Ocho meses después…
1 (Fracaso en feminicidios)
Frase bíblica acuñada al principio del sexenio por el el gobierno de Veracruz: “Vamos a cuidar a las mujeres.
Vamos a exterminar el feminicidio”.
Y en el mes de julio (apenas, apenitas el anterior), siete feminicidios.
En los municipios de Emiliano Zapata.
Poza Rica.
Tuxpan..., con dos.
Álamo… con dos más.
Y Acultzingo.
El reportaje, al detalle, de la reportera Sofía Quiñones en AVC Noticias de la maestra Flavia Morales, por cierto, corresponsal de Proceso.
Veracruz, campeón nacional en feminicidios.
Más de mil niños huérfanos y de quienes pocos, excepcionales, se han ocupado de su destino.
La autoridad, claro, claro, claro, de espalda a esa realidad, pues ya con el motín en el penal de Tuxpan (ocho muertos, de los cuales cinco eran originarios de Guatemala) tiene suficiente.
Ocho meses después de iniciado el viaje sexenal en el estado jarocho, ni han exterminado el feminicidio ni tampoco cuidado a las mujeres.
En el llamado Estado de Derecho, aquel celoso de garantizar la seguridad en la vida y los bienes, las mujeres cien por ciento desprotegidas.
Y si por la liberación femenina gritonean “la hora de las mujeres”, es, será, de las mujeres políticas y/o dedicadas a las políticas escalando cargos públicos.
En tanto, las mujeres indígenas, campesinas, obreras y de las demarcaciones suburbanas y urbanas de Veracruz, en el desamparo social.
Los meses caminando y trotando en los cuatro puntos cardinales con el miedo, “el miedo al miedo”, el terror, el pánico, el temor, la angustia y la desesperación en las neuronas y los corazones de las mujeres.
Desde, digamos, la delincuencia organizada y común hasta los machitos machitos y las parejas violentas.
Tan violentas que los hombres poseídos por el demonio matan a las novias, esposas, amigas y amantes.
Un infierno femenino en Veracruz.
Con todo y que seis de cada diez habitantes son mujeres.
Y lo peor entre lo peor, entre las víctimas, niñas, adolescentes y jóvenes.
El capitán Fernando Gutiérrez Barrios trascendió en Veracruz en los primeros cuarenta días de su bienio.
Fue cuando asestó firme y duro manotazo para exterminar a los malandros de la época.
Caciques y sicarios y malandros y a quienes el Estado les había concesionado presidencias municipales.
A los siete días de su bienio encarceló a trío de caciques.
Luis Rivera Mendoza de Huayacocotla por la emboscada y asesinato de un matrimonio y dos hijos.
Y a los hermanos Sahagón de Chicontepec.
Luego, detuvo a otro cacique. Cirilo Vázquez Lagunes, de Acayucan.
Otro cacique, Toribio “El toro” Gargallo, azote de la región de Córdoba, emprendió “graciosa huida”.
Y otros caciques más lo siguieron.
Hacia el diez de enero, 40 días después de tomar posesión, en Veracruz fue restablecida la tranquilidad y la paz.
Ahora, y luego de la noche larga y extenso sexenio de Cuitláhuac García, los feminicidios continúan en el más alto decibel y peldaño de la administración pública.
2 (Mujeres… en el mando)
Hechos y cosas de la vida pública:
Una mujer, Fiscal General.
Otra mujer, titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
Otra mujer, gobernadora.
Así, Veracruz, campeón nacional en feminicidios.
Y más de mil niños huérfanos… de madre.
Lo decía Agustín Silvestre Acosta Lagunes: “Ni modo, la violencia es inevitable”.
Lo escribió el novelista Carlos Fuentes Macías (y quien siempre deseó nacer en Veracruz): “Aquí nos tocó, qué le vamos a hacer”.
3 (Ultrajada chica jarocha de 13 años)
Jueves 7 de agosto. Infonavit Buenavista. Ciudad jarocha.
Una adolescente de 13 años asegurada por vecinos. Y luego, de un ultraje cometido por par de desconocidos encapuchados.
La levantaron y subieron a un vehículo.
Después, la abandonaron en las canchas del deportivo El Hoyo.
La chica había ido a comprar en la tienda de abarrotes.
4 (Feminicidios de cara al Golfo de México)
¿Por qué tantos feminicidios en Veracruz?
A. La delincuencia organizada y común dueños del día y de la noche. Por ejemplo, matar mujeres para sembrar y multiplicar el miedo y el pánico.
B. El auge de los hombres machitos y a quienes nada detiene.
C. Una respuesta violenta a la temporada de la liberación femenina.
D. La impunidad ante tanta violencia consumada contra las mujeres.
E. El deseo y la pasión sexual desatada, entre otros hechos y cositas, por la impunidad.
F. El libertinaje en el Estado jarocho y por encima de la ley.
G. La fragilidad de las dependencias encargadas de la seguridad pública y la procuración de justicia.
H. La policía haciendo como que está pendiente y vigila.
I. La posible complicidad de las corporaciones policiacas con los malosos y abusadores y acosadores y feminicidas.
J. Los feminicidas con buenos y mejores abogados que la Fiscalía General.
K. Los policías rasos aliados con los malosos a cambio del billete fácil.
L. Y/o como dijera aquel ministro de Dios de inculpar a las mujeres por la forma de vestir.
M. En un Veracruz torrencial y huracanado, la intrepidez femenina para salir solas a las calles. Y más, mucho más, salir solas en la noche. Exponiéndose. Y más, sabiendo que “los demonios están sueltos”. Y más a centros nocturnos, una discoteca, por ejemplo.
N. La confianza de los padres dejando y permitiendo que las hijas anden solas.
O. La verdad universal de que una mujer sola en la calle y la disco es presa fácil. Y más, ante un machismo germinando en el surco fértil. (lv)