Vaya, ni el Rector de la Universidad Veracruzana, el sociólogo de la Sorbona, Martín Aguilar Sánchez, tan denostado por su obsesiva obsesión de seguir ocupando la silla embrujada de las Lomas del Estadio.
Entre otros.

PASAMANOS: Vaya, la diputada presidenta de la Mesa Directiva del Congreso, Tanya Carola Viveros, fue categórica: “Sigue pendiente la iniciativa para modificar el periodo de la titular de la fiscalía general. Pero, bueno, ahora sí pienso que en el siguiente periodo va a estar saliendo” (La Jornada – Veracruz, Susana García Parra, dominguito diez de agosto, 25).

CORREDORES: Ene número de meses, desde antes de la posesión del nuevo gobierno, la golondrina anunciando el verano próximo de que sería relevada del cargo.
Incluso, un diputado local y un ex titular del IVAI cabildeando que ellos eran los sucesores.
Es más, un legislador local (Diego Castañeda) interponiendo iniciativa de ley para achicar el periodo del fiscal general de nueve años a cuatro.
Todavía peor: el legislador y ex del IVAI cabildeando en los medios a su favor.
Peor todavía: el dipu Esteban Bautista anunciando que la decisión sobre la fiscal general estaba en su cancha.
Y las semanas y los meses caminaron y nada de nada.
Palabras, discurso, declaración, digamos, en el limbo.
En la nada.
Y la nada, dice el místico, es nada.

BALCONES: La licenciada Verónica Hernández les ha salido “un hueso duro de roer”.
Y por más y más anuncios de que se va, ahí continúa.
Incluso, con el bombardeo de la Comisión Estatal y Nacional de Derechos Humanos.
Y de uno que otro Colectivo, integrado con padres con hijos secuestrados y desaparecidos.
El festín del palacio de Xalapa ha terminado en la peor pesadilla.
“Veinte y las malas” que alguien más poderoso que la gobernadora han blindado a la fiscal general.
Y ninguna duda que más allá del blindaje, y durante el sexenio de Cuitláhuac García, de su pa-ni-no Éric Patrocinio Cisneros Burgos, secretario General de Gobierno.

PASILLOS: La diputada Tanya Carola Viveros subastando esperanzas de que “ahora sí (sí, sí, sí) pienso que en el siguiente periodo va a estar saliendo”.
Y como en el caso del pastorcito oaxaqueño anunciando la llegada del lobo, mil veces preferible conjugar el verbo esperar en todos sus tiempos.
Vaya Carola a tener que desdecirse luego de quedar evidenciada una vez más…
Una crónica frustradamente anunciada. (lv)