Su conducta moral, ética y social… Su integridad… Así, tal cual, el político y las tribus políticas se ganan el respeto de los ciudadanos de a pie y motorizados… Incluso, el afecto… Más aún, la admiración…

ROMPEOLAS: La sola presencia del capitán Fernando Gutiérrez Barrios imponía… Dante Alfonso Delgado Rannauro ganaba la voluntad ciudadana a partir de su forma sencilla de actuar y tratar a los demás… Fidel Herrera Beltrán, por su inteligencia incandescente y chispa de la vida… Miguel Ángel Yunes Linares inspiraba (inspira) miedo y temor y hasta pánico… Cuitláhuac García Jiménez nunca mereció el respeto de la mayoría de gobernados y siempre fue considerado (todavía) el Rey de la Salsa y el Danzón… Caray, Javier Duarte diciendo a Zenyazen Escobar que preferible “estar preso a ser mayate”…

ARRECIFES: A partir de un buen gobierno, el mejor fario y karma para el político y el funcionario público… Y un buen gobierno gira alrededor del siguiente epicentro… Empleos y empleos dignos y estables… Y cubiertos con justicia laboral… Días y noches sin sobresaltos… Secuestros y hasta en la propia casa… Desapariciones y desaparición forzada… Extorsiones… Feminicidios… Niños huérfanos… Fosas clandestinas… Impunidad… A partir de allí, el político en turno se gana el respeto de la población…

ESCOLLERAS: Y, claro, si el funcionario público incumple con la tarea fundamental, entonces, ni modo, la ruptura y el divorcio con la ciudadanía… Y la vida cotidiana, un infierno… Podrá el político usufructuar, digamos, la confianza de la presidenta de la república… Y de los gobernadores afines… Y del Congreso de la Unión… Y hasta de los medios defeños… Desde luego, previos convenios publicitarios… Y en contraparte, la distancia kilométrica, mil, dos mil, tres mil años luz de distancia, con la gente común y sencilla… Indígenas… Campesinos… Obreros… Colonos… Clase media y alta…

PLAZOLETA: De acuerdo con el viejito del barrio, cada ser humano (cualesquiera su naturaleza técnica y profesional) se gana el respeto de los demás en el trato cotidiano… El eje rector, la civilidad en la convivencia… Nada de “tomar el pelo a los demás”… Nada de insultos y agravios… Nada de humillaciones… Y en el político, la punta del iceberg está en la observancia del bienestar común… La obra pública material… Pero más, mucho más, la obra pública social… De entrada, el cabildeo suficiente para disminuir la terrible y espantosa desigualdad económica y social, educativa y de salud y de seguridad y procuración de justicia… Todo lo demás, y como describe el adagio popular, “de lengua me como un taco”… Y si un político desea que la prensa “hable bien”, entonces, ha de ganárselo… Y con hechos desde el poder público… (lv)