Fechas memorables
**Reportera asesinada
**Periodista desaparecido
ESCALERAS: Hay en Veracruz dos fechas memorables y citables con todo y que en ningún momento son fechas patrias, digamos.
La primera, el 13 de abril. En Pánuco fue secuestrado y desaparecido (hasta la fecha) el reportero Miguel Ángel Amaya, director del periódico Panuco Online.
Desde entonces, y luego de un ratito de euforia (digamos, solidaria, ajá), el silencio.
El silencio de la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas. Esa pantomima de la CEAPP.
El silencio de la fiscalía general.
El silencio de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
El silencio de la Comisión Estatal de Búsqueda y cuya esencia solo está en boletinar a los desaparecidos.
PASAMANOS: El silencio, incluso, del presidente municipal de Pánuco.
El silencio del diputado local y federal de Pánuco.
Como si Miguel Ángel Amaya fuera habitante de algún planeta del sistema solar.
Cuatro meses después, el silencio.
Pero, bueno, indicativo y significativo que con el góber Javier Duarte, el huésped del Reclusorio Norte de la Ciudad de México, desaparecieron tres reporteros.
Más diecinueve trabajadores de la información ejecutados
Y hasta la fecha, quince años después, nada de nada.
Borrados de Veracruz.
CORREDORES: El mismo caso, y peor, el asesinato de la primera reportera en el sexenio del llamado “Segundo Piso de la Cuarta Transformación”.
La periodista Avisack Douglas Coronado. El 21 de mayo. Hace dos meses y medio.
En Rodríguez Clara. Cuando era, a la sazón, jefe de prensa de la candidata a presidenta municipal, Dominga Xóchitl.
Y en un rafagueo a la casa de campaña.
La mataron. Dejó una hija en la orfandad. Los prohombres y mujeres del periodismo “se desgarraron las vestiduras”. Y también la CEAPP. Y la autoridad. Y la fiscalía general. Y Derechos Humanos.
Y ahora (“ni modo, aquí nos tocó vivir”), el crimen, en el olvido.
En un Veracruz, campeón nacional en feminicidios. Secuestros. Desapariciones. Extorsiones. Asesinatos. Y fosas clandestinas.
Y de postre, la impunidad.
BALCONES: Bien objetan los Colectivos, integrados con padres con hijos y parientes plagiados y desaparecidos.
Y desaparecidos hasta en la propia casa y en donde fueron secuestrados.
Lo peor de todo es el olvido.
Olvidar a los desaparecidos.
Y a los asesinados.
Y a las feminizadas.
El crimen de Avisack Douglas, un feminicidio más.
Y, bueno, desde Javier Duarte a la fecha son tantos los feminicidios que cada nuevo hace olvidar el anterior y el anterior y el anterior.
Y en una cadena sucesiva de olvidos.
Tú que te llamas Olvido…, olvídame.
PASILLOS: Así la cadena inacabable de impunidad.
La impunidad como eje central de la eficacia y la eficiencia del Gobierno de Veracruz.
Más, considerando la esencia mística del llamado Estado de Derecho.
Garantizar la seguridad en la vida y los bienes.
13 de abril y 21 de mayo, las manchas gigantescas de la 4T en Veracruz.
Caray, hasta los presbíteros de sus comunidades han olvidado a los reporteros Miguel Ángel Amaya y Avisack Douglas Coronado. (lv)