En aquel tiempo de la escuela primaria en el pueblo, los estudiantes (un 95, 96 por ciento) eran hijos de padres con limitaciones económicas... Y en un porcentaje igual, promedio, los chicos nunca tuvieron una televisión en blanco y negro en casa... Era, digamos, un lujo... Tampoco existía un cine popular y populachero y con precios accesibles... La única distracción estaba en un puesto del mercado donde el dueño del estanquillo alquilaba en 50 centavos
las historietas semanales para su lectura…
ROMPEOLAS: Entre otras, Superman, Batman, El Llanero Solitario, Tarzán, Memín Pinguín, La Pequeña Lulú, Tobi y sus amigos y Rarotonga… Incluso, el visto bueno del dueño del estanquillo para que dos chicos leyeran al mismo tiempo una historieta… Y pagando, claro, cincuenta centavos… Es decir, veinticinco centavos por adolescente… Cada viernes, las historietas llegaban al pueblo… Y los alumnos de la primaria solían ahorrar los centavitos que los padres les daban para comprar un pambazo en el recreo… Todos, soñando con el viernes de historietas…
ARRECIFES: En el pueblo únicamente existía un burdel con cuatro mujeres de alquiler… Y para fortuna de los clientes, cada semana el doctor del Ayuntamiento les auscultaba para garantizar la salud sexual… En contraparte, montón de cantinas floreciendo a plenitud casi casi una por cada dos cuadras… En pocas, excepcionales casas tenían un radio para escuchar, por ejemplo, la hora romántica con Agustín Lara interpretando sus ochocientas canciones compuestas, entre ellas, María bonita, dedicada a María Félix y casada con “El flaco de oro” luego de Jorge Negrete… La escuela primaria tenía una cancha de básquet, pero sin maestro de educación física… Entonces, pocos estudiantes jugaban aquel deporte…
ESCOLLERAS: Varias años después el gobierno del Estado inauguró la escuela secundaria en el pueblo… Y, bueno, la oferta educativa fue ampliada, pues por lo general los chicos terminaban la primaria y a chambear en lo que se pudiera… La primaria era, digamos, una especie de maestría y/o doctorado… Y solo unos cuantos padres, familias escasas, podían enviar a los hijos a la ciudad jarocha para continuar estudios… La secundaria aquella mejoró el nivel educativo y, claro, también los ingresos de los profesores pues de la primaria donde laboraban en automático se volvieron académicos en la secundaria… Y gran esfuerzo pedagógico de ellos para estar, digamos, a la altura…
PLAZOLETA: Con todo, bien puede asegurarse que los chicos del primero y segundo año de primaria aprendieron a leer y a contar historias leyéndolas en el estanquillo del señor en el mercado con sus historietas… Claro, los fines de sábado, los menores seguían visitando el local para terminar de leer el mayor número de revistas… Y esperar con ansia el siguiente número y que llegaría el viernes en la mañana… Por eso, honor y gloria a Superman, Batman, Memín Pinguín y La Pequeña Lulú, entre otros, porque fueron los grandes pedagogos de los niños para aprender a leer… (lv)