2.-La gente del diputado Local Diego Castañeda sigue con el “Jesús en la boca”, esperan una señal divina, un pozol de Coatzacoalcos o una marcha de Zacatecas, pero un mínimo, mínimo indicativo de que será Castañeda el que habrá de relevar a Verónica Giadans en la titularidad de la Fiscalía General del Estado.

3.-No sólo es Álamo donde el narcotráfico cobra “derecho de piso” a los taxistas; pasa también en Pánuco, en Poza Rica, en Tuxpan, con la complacencia de Tránsito del Estado.

4.-En Radio Televisión de Veracruz se soltaron los demonios, por lo que fue despedido el jefe de Recursos Materiales, Jesús Jareda Meseguer, quien llegó recomendado por el Palacio de Gobierno y resultó ser un acosador sexual
Pero cuentan que en RTV no es el único caso ya que está siendo investigado por la Unidad de Género el subdirector de Noticias, también Édgar del Ángel, quien ha sido acusado de no respetar los derechos laborales de sus compañeras

5.-Al vocero de la Legislatura, Esaú Valencia, lo traen en “jaque” las diputadas del partido en el poder, quienes constantemente cuestionan su trabajo y la asignación de los convenios publicitarios. En ese sentido el periodista trae en contra a las legisladoras morenistas Victoria Gutiérrez, Tania Carola Viveros y Bertha Ahued, quienes ya han pedido su cabeza a la gobernadora Rocío Nahle, quien por mientras ya mandó a su “brazo derecho”, Mary Vázquez, a tomar el control legislativo mediático.

6.-Tres amigas de Rocío Nahle ya han sido exiliadas del gabinete de moda:
1.-Dulce María, “Nena” de la Reguera, de la secretaria de Turismo.
2.-Adriana, “Aduana”, Muñoz Cabrera de la Dirección de Prensa.
3.-Beatriz, “Berrinchitos”, Guillén de la Dirección General de Administración de la Secretaría de Finanzas y Planeación.
Sobreviven en el paraíso sexenal: Xóchitl Molina en la secretaría de Cultura y Margarita Santoprieto, la de Desarrollo Social.

7.- En la Secretaría de Gobierno, donde despacha “El conserje del Palacio”, Ricardo Ahued, hay total desconfianza entre subsecretarios y directores; tanto así que en oficinas hay hasta una veintena de cámaras para espiarse unos a otros, todos contra todos, como si fuera un “Big Brother”.