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Expediente 2025
Jueves 24 julio, 2025

Grito desesperado

1 (Nahle: Hablen bien de Veracruz, ta’gueno)

Una fue la palabra y la mirada y la sonrisa de Nahle al lado de Salma Hayek y Angelina Jolie, y en el concurso de bolero y hasta donde bailó con su esposo, el petrolero jubilado y agrónomo, y otra su postura filosófica y política en la cancha pública y ante la prensa: No hablen bien de mí. Hablen bien de Veracruz. “Ayúdennos”.

Lo solicitó en rueda de prensa.
Una prensa que, claro, obvio, siempre ha escrito y publicado maravillas del Estado jarocho. La ciudad donde viven ocho millones y cacho de habitantes.
Las playas de Chalchihuecan donde Hernán Cortés (El “H”) fundó el primer Ayuntamiento de América Latina en tierra firme.
El paraíso terrenal que fue en el año 1800 maravillado que se postró el barón Alejandro de Humboldt.
El poeta chileno Pablo Neruda atónito caminando en las playas de Veracruz y levantando conchitas de mar para su colección en su paraíso, Isla Negra.
Y visitando a Gabriel Mistral, la primera escritora en ganar el Nobel de Literatura en América Latina, viviendo en la hacienda de “El Lencero” en Xalapa.
Y el poeta nicaragüense, Rubén Darío, tomando un lechero en el café de La Parroquia.
Y, claro, la intérprete y compositora, Natalia Lafourcade, dando gracias a la vida (Violeta Parra) por haber vivido en Coatepec, allí donde un hombre mató a otro por haberlo ultrajado.
Pero, bueno, en estas cosas de las pasiones y los amores, cada uno tiene una mirada.
Amar (y/o hablar bien de Veracruz) significa, entre otras cositas y hechos, lo siguiente:
En cada amanecer de los habitantes la lucha para enaltecer y dignificar la vida familiar.
La vida vecinal.
Chambear duro y tupido y con creatividad en el trabajo y el empleo.
Esforzarse por ser el mejor ciudadano.
El mejor comerciante. El mejor tendero. El mejor tianguista. El mejor empresario. El mejor industrial.
El mejor estudiante. El mejor campesino. El mejor obrero. El mejor técnico.
El ciudadano respetando la libertad y la dignidad de los otros, los demás.
El respeto inalterable a los derechos humanos.
La vida diaria apegada a la ley y a la normatividad jurídica.
El escritor Ernest Hemingway escribió que cuando se ha amado a una mujer y a la república donde se vive puede morirse tranquilo y sin remordimientos ni reproches.
Lo dijo en campaña electoral por la gubernatura Fernando López Arias en el siglo pasado: “Contra Veracruz nunca tendremos razón”.
Y, claro, cuando se ama a Veracruz también significa ocuparse en la prensa del día con día, la noche con noche.
Por ejemplo, ni modo de ocultar los feminicidios, los secuestros, las desapariciones, las extorsiones, los asesinatos, las fosas clandestinas y la impunidad.
Ni modo hacerse tonto y guaje (como si nunca existieran) con el desempleo, el subempleo, los salarios pichurrientos y la migración a Estados Unidos.
Simplemente, hablar bien de Veracruz (como dice Nahle) significa ocuparse de lo que aquí sucede.
Los ciudadanos de a pie y motorizados (indígenas, campesinos, obreros, colonos y citadinos, pobres y pudientes) soñamos con un Veracruz digno para todos.
Sin desigualdad económica, social, educativa, de salud, seguridad, justicia y desarrollo humano.
Desde luego, tarea prioritaria del gobierno del Estado.
También, de los actores sociales.
Y entre todos, con un buen gobierno, respetuoso de la dignidad humana, echarse la mano para empujar la carreta, aunque la carreta esté destartalada.
Otra cosita, mil, dos mil, tres mil años luz de distancia, es “hablar bien de mí” como pide Nahle, nacida en Zacatecas. Su himno nacional, “La marcha de Zacatecas”, aun cuando, claro, ella “es más jarocha que ‘La bamba’”.

2 (La información interesante proviene de la gente)

De acuerdo con el viejito del barrio, la información más interesante se obtiene siempre, siempre, siempre, de la gente.
El indígena. El campesino. El obrero. El colono. La gente urbana. El ama de casa. El trabajador.
Vaya, la primera impresión (y la más valiosa) de un lugar, una ciudad, una entidad federativa, una república proviene de los ciudadanos de a pie y motorizados.
Y de los chicos sin credencial de elector. Y adolescentes. Y hasta de los niños.
Por eso, y en todo caso, ha de preguntarse a la gente la opinión sobre la gobernadora.
En el siglo pasado, lo dijo el cronista y escritor, Ryzard Kapuscinski, cuando el jefe de prensa de Mijail Gorbachov, el mandamás de Rusia, le insistía para una visita.
“No, dijo Kapuscinski, iré a Rusia cuando mi periódico me envíe. Y preguntaré a la gente su punto de vista sobre Gorbachov”.

3 (Estando bien con Dios…)

En todo caso y como reza el dicho popular, para Nahle lo importante es que “estando bien con Dios (diosa, mejor dicho) en el palacio federal, allá los querubines y ángeles se emberrinchen”.
Así fue, por ejemplo, con Cuitláhuac García con Andrés Manuel López Obrador, el ex.
Así sucedió en el siglo pasado.
4 (Luces y sombras)
El sicólogo del barrio recuerda que los seres humanos tenemos luces y sombras.
Tiempo de luminosidad y tiempo de oscuridad.
Pincelados claras y nítidas y pincelados grisáceas.
Nahle, la góber, con la pupila radiante al lado de Salma Hayek y Angelina Jolie y el concurso de bolero.
Y Nahle, en estado sicológico angustiante y angustiado: No hablen bien de mí.
Hablen bien de Veracruz. “Ayúdennos”
Han de preguntarse las circunstancias que en poco tiempo la llevaron de un estado de ánimo a otro, con todo y que tratar de entender y comprender a una mujer en tales circunstancias significa un camino derecho, derechito, al fracaso.
Y dar vueltas a la imaginación a lo tonto.
Y que ni siquiera, vaya, pudiera resolver su vocera conocida como “La dama de los velorios” desde su paso por la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas, CEAPP, en el sexenio duartiano. (lv)


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